Página/12 en Gran Bretaña Por Marcelo Justo Desde Londres Durante su estadía en Inglaterra, para participar en una conferencia sobre �Internet en América latina�, el ex jefe de Gabinete Rodolfo Terragno dialogó con Página/12 sobre la necesidad de un nuevo rumbo económico y los errores que se cometieron durante los dos ajustes aplicados por José Luis Machinea. �¿Puede haber un derrame de la crisis política sobre la economía? �Si no se soluciona pronto, la crisis va a incidir en las expectativas. La estabilidad política es necesaria para crear confianza. �Precisamente se dice que la falta de despegue económico se debe a un problema de expectativas. Esto empeora la situación. �Una de las esperanzas era que la reorganización de gabinete sirviera para alimentar expectativas de crecimiento por un lado y despejar sospechas de corrupción por el otro. Creo que la reorganización que dispuso el Presidente fue orientada por otros criterios, como el de reafirmar su autoridad, y no se ha conseguido generar las expectativas que se necesitaban. �¿Qué cambios hubiera esperado en economía? �Hubiera esperado no un cambio de personas sino de actitudes y políticas. No creo en el fatalismo económico, por lo tanto no creo que no se pueda hacer algo distinto a lo que se está haciendo. Reconozco que hay límites muy claros. Los intereses de la deuda van a sumar más de 11 mil millones en el 2001, el déficit provisional unos 6 mil millones, y esto no deja margen para hacer mucho. Pero tanto la deuda como lo previsional son problemas transitorios. Vamos a tardar en superarlos, pero son transitorios. Si en el 2003 alcanzamos un déficit 0, no habrá más deuda, por lo tanto la cuenta de los intereses va a achicarse año tras año. Lo mismo va a ocurrir con el déficit previsional, porque estamos en una etapa de transición de un régimen estatal a uno privado. Me parece que anticipando el superávit que tendremos en el 2003, podemos acceder a un puente financiero que nos permita impulsar una baja de impuestos, perfectamente compatible con la disciplina fiscal, y necesaria para la reactivación. �¿Hay condiciones para acceder a este puente financiero? �Todo el mundo quiere tener una negociación al más alto nivel con el gobierno de Estados Unidos y los organismos multilaterales. El Gobierno busca un crédito contingente que no ha conseguido aún del Fondo. En principio el FMI otorgó uno de 7 mil millones, pero el Gobierno quisiera uno más amplio y el Fondo dijo que no. Otros plantean la dolarización, que, salvo en el caso de que fuera unilateral, que sería ruinosa, exige una negociación al más alto nivel. Yo creo que ninguna de estas dos opciones resuelve las cosas. A mi juicio este acuerdo internacional que se está buscando podría servir para algo distinto: que la Argentina obtenga un financiamiento de unos 30 mil millones, no a ser desembolsado de manera inmediata, para financiar un proceso de transición hasta que se extinga la cuenta de intereses por la deuda vieja y se haya producido el traspaso del régimen previsional. Este proceso duraría más o menos 15 años. Nuestras cuentas fiscales encierran un superávit escondido. Hay que aprovecharlo. �Sería añadir más deuda. �Sí, pero como el colesterol hay que distinguir entre deuda buena y mala. La que sólo sirve para pagar deuda, la que estamos contrayendo cada año, conduce a un círculo vicioso. Una deuda que sirva para adelantar el superávit, aumentar la competitividad, bajar impuestos, reactivar la economía, es positiva. �¿Le parece entonces que el Gobierno sobreactuó el ajuste? �Las formas elegidas no fueron las más correctas. Yo le recordé al Presidente el día de mi renuncia que nosotros teníamos un estudio de cómo cortar gastos empezando por las partidas más bajas. Yo me oponía a la idea de aumentar impuestos porque me parecía contraproducente para una economíaque estaba saliendo de la recesión. Le recordé también que, si bien era un mensaje muy fuerte a los mercados, la rebaja salarial tenía también efectos colaterales indeseables. El problema era de una dimensión no reconocida, que exigía actuar en la medida en que lo hizo el Gobierno. Pero me parece que había otros instrumentos.
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