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REPORTAJE A CECILIA FELGUERAS
�De la Rúa no se va a encerrar sobre sí mismo�

La vicejefa de Gobierno porteño habla de la crisis política, del futuro de la Alianza y de las críticas radicales. �Hay que gobernar rápido y bien y hacer una autocrítica�, dice.


Por Eduardo Tagliaferro
Desde Mar del Plata

t.gif (862 bytes) Cuando no pocos especulan con la ruptura de la Alianza, la vicejefa de Gobierno porteño, Cecilia Felgueras, muestra con orgullo la experiencia porteña. �Estamos trabajando para recuperar la Alianza a nivel nacional�, dijo a Página/12 en una entrevista exclusiva antes de exponer en el sexto congreso de la Unión Industrial, en la ciudad de Mar del Plata. Hasta los más acérrimos críticos del delarruismo le reconocen la hildalguía con la que sobrellevó las duras críticas de los militantes radicales, en el plenario del lunes. Aunque nunca lo explicitó, su análisis de la crisis que divide a la Alianza la acerca más al renunciado Carlos Alvarez que a su jefe político, el presidente Fernando de la Rúa.
�¿El hecho de que la Alianza esté al frente del Gobierno de la Ciudad es un factor que ayuda a la continuidad de la coalición a nivel nacional?
�Tanto Aníbal Ibarra como yo hemos buscado consolidar aún más la alianza en la ciudad. La verdad es que esto no nos costó mucho porque la Alianza venía muy bien, muy fuerte, con un gobierno muy equilibrado. Es una tarea que no sólo hemos hecho Ibarra y yo sino también todos los funcionarios y legisladores. Estamos buscando que se consolide la Alianza a nivel nacional. 
�¿Coincide con la propuesta del ex presidente Raúl Alfonsín, de formar un ámbito para discutir las políticas de la Alianza?
�Se está evaluando la creación de una mesa política donde puedan ser contenidas las diferencias, si las hay. Esta mesa debe permitir la legitimación del proyecto político de la Alianza en un diálogo profundo y sincero. Paralelamente a la creación de la mesa nacional, hemos acordado con Ibarra la creación de un ámbito similar en la ciudad de Buenos Aires.
�¿Cómo cree que terminará esta crisis que está enfrentando la Alianza y, por ende, el Gobierno?
�Me parece que son tiempos difíciles. Son tiempos de algún dolor. Para mí el alejamiento de Chacho fue muy doloroso en lo personal. Todos los miembros de la Alianza no pierden la esperanza de que en los próximos días se pueda volver a fortalecer el proyecto que nos unió.
�¿Esta crisis impone modificar la relación de los partidos integrantes de la Alianza con el Gobierno?
�Yo creo que gobernar es un gran aprendizaje: muchas veces con las mejores intenciones uno acierta y también con las mejores intenciones a veces uno se equivoca. Gobernar con una coalición es un doble aprendizaje del cual este país ni siquiera tiene memoria. Nosotros en la ciudad estamos prestando mucha atención para entender cómo se gobierna desde una coalición, y cómo se complementan y contienen las dos fuerzas políticas que dieron la base social que permitió llegar al Gobierno.
�La crisis se disparó aún más cuando el Presidente modificó el gabinete. ¿Cree que no comprendió que representaba a una coalición?
�Como siempre lo hace, el Presidente intentó encontrar la mejor solución. Insisto en que un gobierno de coalición es un aprendizaje. Tanto De la Rúa como Chacho o en otra escala Aníbal y yo estuvimos escuchándonos estos días. Y la mejor manera de fortalecer a la Alianza es gobernar, acordar programas y políticas. Para que la gente empiece a sentir que la Alianza es un instrumento válido y estratégicamente útil para mejorar su calidad de vida. Podemos hablar mucho, pero si nosotros no gobernamos en el sentido que nos propusimos y la gente en su vida cotidiana no empieza a sentir cambios va a ser muy difícil hacer creíble a la política. Tanto en la política como en casi todas las cosas de la vida el trabajo es el mayor ordenador. En este sentido, hoy más que nunca tenemos que concentrarnos en nuestros compromisos de campaña. Aníbal y yo estamos dispuestos a cumplir estas promesas encarando desde los temas del empleo y la seguridad hasta los baches en la ciudad de Buenos Aires. Creo que debemos gobernar más rápido, más fuerte. En la última elección, en muchos casos, la gente dio un mensaje muy claro al votar a la Alianza para la presidencia, gobernadores de otro signo político y hasta partidos vecinalistas, en algunos casos, para las intendencias.
�Coincide con los analistas que opinan que los partidos de la coalición estaban un poco adormecidos en la generación de hechos y discusión política. ¿Volvió la política?
�Creo que hay que recuperar el sentido y la dignidad de la política y su utilidad. Hoy nadie discute la necesidad de fortalecer las democracias en Latinoamérica, pero luego esta definición se traduce en hechos cotidianos en los que la gente se siente incluida o excluida, donde la gente se siente partícipe o ajena. Lo que hay que recuperar es el valor de la palabra, la contundencia de los hechos, la capacidad de escuchar, de ser autocrítico y de tolerar las críticas. Hay que dar cumplimiento al mensaje que la gente dio en la última elección, por lo menos el que yo percibo con más fuerza: gobiernen bien, rápido y juntos. 
�¿Cómo se interrelacionan las definiciones de los partidos de la Alianza con las medidas de Gobierno?
�El Presidente y el vice recibieron un país muy complejo. Una deuda social enorme, una situación económica compleja y todo el tiempo trabajaron codo a codo enfrentando situaciones muy difíciles. Por eso desde la Ciudad estamos trabajando incansablemente para que la Alianza vuelva a estar tan junta como estaba.
�¿Cómo analiza las duras críticas que hubo hacia el Gobierno en la reunión del lunes pasado en el Comité Capital de la UCR?
�Ante una situación de tanta incertidumbre me consultaron desde el comité capital qué posibilidad había de estar presente en un plenario abierto a todos los afiliados. Una reunión inédita en la que más de quinientas personas circularon por el local del partido. Me comentaban que hacía muchos años que no había un número similar de participantes en una actividad partidaria. El lunes la gente presente llegaba hasta la puerta de calle del edificio y tenía muchas ansias de participación. La reunión se extendió desde las ocho de la noche hasta las tres de la mañana. Había mucha necesidad de escuchar y ser escuchado. Para mí fue duro y enriquecedor escuchar de los propios militantes del partido la situación en la que estaban. Aun las voces más críticas rescataban la Alianza como un instrumento básico para llevar adelante el Gobierno y la necesidad de que el Presidente liderara su recomposición a nivel nacional.
�¿El Presidente contempla la posibilidad de pactar con Carlos Menem?
�Sobre ese tema no tengo información y no me correspondería contestar. Lo que sí creo es que el Presidente tiene una gran capacidad de escuchar. Me había pedido especialmente que le contara con detalles las opiniones de los militantes radicales. Sobre todo las críticas más duras. Ni en los momentos más difíciles el Presidente pierde está capacidad. Estoy segura de que De la Rúa no se va a encerrar sobre sí mismo y va a encontrar el rumbo para recuperar la Alianza en la Nación y salir adelante.
�Luego de la renuncia del vicepresidente Alvarez se abre una nueva etapa para el Gobierno y para la Alianza. ¿Cómo imagina que será?
�Sí, comienza una nueva etapa. Hay que gobernar rápido y bien, estando cerca de la gente y sobre todo realizando una fuerte autocrítica.

 

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