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Medio oriente en llamas

LA CUMBRE DE SHARM EL SHEIJ SEGUIRA HOY EN BUSCA DE RESULTADOS
Negociando cara a cara (de perro)

El premier israelí Ehud Barak y el líder palestino Yasser Arafat asistieron a Egipto para terminar con una violencia en Medio Oriente que no cesa. Pero rehusaron un encuentro a solas y los funcionarios de sus gobiernos se dijeron de todo. Estados Unidos, la ONU y el país anfitrión forzaron un día más de �conversaciones�.
El presidente norteamericano Bill Clinton habla. El líder palestino Yasser Arafat, amargado, escucha como no queriendo escuchar.
Por Angeles Espinosa *
Desde Sharm el Sheij 


t.gif (862 bytes) Siete hombres, un objetivo y poco tiempo. El presidente egipcio Hosni Mubarak, el norteamericano Bill Clinton, el premier israelí Ehud Barak, el líder palestino Yasser Arafat, el rey Abdalá II de Jordania, el representante europeo Javier Solana y el secretario general Kofi Annan se quedaron a cenar juntos en el centro de conferencias de Sharm el Sheij y continuarán con las negociaciones, luego de un día en el que no llegó el compromiso para poner fin a 18 días de violencia. Es más: el tono de todos los participantes, sobre todo del lado árabe, fue particularmente ofensivo. Barak y Arafat se miraron con caras duras. No se dirigieron la palabra, aunque algunos funcionarios señalaron que �se dieron la mano�. Mubarak, Annan y Clinton multiplicaron sus charlas personales con ambos. Las reuniones paralelas entre ministros de Relaciones Exteriores tampoco dieron resultado. El ministro de Turismo israelí, Amnon Lipkin-Shahak, quiso aflojar un poco la tensión diciendo que �ha habido algún progreso en las discusiones, así como también grandes dificultades�.
�No podemos fallar�, había dicho significativamente Clinton al inaugurar la cumbre convocada de urgencia en este enclave del mar Rojo egipcio para evitar el espectro de la guerra. En ese preciso momento, todos ellos volvían a reunirse por segunda vez en la jornada después de que los ministros de Asuntos Exteriores fracasaran en la redacción de una declaración conjunta, según informó un portavoz egipcio. Los funcionarios israelíes dijeron que el encuentro había estado lleno de pesimismo, frases hirientes y amargura. �Ustedes nos hablan con las armas�, le dijo el jefe de negociadores palestinos, Saeb Erekat, al canciller interino israelí Shlomo Ben Ami. �Guárdese esas palabras para la CNN�, le replicó Ben Ami. El canciller israelí sólo volvió a la mesa en compañía de la secretaria de Estado norteamericana, Madeleine Albright.
Los mediadores tuvieron muchísimo trabajo. Las sensibilidades de israelíes y palestinos obligaban a verdaderos ejercicios semánticos. Convencidos de la necesidad de un acuerdo, pero atenazados por el peso de sus respectivas opiniones públicas, los dirigentes luchaban contra las palabras. La palabra �withdrawal� (�retirada� en inglés, la lengua de trabajo de la cumbre) resultaba demasiado dura para los israelíes. ¿Cómo expresar entonces la necesidad de volver a la