Por Cledis Candelaresi
 Con un singular cotillón, los gremios aeronáuticos manifestaron ayer contra el plan director que los accionistas privados de Aerolíneas Argentinas ya empezaron a instrumentar de hecho. Desde Aeroparque hasta el consulado español, una caravana de autos escoltó un Fokker desguazado por la actual administración, exhibido como símbolo de sus desatinos. Pero difícilmente la ingeniosa protesta sirva para que el Gobierno considere la propuesta de salvataje de algunos sindicatos, contrapuesta a la elaborada por la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales.
�Suena razonable pero no tiene garantizado ni el financiamiento ni el operador�, aseguró ayer a este diario una fuente de Economía, descalificando la alternativa presentada por algunos gremios. Con el asesoramiento de un experto norteamericano, técnicos, personal de tierra y azafatas diseñaron un plan que prevé, entre otras cosas, distinguir sobre la multimillonaria deuda de Aerolíneas entre la �legítima y la ilegítima�; forzar a los españoles a que absorban el pasivo que quede en pie; y darle el manejo de la empresa a los trabajadores, que buscarían el auxilio de una operadora.
Según dejaron entrever los dirigentes gremiales, ese operador podría ser Delta. Pero el Gobierno suscribe los propios dichos del directivo de la SEPI, principal accionista, Pedro Ferreras, de que esa firma norteamericana no habría asumido ningún compromiso en este sentido. �Es porque respetan los acuerdos de confidencialidad�, replica la azafata Alicia Castro. El otro punto débil es el financiamiento que los sindicatos aseguran poder conseguir, aunque sin develar de qué entidad crediticia.
En algún momento pensaron en pedir un préstamo del BID, habilitados por el programa de propiedad participada. Pero en este caso necesitarían un aval del Gobierno que jamás obtendrían. �¿Por qué el Estado le tendría que avalar el préstamo a un privado?�, se preguntan en el Palacio de Hacienda.
Las fichas oficiales están puestas en la difícil negociación abierta con los españoles, que el domingo liderarán en Buenos Aires una asamblea de accionistas. Allí se definiría si se limitan a capitalizar parte del dinero que la propia SEPI �prestó� a Aerolíneas (transformando en capital lo que hoy es pasivo) y asumirían el compromiso de inyectar fondos frescos, no ya para revitalizar la empresa sino para garantizar la operatividad. Imprescindible oxígeno para sostener a Aerolíneas, aunque sea hasta marzo, cuando termine la temporada alta.
Hasta anoche aún no había certeza en el Gobierno de qué podrá ocurrir en el cónclave dominical, ni siquiera qué funcionario del Ministerio de Economía encabezará la discusión con los españoles, que aún está abierta. En las últimas semanas, el ex ministro de Infraestructura había monopolizado este contacto, y su marginación del Gobierno fue resuelta el mismo día en que se disponía viajar a Madrid. Esto fuerza un reacomodamiento.
Si la SEPI resolviera aquella capitalización, simple operación técnica, y garantizara la cobertura de los próximos baches operativos, el Gobierno se dará por satisfecho. La SEPI habría desistido de expulsar personal, aunque abrirá retiros voluntarios y reducirá salarios. Para la administración aliancista sería un costo mínimo en relación al que debería asumir si la quiebra técnica que acusa el balance de Aerolíneas se materializara justo en plena crisis política. La apuesta oficial se limita a ganar tiempo.
Yacyretá no vale tanto
El ministro de Economía, José Luis Machinea, rechazó ayer los reclamos por 1500 millones de pesos que Eriday, contratista civil de Yacyretá, planteó al gobierno argentino por diversos asuntos contractuales pendientes. El rechazo, en línea con lo que ya había expresado públicamente el ex ministro de Infraestructura, Nicolás Gallo, habría sido formulado ante Henry Kissinger, con quien se reunió el ministro. El lobbista norteamericano fue designado por el consorcio privado para que arbitre en la resolución del tema. Pero la administración aliancista no sólo rechaza que las obligaciones pendientes sean de aquella magnitud, sino que niega la posibilidad de que este diferendo deba resolverse en un arbitraje.
| Alza en los combustibles
Los combustibles de Shell se venden, a partir de hoy, con un aumento de un centavo por litro en el caso de las naftas y de 1,5 centavos en los distintos tipo de gasoil, con excepción del mayorista con destino al agro y al transporte. La empresa justificó el aumento por el alza de precios en los mercados mundiales, revirtiendo así la reducción dispuesta el 25 de septiembre pasado �cuando empezó a experimentarse una tendencia a la baja� en esos mismos mercados. |
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