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Desfile por la hispanidad
con el repudio incluido

Las colectividades radicadas en el país desfilaron ayer y mostraron sus productos típicos en la Avenida de Mayo. Un grupo de jóvenes ataviados como indígenas protestaron por el festejo.
Unos doce jóvenes interrumpieron el acto en la avenida.
La consigna fue: �12 de octubre, nada que festejar�.
t.gif (862 bytes) Delegaciones de diversas colectividades radicadas en la Argentina desfilaron ayer con sus trajes típicos por la porteña Avenida de Mayo, durante el acto central de la celebración del Día de la Hispanidad. La fiesta, que luego siguió con una feria callejera de comidas y artesanías regionales, tuvo invitados sorpresa: una docena de jóvenes ataviados como indígenas, algunos maquillados con tinta roja que simulaba sangre, otros con las manos atadas, que interrumpieron la ceremonia por algunos minutos bajo la consigna: �12 de octubre, nada que festejar�. 
La celebración del Día de la Hispanidad, que recuerda la llegada de Cristóbal Colón a América en 1492, estuvo encabezada por el jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra; la vicejefa, Cecilia Felgueras, y el embajador español Manuel Alabart Fernández Cavada. El acto comenzó al mediodía con una misa celebrada por el sacerdote Arturo Díaz Cornejo, en la que participaron representantes de los cultos judío y musulmán.
Tras la misa, los festejos siguieron sobre la Avenida de Mayo, donde se montó el palco oficial, frente al cual fueron desfilando con sus vestimentas tradicionales miembros de distintas colectividades asentadas en el país, principalmente de las regiones españolas, pero también de otros países como Italia, Bolivia, México y Paraguay. 
Pero el programa oficial, organizado por la Dirección de Comunidades y Culto de la Ciudad, sufrió algunos contratiempos. Sorpresivamente, una docena de jóvenes ataviados como aborígenes intentaron sumarse al desfile, para repudiar la celebración. En un primer momento, la policía que custodiaba el evento intentó cerrarles el paso y se produjeron algunos forcejeos. Finalmente, los guardias desistieron y el grupo avanzó durante unos minutos arengando en contra de los festejos y en reclamo de los derechos de las comunidades indígenas.
�Tenemos derecho a expresarnos y a decir lo que sentimos: no fuimos descubiertos porque ya estábamos aquí; fuimos invadidos y sojuzgados por la conquista española, que es otra cosa muy distinta�, grito una joven, con la cara y las manos pintadas con tinta roja, que simulaba ser sangre. A su lado, caminaban atados entre sí en señal de servidumbre supuestos aborígenes llevados a �latigazos� por los hombres de Colón ante la corte de los Reyes Católicos. Un miembro de la colectividad española apoyó la miniprotesta: �Ellos también tienen derecho a mostrar el otro rostro de este encuentro de culturas que es el de la conquista, algo que nosotros, aun siendo españoles, no podemos reivindicar�, opinó.
Luego del desfile, la fiesta se convirtió en una feria gastronómica y de artesanías. Además, cada delegación se lució con un baile típico, sobre un escenario montado en la Avenida de Mayo y Florida. Entre las calles Bolívar y Tacuarí, en una sucesión de stands cada colectividad ofreció a la concurrencia comidas y objetos tradicionales, desde empanada gallega de merluza, yakitori (una brochete de pollo con salta teriyaki de Japón), yemas del Uruguay y ouzo (anís griego), hasta batido de coco y caipirinhia de Brasil, vino chileno y kebapche búlgaro (una especie de chorizo sin piel de carne de cerdo y de vaca).

 

 

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