situación de antes del pasado 28 de septiembre, tal como exigían los palestinos? Pero el verdadero �hueso� seguía siendo, como en los días previos a la cumbre, la investigación internacional sobre lo sucedido que exigían los palestinos. �Unos quieren una misión investigadora amplia, los otros aceptarían como mucho un proceso de esclarecimiento con participantes limitados�, explicaba a este diario una fuente cercana a las negociaciones. Se trataba entonces de encontrar una redacción aceptable por todos y que permitiera tanto a Barak como a Arafat salvar la ropa ante sus respectivas opiniones públicas.
El anfitrión, el presidente egipcio Hosni Mubarak, recibió por separado a cada uno de los otros participantes antes de convocarlos a todos a su despacho, al filo de la una de la tarde. Era la primera vez, desde hace días, que Arafat y Barak se veían cara a cara. �El más tenso de todos era, sin duda, Barak�, relató un funcionario que presenció el momento. Había motivos para ello. Incluso en la distribución física de los espacios, debía sentirse un poco aislado. Su oficina, al lado de la de Clinton, quedaba en el otro extremo del patio interior en donde se hallaba el despacho de Arafat, flanqueado éste por el rey Abdalá de Jordania, Kofi Annan y Javier Solana. En medio de las dos alas, el presidente egipcio. 
La apertura formal de la cumbre estuvo desprovista de cualquier asomo de euforia. Sólo dos discursos, los de Clinton y Mubarak. Los copatrocinadores fueron al grano. El �rais� (dirigente islámico), en un discurso muy duro, dirigido sobre todo a la opinión pública árabe, subrayó que se había visto obligado a convocar la reunión a la vista de las �difíciles circunstancias que vive la región� desde que se inició la revuelta palestina. No eludió referirse a la polémica visita a la Explanada de las Mezquitas del líder conservador israelí, Ariel Sharon, admitida como desencadenante de la violencia. Mubarak la calificó de suceso �provocador�. El presidente egipcio arriesga en esta cumbre su prestigio personal, ya que sus conciudadanos le reclaman que apoye la causa palestina. Un fracaso podría colocarle en una difícil situación en su propia casa. Más tarde, el portavoz de la Casa Blanca, P.J. Crowley, aclaró que no había sido avisada del tono del discurso de Mubarak. 
Clinton, conciliador pero firme, advirtió que �el futuro del proceso de paz y la estabilidad en la región estaban en juego�. El presidente norteamericano pidió a israelíes y palestinos que dejen de culparse unos a otros por la violencia. �Para tener éxito hay que ir más allá de quién es el culpable�, dijo. �Tenemos que centrarnos en el día de mañana, y en el día siguiente y en el día siguiente�, añadió.
Horas después, ese optimismo no se había traducido aún en hechos, pero todos parecían decididos a no dejar escapar la ocasión. �Una reunión como ésta no se organiza para nada�, insistían los portavoces de las distintas delegaciones. Sin embargo, la distancia entre las posturas sigue pareciendo insalvable.
* El País de Madrid. Especial para Página/12.

