Por Martín Granovsky El vicepresidente del bloque
de diputados de la Alianza es uno de los radicales que se sienten más cómodos
por la coalición con el Frepaso. Varias veces diputado, fugaz ministro de
Economía por lealtad a Raúl Alfonsín en 1989, luego distanciado de
Alfonsín durante el Pacto de Olivos, Jesús Rodríguez militó en los '80
en el sector porteño de la Junta Coordinadora Nacional pero ahora no
integra la misma línea interna que Enrique "Coti" Nosiglia.
--¿Ya se terminó la Alianza?
--No. Los problemas del Gobierno se resuelven con más Alianza y
mejor funcionamiento de la Alianza.
--¿Usted cree que no hay peligro de disolución de la Alianza?
--No. Como diría un chino, el viernes en que renunció Chacho fue
el momento más oscuro, pero es el que precede al amanecer.
--¿Por qué está tan seguro?
--Porque el futuro no depende solamente de los actos individuales
de De la Rúa, Alvarez y Alfonsín.
--¿El bloque de diputados de la Alianza se pondrá ahora más
duro con De la Rúa? ¿Analizará los proyectos del Ejecutivo medida por
medida y artículo por artículo?
--No.
Usaremos el mismo rigor y el mismo compromiso programático de siempre.
--¿No serán más meticulosos?
--Insisto: el mismo rigor y compromiso.
--Cada uno tiene su teoría de por qué renunció Alvarez. ¿Cuál
es la suya?
--Bueno, él lo hizo explícito en la conferencia de prensa del
hotel Castelar, ¿no? Puedo entender, y entiendo, sus motivos. Sé que su
renuncia produjo un sacudón. Me hubiera gustado que ese viernes del
Castelar nunca hubiera llegado, y que nunca hubiera tomado esa decisión.
--¿Usted sabe si De la Rúa imaginó que Chacho pegaría el
portazo?
--No sé, no hablé con él del tema.
--¿Qué impacto tendrá la salida de los socialistas democráticos
del bloque de la Alianza?
--En términos legislativos la incidencia es nula, porque ellos no
acompañaron las leyes relevantes aunque fueron decisiones institucionales
del bloque de la Alianza después de un debate amplio y democrático.
--¿Cuál es hoy el peso real de Enrique Nosiglia en la UCR?
--El de alguien que expresa el punto de vista de una parte del
radicalismo. De una parte no mayoritaria.
--Nosiglia ha quedado como el símbolo de la política oscura y
opaca.
--No participo de su sector interno, y en la vida interna del
partido mantenemos visiones políticas y programáticas diferentes. Por
caso, siempre sostuvimos la necesidad de la convergencia programática
hacia la Alianza y él tuvo una opinión refractaria en relación a la
constitución de la Alianza.
--¿No se está generando la teoría conspirativa del entorno
alrededor de Fernando de la Rúa, como en 1974 con Juan Perón y en 1975
con Isabelita?
--Estamos en el siglo XXI, gobierna la Alianza y no el
justicialismo, y De la Rúa no es Perón.
--¿Qué Perón?
--No
es Juan Perón, y menos Isabel. Además, las teorías conspirativas de la
historia siempre demostraron su falsedad.
--Para usted, definitivamente no hay entorno.
--No hay entorno. Es el propio De la Rúa el que escucha opiniones
y toma decisiones. Para mí el problema es que hasta ahora no hemos sido
capaces, y subrayo el plural porque el problema excede a de la Rúa y
Alvarez, de constituir un espacio institucional para la Alianza como tal.
Esto es fundamental porque los partidos políticos constitutivos de la
Alianza son la base de sustentación de nuestro gobierno. La historia
argentina registra gobiernos sustentados en el poder de las bayonetas.
También está el caso de otros gobiernos, más recientes, basados en
compromisos con las corporaciones. Pero un gobierno que expresa el interés
general tiene que maximizar y optimizar la función institucional que
tienen los partidos en un sistema democrático.
--¿El uso de la primera persona del plural incluye a todo el
radicalismo?
--Al radicalismo y al Frepaso. Y a gobernadores, diputados,
senadores y autoridades partidarias.
--¿Por qué falla la sustentación del Gobierno?
