Por
Patricia Chaina
No es lo mismo decir persona discapacitada que persona con capacidades
diferentes. No es lo mismo decir cocainómano que una persona con
adicción a la cocaína, explica Diego Bustos, el joven
argentino presentador de deportes en CNN en español. Bustos habla
del lenguaje como herramienta informativa, en general, y del caso Diego
Maradona en particular. Y trata de mantener la neutralidad que impregna
la línea editorial de la cadena noticiosa más grande de
América latina. CNN en español cuenta con 10 millones de
hogares abonados: aproximadamente la mitad están en Argentina.
Opiniones dan los especialistas. Nosotros no podemos siquiera decir:
`fue un buen partido, o `tal equipo jugó mejor que el otro,
al finalizar un juego, detalla Bustos.
Sin embargo, entrevistado por Página/12 durante su paso por Buenos
Aires, Bustos se permite impresiones personales y cuenta: Tengo
una relación profesional con Diego, siempre fue muy amable conmigo
pero reconozco que tuvo actitudes incomprensibles. Creo que en él
se juega el dilema de todo ídolo: enfrentar al mundo desde sus
limitaciones. Pero él no provocó el conflicto, creo que
lo que pasó es que fue el primer gran perseguido por los paparazzi,
en los 80 en Europa.
¿Cómo evalúa la metodología de la línea
editorial de CNN?
Nosotros objetivizamos, no hay editoriales ni opinión propia.
Somos una vía entre lo que pasó y la gente. Pero esto no
evita que se condene la violencia en el deporte, o el doping. Se puede
decir: La mala conducta de los violentos llevó a que el partido
se suspenda. Es una forma de condenar esa violencia sin decir que
CNN condena la violencia en el fútbol. Precisión en las
palabras. Cada departamento tiene su copy editor para supervisar estilos.
¿Qué limites establecen para discernir información
de sensacionalismo?
No mostrar imágenes que un canal amarillista mostraría,
pero informar. Si hay imágenes como la muerte del niño palestino,
mostrarlas, son crueles pero reales. No hace falta regodearse en el charco
de sangre, pero no decir lo que pasa sería falsificar la noticia,
hacer terrorismo informativo.
¿Qué impresión tiene sobre el trabajo en CNN,
respecto a su paso por canales argentinos?
El hecho de que todo funcione sincronizadamente y se busque la armonía
y el buen trato ayuda a mejorar el producto, lo demás son cuestiones
técnicas. Pero esa combinación me sedujo. Yo estaba en Red
de Noticias y fui unas vacaciones a buscar trabajo a Estados Unidos, sabía
que si había una posibilidad la iba a aprovechar. Tiré casetes,
iba de caradura, golpeaba puertas ¡y me recibían! Me entrevisté
con directores de programación. No conseguí mi objetivo
pero me enamoré de Estados Unidos. Volví con un contacto
en CNN donde acababan de aprobar las 24 horas en español y empecé
a mandarles videos y a llamar cada 20 días. En el 97 firmé
para conducir el segmento deportivo.
¿Buscaba dedicarse a la información deportiva?
En Red de Noticias hacía información general, pero
me gustó deportes, es más relajado. Además entré
con 25 años. Para noticias generales hay que tener un par más
de arrugas. Pero fue mi oportunidad y me dediqué a eso. No sólo
presento noticias, escribo e investigo. Estoy en todo el proceso de la
información. Lo hice siempre, claro que en mis inicios fue distinto:
tenía 16 años y hacía un programa en María
Juana, Santa Fe: Video Top, donde hacía todo, desde
grabar mi imagen poniendo REC en la cámara antes de correr a sentarme,
hasta robar clips de los canales de aire y editar. Muy divertido. Y muy
distinto al primer mundo que vivo en CNN.
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