Por
Hilda Cabrera ¿Cómo
darle nueva vida a la Electra de los clásicos griegos? El director del
grupo español Atalaya, el sevillano Ricardo Iniesta, halló una
posibilidad en el collage, término que implica discontinuidad de espacio
y tiempo, y a veces yuxtaposición de monólogos y cantos. Para ello se
basó en los trabajos que diferentes autores realizaron sobre Electra,
"una promesa de tormenta", como escribió Jean Paul Sartre en Las
moscas. Iniesta creó otra versión del mito en colaboración con su
hermano Carlos, experto en lenguas modernas y clásicas antiguas, y
responsable de las traducciones directas del alemán y del griego, hechas
para este montaje. El resultado es una Elektra muy particular, una
pieza interdisciplinaria que incluye secuencias corales y versos que
"inducen a la reflexión". La obra, presentada ya en Rosario y
Mar del Plata, podrá verse esta noche por el elenco de Atalaya en el
Teatro Margarita Xirgu (Chacabuco 875, a las 21). Las siguientes funciones
serán en la capital de Córdoba, en el marco del Festival de Teatro del
Mercosur, que comienza el jueves 20 y finaliza el 29 de este mes.
Distinguido en España con dos últimos premios, el grupo anuncia además
el estreno de otra obra en el próximo Festival Iberoamericano de Cádiz.
Creado en 1983, Atalaya se ha presentado en diversas ciudades
europeas y algunas americanas (de Cuba y Brasil), con títulos tales como Así
que pasen cinco años, de Federico García Lorca, Divinas palabras,
de Ramón del Valle Inclán, y desde hace cuatro años con esta misma Elektra.
El grupo integra actualmente el TNT (Territorio de Nuevos Tiempos), centro
de investigación y creación escénica que reúne a diversos artistas
andaluces. Para esta Elektra, Iniesta echó mano de autores tan
diferentes como Esquilo (cuyo teatro expresa el conflicto entre la
voluntad y el destino), Sófocles (que se caracteriza por no haber creado
personajes de "piedra"), el alemán Heiner Müller (considerado
uno de los más importantes deconstructores de los textos clásicos)
y el poeta y dramaturgo austríaco Hugo von Hofmannsthal, barroco y
neorromántico.
En diálogo con Página/12, Iniesta puntualiza sobre cada
aporte, y opina que existe una mirada común: "En la base está
Esquilo", precisa. "La relación poética con su obra es el hilo
conductor de esta puesta. Sólo que, para traer el mito a nuestra época,
necesitábamos apoyarnos en otras dramaturgias. Nos interesaba Von
Hofmannsthal --quien escribió el libreto de la ópera Elektra, de
Richard Strauss, basándose en la Electra de Sófocles-- por la
estructura musical, y Müller, por la fuerza expresiva con que rescató
algunas emociones de la tragedia griega, como el horror y la catarsis. Lo
que intentamos es darle universalidad al conflicto y no limitarlo a una época
ni a un país. Tampoco queremos que se pierda lo esencial: el baño de
sangre que supone esta tragedia." --¿También ustedes
ponen el acento en el odio y la venganza?
--Sí, porque estos sentimientos no han variado mucho en el tiempo.
Siguen vigentes, y nuestra intención es no sólo mostrarlos sino
perturbar al espectador. Generar interrogantes a través de las palabras y
las imágenes, casi rituales, que se desarrollan en la escena. Los estímulos
son también corales: introducimos cantos étnicos y combinamos rítmicamente
versos en castellano y griego clásico. --¿A qué se debe este
gusto por el collage?
--Desde 1983, Atalaya funciona como un equipo de experimentación,
y en los últimos años, en Sevilla, formamos parte de un centro de
investigación del que participan profesionales y especialistas invitados
de diferentes países. Hemos llevado maestros que colaboraron con el
director Peter Brook y con la directora Ariane Mnouchkine, también a
integrantes de la Opera de Pekín, del Teatro Attis de Grecia, a expertos
en cultura afrocubana, que nos permitió dar fuerza telúrica a nuestros
montajes, y actores de Kathakali (forma de teatro indio), con los que
trabajamos intensivamente sobre el cuerpo y la voz. --¿Funcionan como
escuela?
--Sólo para quienes tienen estudios avanzados, para profesionales,
porque nuestra tarea es investigar. Actualmente nos orientamos por los
trabajos de Mnouchkine y Brook. En España casi no se experimenta, salvo
unos pocos casos, como el de José Luis Gómez, director del Teatro de La
Abadía (Gómez fue quien, en enero de este año, estrenó la premiada Baraja
del rey Don Pedro, de Agustín García Calvo). --¿Queda un espacio para
el amor en la historia de odio de Electra?
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