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NUEVA AUDIENCIA EN EL JUICIO A SUAREZ MASON Y RIVEROS
Carlotto contó su tragedia en Italia

Por Laura Términe
Desde Roma

t.gif (862 bytes) En una nueva audiencia del juicio que se realiza en Italia contra los ex generales Guillermo Suárez Mason y Santiago Riveros, el ex jefe del primer cuerpo de Ejército fue señalado por la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, como el responsable del asesinato de su hija Laura Carlotto y de la desaparición de su nieto Guido, nacido durante el cautiverio de su madre en el centro clandestino La Cacha durante 1978. En un testimonio que se extendió por dos horas y durante el cual Carlotto contó serenamente y con lujo de detalles el calvario que se inició con el secuestro de su marido Guido �restituido después de un rescate de 40 millones de pesos de la época� y siguió con la desaparición de Laura, la representante de Abuelas dejó en claro al juez Mario D�Andria que Suárez Mason era el responsable de la cárcel ilegal por donde pasó su hija, ubicada dentro de la zona I, bajo la tutela del ex represor.
Carlotto relató al jurado un encuentro con el ex general Reynaldo Bignone �por entonces secretario del dictador Jorge Videla y superior de Suárez Mason en la escala de jerarquías militares� ocurrido en diciembre de 1977, donde le pidió a quien sería el último presidente de la dictadura que le fuera restituido el cuerpo de su hija, a la que creía muerta. �Me encontré delante de una persona desquiciada, que tenía un arma sobre su escritorio y que me dijo que había visitado las cárceles de Uruguay donde estaban detenidos los tupamaros, y que ellos no cometerían el mismo error de los militares uruguayos, porque en las cárceles los subversivos se fortificaban y convencían a los guardiacárceles.� Bignone tomó nota del asunto, y el cadáver de Laura apareció en una comisaría de Isidro Casanova el 25 de agosto de 1978, junto al cuerpo de Carlos Lahitte, también detenido en La Cacha. La policía informó a la familia Carlotto que los había matado el Ejército después de que se negaran a detener la camioneta en la que viajaban. En el medio, los Carlotto habían pagado a un intermediario 150 millones de pesos para volver a ver a su hija.
Carlotto y Lahitte (cuyo caso no está entre los siete italoargentinos por los cuales se lleva adelante este juicio) habían sido trasladados de La Cacha la noche del 24 de agosto con la promesa de que serían liberados, pero horas más tarde serían ejecutados con disparos realizados a 30 centímetros de distancia, como lo demostró el equipo de antropólogos que realizó la exhumación de los dos cuerpos el 25 de abril de 1985. El trabajo de los antropólogos determinó también que Laura había tenido un bebé �a pesar del proyectil en la panza que intentó disimularlo� y los testimonios de María Inés Paleo, Eduardo Morote, Alcira Ríos (abogada de Abuelas) y Luis Córdoba, todos sobrevivientes de La Cacha que ayer declararon en el aula bunker de Rebibbia, confirmaron la presencia de Laura en el lugar y el nacimiento de Guido el 26 de junio de 1978 en el Hospital Militar. 
�Cuando la iban a sacar, Rita (el nombre que le habían dado a Carlotto en La Cacha) me vino a saludar y me dijo que quería llevarse un recuerdo mío, le di mi corpiño de encaje negro�, dijo Ríos al tribunal, quien años después reconoció ante un juez como suyo el soutien encontrado en el cadáver de Laura. El ex primer ministro italiano Massimo D�Alema llegó con retraso a la audiencia y se sentó junto a la presidenta de Abuelas para escuchar los testimonios restantes. �Le había prometido a Estela que vendría, nos conocemos desde hace varios años y vine a saludarla y a dar mi testimonio de respeto y empeño en esta causa�, dijo el ex premier y ex comunista. D�Alema auguró la apertura en Italia de un juicio similar por los desaparecidos italianos en Chile y expresó su deseo de una justicia más efectiva para estos casos.

 

 

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