Por Cledis Candelaresi El Gobierno avaló ayer formalmente el plan que el socio español presentó meses atrás para reestructurar Aerolíneas Argentinas, mediante un acuerdo suscripto entre el secretario de Programación Económica, Miguel Bein, y el presidente de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales, Pedro Ferreras. El accionista español se compromete a capitalizar 650 millones de pesos a cambio de que el Estado argentino aporte en efectivo 30 millones y le garantice una serie de prerrogativas, algunas tan complejas como la rebaja de tasas aeroportuarias que cobra el consorcio liderado por Eduardo Eurnekian. Tal como se previó en junio pasado, el Plan Director no supondría despidos compulsivos, aunque sí la apertura de retiros voluntarios, una drástica reducción salarial y una revisión de todos los convenios colectivos de trabajo con el propósito de achicar costos. Después, los socios privados buscarían un comprador, para poder dejar atrás la pesadilla de su propia gestión en la Argentina. El Gobierno intentó presentar el acuerdo como producto de una acelerada y exitosa negociación. Pero, en rigor, ni es novedoso ni garantiza la continuidad de Aerolíneas más allá de los próximos meses. �Estamos muy contentos de haber terminado muy rápidamente un acuerdo que, quizás, llevó demasiado tiempo�, aseguró ayer José Luis Machinea. El acta de carilla y media firmada ayer en la sede de la Jefatura de Gabinete se limita a rubricar los puntos fundamentales del acuerdo que la SEPI propuso al gobierno argentino hace varios meses y que el domingo deberá ser convalidado en una asamblea de accionistas. El proyecto español fue rediseñado después de que los gremios y el propio gobierno rechazaran de cuajo su intención inicial de recomponer las cuentas de la compañía despidiendo de un plumazo a 1500 personas. �Se ha desarrollado un plan operativo (...) teniendo en especial consideración la preservación de la fuente de trabajo�, consigna el punto 2 del acta difundida ayer. Ferreras también asumió este compromiso, aunque en términos igualmente vagos. En su rol de coordinador de Transporte, Bein intentó ser más contundente: �No va a haber despidos en Aerolíneas. Claro que en una empresa de 6000 empleados, siempre hay bajas e incorporaciones�. Según el resumen que los propios españoles hicieron de su propuesta, alguna vez denominada �de salvataje�, los 117 millones de pesos destinados a salarios en el último balance, deben reducirse a 89 el año próximo, mediante un recorte salarial de hasta el 20 por ciento, la reformulación de los convenios colectivos y los retiros voluntarios, vía por la que ya se fueron 350 empleados mientras el Gobierno desmenuzaba la propuesta ibérica. Aerolíneas Argentinas está técnicamente quebrada y sólo un aporte de dinero fresco o algún pase contable puede evitar su derrumbe. Por esta razón, el punto medular de la propuesta es la promesa de capitalización por 650 millones. Aunque, de este monto, nada será destinado a inversiones que puedan revitalizar la compañía. Unos 442 millones corresponderán a capitalización de �aportes irrevocables�, especie de préstamo que la propia SEPI realizó a ARSA (Aerolíneas Argentinas Sociedad Anónima) por un monto total de 690 millones. Los 220 millones restantes ingresarían en efectivo, con destino a cubrir el actual déficit operativo, pero no un programa de expansión. Aun así, la compañía seguirá soportando el lastre de su millonario pasivo financiero, cercano a los 600 millones de dólares. El Plan Director prevé una disminución gradual de estas obligaciones �muchas contraídas con bancos ligados al accionista español�. Pero aun en el 2003, éstas superarían los 500 millones. El Estado, por su parte, consiente cada uno de los reclamos ibéricos, empezando por un aporte en efectivo de 30 millones �correspondiente al 5 por ciento del capital accionario en su poder�, a realizar según lopermitan las cuentas públicas. Pero también admite aun en aquellas demandas que le puedan abrir otros frentes de conflicto: Tal como le exige la administración española, liberará el servicio de rampas que hoy presta la reestatizada Intercargo. Aerolíneas podrá, incluso, asociarse con esta firma pública para ofrecer servicios a terceros. Se compromete a �colaborar� con las negociaciones abiertas con Aeropuertos Argentina 2000 para �reducir� el costo del uso de la estación, es decir aquellas tasas que hoy cobra a las compañías aéreas el consorcio comandado por Eurnekian. Este cometido es previsiblemente difícil, si se atiende que el empresario le reclama a ARSA 40 millones por tasas impagas. El Estado, a través de la Fuerza Aérea, se compromete a su vez, a rebajar las tarifas que cobra y a revisar la vigencia en Argentina de las normas internacionales FAR, que garantizan el tiempo de descanso de la tripulación. También a impulsar la revisión de recientes disposiciones del Comando de Regiones Aéreas, que otorgaban a las azafatas el status de personal de seguridad, obligando a la compañía a brindarles una capacitación acorde con esta categoría.
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