--En última instancia, por la crisis de representación política
y la debilidad institucional de los partidos en nuestro sistema. Ese es
uno de los principales desafíos del funcionamiento del sistema democrático
en la Argentina. Le agrego, como elemento explicativo, las características
particulares de liderazgo político tanto de De la Rúa como de Alvarez.
--¿Cuál sería el efecto negativo de la crisis de representación?
¿En qué se notaría?
--En la escasa o reducida cultura de funcionamiento partidario
institucional.
--Alguno podría replicarle que eso es bueno, no malo.
--Yo sé que lo que voy a decir para muchos suena vetusto, pero no
hay forma de pensar el sistema democrático sin partidos políticos
capaces de expresar, canalizar y mediatizar las relaciones de la sociedad
con el Estado. En el radicalismo, esto nos lleva a plantear la necesidad
de modernizar el funcionamiento institucional de nuestro partido.
--¿En qué podría mejorar la UCR?
--Por ejemplo, instaurando los mecanismos de democracia semidirecta
que existen en la Constitución, como la consulta directa al afiliado
sobre temas específicos y particulares.
--La idea predominante indica que la política es una forma de
que los políticos se ayuden y se financien a sí mismos.
--Eso es un reduccionismo.
--¿Y no es cierto?
--En
el caso de la Alianza puede ser válido para casos excepcionalísimos. No
se aplica a los miles y decenas de miles de militantes políticos en todo
el país.
--Pero como percepción parece indiscutible.
--La percepción se cambia con ejemplaridad. Con política, con
actitudes, con gestos y acciones concretas. Por caso, la iniciativa de
nuestro gobierno de reformular el funcionamiento del sistema de partidos,
y asociado a ello la ley de financiamiento de los partidos políticos.
--Sin embargo, los punteros siguen existiendo.
--Eso forma parte más de la historia de la década del '30 que de
la realidad. Cuando los medios de comunicación no tenían la importancia
que hoy expresan y cuando la información no era on line, los únicos
vasos comunicantes del partido con la base social eran los dirigentes
barriales. Los mismos dirigentes de barrio que hoy los sectores
reaccionarios desacreditan cuando usan el nombre de punteros. Hoy esa
realidad no existe.
--¿No existe?
--No. Además, en un partido de masas como el nuestro, donde
participan en su vida partidaria un millón de personas, la caricatura de
la acción política resumida en el puntero es una imagen falsa.
--Rodríguez, ¿cuál es la diferencia entre lo que se llama
Grupo Sushi y la Coordinadora?
--A la Coordinadora casi se la hizo responsable de las invasiones
inglesas y el Grupo Sushi es una simplificación que surge de la necesidad
periodística de sintetizar. En todo caso no participo de los que creen
que la acción política moderna sea o se reduzca a la producción de
spots publicitarios. Algunos tienen una deformación: creen que es posible
sustituir la acción política en la sociedad recurriendo exclusivamente a
los medios electrónicos.
--¿Coincide con la crítica, que puede escucharse en la propia
Alianza, según la que al Gobierno le falta política?
--Nos faltó capacidad de acción conjunta entre el Gobierno, los
bloques legislativos y los partidos políticos que integramos la Alianza.
--¿Qué le toca específicamente al Gobierno?
--Creyó que con la acción de los funcionarios, y eventualmente
con difusión escasa y esporádica, se sustituye el principal activo que
tiene, que son los cientos de miles de ciudadanos esperanzados con la
Alianza y comprometidos con la construcción de una sociedad mejor.
--Déme un ejemplo de lo que el Gobierno pudo haber hecho y no
hizo.
--La ley laboral tan traída y llevada tiene, por ejemplo,
incorporado por iniciativa del bloque de diputados de la Alianza, el
derecho de información y consulta de los trabajadores en la negociación
colectiva, que a partir de esa ley no está restringida a la cúpula
nacional del gremio sino a los sindicatos por rama, actividad, región o
empresa. Ese es un avance sustancial que no fuimos capaces
--Gobierno, bloques y partidos--, de hacer reconocible por el
conjunto de la sociedad y los trabajadores.
--¿Cómo lo podrían haber hecho?
--Recorriendo el país y vertebrando reuniones en las ciudades.
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