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�Hay que informar sin ser amarillo�

Diego Bustos consiguió el sueño del pibe: de hacer �todo� en un canal de Santa Fe llegó a ser presentador de noticias deportivas en CNN en español.

Por Patricia Chaina

t.gif (862 bytes)  “No es lo mismo decir persona discapacitada que persona con capacidades diferentes. No es lo mismo decir cocainómano que una persona con adicción a la cocaína”, explica Diego Bustos, el joven argentino presentador de deportes en CNN en español. Bustos habla del lenguaje como herramienta informativa, en general, y del caso Diego Maradona en particular. Y trata de mantener la neutralidad que impregna la línea editorial de la cadena noticiosa más grande de América latina. CNN en español cuenta con 10 millones de hogares abonados: aproximadamente la mitad están en Argentina. “Opiniones dan los especialistas. Nosotros no podemos siquiera decir: `fue un buen partido’, o `tal equipo jugó mejor que el otro’, al finalizar un juego”, detalla Bustos.
Sin embargo, entrevistado por Página/12 durante su paso por Buenos Aires, Bustos se permite impresiones personales y cuenta: “Tengo una relación profesional con Diego, siempre fue muy amable conmigo pero reconozco que tuvo actitudes incomprensibles. Creo que en él se juega el dilema de todo ídolo: enfrentar al mundo desde sus limitaciones. Pero él no provocó el conflicto, creo que lo que pasó es que fue el primer gran perseguido por los paparazzi, en los 80 en Europa”.
–¿Cómo evalúa la metodología de la línea editorial de CNN?
–Nosotros objetivizamos, no hay editoriales ni opinión propia. Somos una vía entre lo que pasó y la gente. Pero esto no evita que se condene la violencia en el deporte, o el doping. Se puede decir: “La mala conducta de los violentos llevó a que el partido se suspenda”. Es una forma de condenar esa violencia sin decir que CNN condena la violencia en el fútbol. Precisión en las palabras. Cada departamento tiene su copy editor para supervisar estilos.
–¿Qué limites establecen para discernir información de sensacionalismo?
–No mostrar imágenes que un canal amarillista mostraría, pero informar. Si hay imágenes como la muerte del niño palestino, mostrarlas, son crueles pero reales. No hace falta regodearse en el charco de sangre, pero no decir lo que pasa sería falsificar la noticia, hacer terrorismo informativo.
–¿Qué impresión tiene sobre el trabajo en CNN, respecto a su paso por canales argentinos?
–El hecho de que todo funcione sincronizadamente y se busque la armonía y el buen trato ayuda a mejorar el producto, lo demás son cuestiones técnicas. Pero esa combinación me sedujo. Yo estaba en Red de Noticias y fui unas vacaciones a buscar trabajo a Estados Unidos, sabía que si había una posibilidad la iba a aprovechar. Tiré casetes, iba de caradura, golpeaba puertas ¡y me recibían! Me entrevisté con directores de programación. No conseguí mi objetivo pero me enamoré de Estados Unidos. Volví con un contacto en CNN donde acababan de aprobar las 24 horas en español y empecé a mandarles videos y a llamar cada 20 días. En el ‘97 firmé para conducir el segmento deportivo.
–¿Buscaba dedicarse a la información deportiva?
–En Red de Noticias hacía información general, pero me gustó deportes, es más relajado. Además entré con 25 años. Para noticias generales hay que tener un par más de arrugas. Pero fue mi oportunidad y me dediqué a eso. No sólo presento noticias, escribo e investigo. Estoy en todo el proceso de la información. Lo hice siempre, claro que en mis inicios fue distinto: tenía 16 años y hacía un programa en María Juana, Santa Fe: “Video Top”, donde hacía todo, desde grabar mi imagen poniendo REC en la cámara antes de correr a sentarme, hasta robar clips de los canales de aire y editar. Muy divertido. Y muy distinto al primer mundo que vivo en CNN.

 

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