Por
Daniel Guiñazú
La resolución del escándalo Moli-Masseroni sigue consumiendo
buena parte del tiempo y las energías de los dirigentes de la Federación
Argentina de Box. Pero no tanto como para demorar la aparición
en escena del nuevo Reglamento Argentino de la actividad. La nueva norma
ya está redactada y ahora se encuentra en etapa de revisión
por parte de personalidades del ambiente (periodistas, técnicos
y médicos) quienes están haciendo llegar por escrito sus
impresiones a las autoridades de la FAB. Luego de una nueva reescritura
para incluir esas enmiendas, el Reglamento estará listo para ser
elevado a la consideración de la Inspección General de Personas
Jurídicas. Si ésta se expide en los plazos previstos, antes
de fin de año el boxeo argentino tendrá un nuevo marco legal
acorde con el tercer milenio y podrán ponerse en marcha cambios
largamente reclamados. Si no, habrá que esperar hasta no más
allá del primer trimestre de 2001 para que el nuevo reglamento
sea una realidad.
Más allá de las novedades institucionales y de las pequeñas
modificaciones que puedan introducirse en su reescritura, el escenario
que aguarda al boxeo argentino a partir del 2001 es el siguiente.
1) Se admite la práctica del boxeo femenino, tanto aficionado como
profesional: aunque la actividad de las chicas estaba aceptada de hecho,
no se la contemplaba reglamentariamente por lo que ninguna pelea entre
mujeres tenía validez legal, con los riesgos que ello implicaba
para quienes lo practicaban y para las autoridades de la sede del combate.
Con esta incorporación, la FAB pone bajo su jurisdicción
una variante del boxeo que estaba fuera de su tutela y a partir de la
sanción del reglamento, deberán ser las comisiones municipales
de cada ciudad las que designen los árbitros, jurados y médicos
de los combates. La idea en principio era autorizar el boxeo femenino
a modo de prueba por cinco años, pero finalmente se resolvió
habilitarlo en forma definitiva para amateurs y profesionales, para que
pueda pelear en el país la formoseña Marcela Tigresa
Acuña que, por haber combatido en el exterior ante Christy Martin
y la alemana Regina Halmich, es considerada boxeadora rentada.
2) Se crea la categoría superpesado para boxeadores de más
de 97,522 kilogramos: en el ámbito internacional, sólo la
Unión Mundial de Boxeo reconoce esta categoría que les da
cabida a los mastodontes. De esta manera, el peso pesado dejará
de ser en la Argentina la máxima división y tendrá
un límite comprendido entre los 86,183 y los 97,522 kilos. Es muy
probable que luego de que cumplan la sanción (ver recuadro) Moli
y Masseroni disputen el título argentino de la nueva división.
3) Se admite el medio punto (10 a 9,5) como ventaja mínima para
fallar cada round: se toma como modelo, en este sentido, el boxeo inglés,
que hace tiempo que admite la fracción. La modificación
tiende a desalentar a los jurados conservadores (mayoría enorme
en la Argentina, sobre todo en el interior) que sólo dan ganador
en un round en caso de ventajas clarísimas. Con el medio punto,
será imposible que se sigan fallando rounds empatados ya que podrá
aplicárselo en aquellos asaltos parejos o con escasa actividad
en los que un solo golpe bien dado marca la diferencia.
4) Los títulos argentinos podrán disputarse a 10 rounds:
la letra del Reglamento incorpora la opción: podrán seguir
disputándose campeonatos a 12 asaltos. Pero si hay acuerdo entre
las partes (los boxeadores y el promotor de la pelea), se aceptará
que el combate titular dure 10 rounds. Una decisión acertada que
tiende a preservar la salud de los púgiles. Treinta minutos de
hostilidades son más que suficientes para determinar la suerte
de cualquier campeón.
5) Un boxeador podrá ser campeón en más de una categoría:
en los albores del boxeo argentino, esto era perfectamente posible. Luego
dejó de serlo y el campeón de una categoría que retaba
al de otra y ganaba el título, debía renunciar a la corona
que tenía antes de ganar la nueva. Ahora podrá haber émulos
criollos de Henry Armstrong, aquel portentoso estadounidense de los años
30 que pudo ser simultáneamente campeón mundial en tres
divisiones.
6) En caso de que una pelea sea televisada y haya una acción polémica,
el árbitro podrá recurrir a la repetición en videotape
antes de determinar el fallo: una ayuda imprescindible en el caso de las
decisiones técnicas (cuando un boxeador sufre una herida y no se
puede establecer si fue producto de una acción lícita o
ilícita) o de los golpes bajos. En esas situaciones, el árbitro
podrá reclamarle al director o al camarógrafo la reiteración
de la escena polémica tantas veces sea necesario para reducir el
margen de error a la hora de determinar si una pelea puede seguir o no.
7) Dejará de existir el abandono como fallo de pelea: hasta ahora,
cuando a un boxeador le arrojaban la toalla desde el rincón, no
salía a pelear al comienzo de un round o hacía gestos ostensibles
que deseaba no seguir combatiendo, correspondía declararlo perdedor
por abandono. Cuando rija el nuevo reglamento, la misma situación
será considerada como nocaut técnico, tal como sucede en
todo el mundo.
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