El premier israelí Ehud Barak bromea con un egipcio.
Detrás, las caras que dominan por ahora la cumbre.

 

Claves

Los gobiernos israelí y palestino no llegaron a ningún acuerdo para poner fin a 18 días de violencia, que ayer creció con una ferocidad mayor que durante los últimos dos días.
El �hueso� duro de roer es la formación de una comisión internacional para investigar la muerte de palestinos a partir de los días 28 y 29 de septiembre pasado, pedida por los palestinos y rechazada por los israelíes, que no quieren que esto acabe en manos de Naciones Unidas.
Sin embargo, detrás de este �hueso� existe una serie de demandas de ambas partes que parecen difíciles de saldar por el clima de la cumbre. Yasser Arafat y Ehud Barak se negaron a dialogar a solas, usan a los mediadores como canal de comunicación con el otro y sus funcionarios discuten agriamente en lugar de limar asperezas. Ambas partes se culpan de la violencia. �La paz no pasa por buscar culpables�, les dijo el presidente norteamericano Bill Clinton.


NUEVA OFENSIVA DE LA PROPAGANDA ISRAELI
La guerra por otros medios

Por Ian Black*
Desde Jerusalén

Incitado por el repudio internacional ante el puño de hierro con que aplastó la violencia palestina, Israel se defiende administrándole una fuerte dosis de anfetaminas a su propio aparato propagandístico. Mientras el proceso de paz trata de recuperar el equilibrio, asesores de imagen, fogueados por más de dos semanas de batalla, fueron llamados para ayudar al Estado judío a recuperar la iniciativa que perdió al comienzo de esta crisis. 
Ayer se mostró a los corresponsales en Jerusalén un video que antes había emitido la TV palestina: un sermón del viernes pasado del jeque Ahmed Abu Halabiya, que urgió a los creyentes en la mezquita de Gaza a �asesinar� a los judíos en todos lados. El primer ministro, Ehud Barak, llevó consigo la grabación a la cumbre de Sharm el-Sheikh para apoyar su posición de que Yasser Arafat está abriendo una brecha en el acuerdo de paz de Oslo de 1993 al alentar terribles �incitaciones� contra los israelíes y los judíos. Fuentes palestinas, sin embargo, sostuvieron que el predicador era un fanático que fue arrestado después del sermón. Barak voló a Egipto con funcionarios y diplomáticos preparados para hacer la defensa de Israel ante cientos de periodistas que asisten a la cumbre. En Jerusalén, los funcionarios admiten que la primera semana de disturbios fue una pesadilla para las relaciones públicas israelíes, que llegó a su máximo clímax con el asesinato televisado de un niño palestino en los brazos de su padre, uno más entre los 90 árabes que murieron hasta ahora. Para contrarrestar esto, Israel pone el acento sobre las imágenes del linchamiento, ocurrido el jueves pasado, de dos soldados israelíes que entraron en la ciudad de Ramalá de Cisjordania, y acusa a los palestinos de destruir la mayor parte del metraje filmado de esa escena. �Lo que perdimos con la imagen del niño en Gaza lo ganamos con el linchamiento�, admitió un alto funcionario israelí. Shimon Peres, el ex primer ministro, lo expresó sin pelos en la lengua: �Cuando se mata un niño pequeño, se pierde la guerra. Las explicaciones no son importantes.� 
El que conduce el trabajo de la información es Nahman Shai, vocero del gobierno durante esa extenuante guerra de nervios que también fue la Guerra del Golfo de 1991. El excelente inglés de Shai y su profunda comprensión de los medios son una poderosa combinación, aunque está lejos de resultar claro si puede cambiar la opinión internacional de que Israel, más que los palestinos, es el principal culpable en esta crisis. Shai es por cierto un buen rival para los locuaces y telegénicos voceros palestinos como Hanan Ashrawi y el negociador Saeb Erakat. Pero su énfasis en la refutación a la larga puede resultar demasiado a la defensiva y demasiado detallado. �El problema es que hoy la industria de los medios es demasiado rápida y nadie en el mundo tiene tiempo ni interés para chequear la información suministrada por los palestinos�, dijo. Parte de este nuevo enfoque es equipar a los soldados israelíes con cámaras para que se pueda mostrar el video que justifique sus acciones. 
Israel dice que tiene que usar balas de verdad porque los palestinos han disparado ocultos entre multitudes y en emboscadas. Pero incluso algunos periodistas israelíes dudan de esta versión. El 6 de octubre el vocero de las Fuerzas de Defensas Israelíes (FDI) anunció en el cruce de Netzarim en la Franja de Gaza habían disparado dos veces a palestinos que habían tirado una bomba casera. El vocero describió la respuesta como �moderada�. Pero ese día cuatro palestinos resultaron muertos y 24 heridos. �El informe tiende a crear la impresión de que es una lucha entre dos ejércitos parejos�, dijo Amira Hass, corresponsal del diario Haaretz.
Shai admitió que fue un error del ejército haber negado inicialmente que soldados israelíes habían disparado al niño Muhammad al-Dura, de 12 años, en el cruce de Netzarin. �La muerte del niño fue una historia horrible y trágica�, dijo. �En general, creo que es mejor admitir un error y pedir disculpas si es necesario, que negar algo que más tarde dañará la credibilidad.�

(Traducción: Celita Doyhambéhère)
De The Guardian de Gran Bretaña. Especial para Página/12

 

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