Por Eduardo Tagliaferro
La �gestión� era su obsesión, hasta que Carlos �Chacho� Alvarez renunció a su cargo y profundizó la crisis. La única ministra del Frepaso en un gabinete delarruista tiene un ojo pendiente en la interna de la Alianza y el otro en los recortes que tendrá el presupuesto del área social, que conduce. Luego del encuentro de Fernando de la Rúa con Chacho, se tranquiliza al recibir el llamado del Presidente que le trasmite su beneplácito por el encuentro. En un reportaje con Página/12, Graciela Fernández Meijide reconoce que lo realizado por Economía �hasta ahora no resultó�.
�¿Cómo se supera la crisis de la Alianza?
�De ninguna manera creo que ésta haya sido una crisis terminal de la Alianza. Lo que afrontamos es un serio problema económico en cuyo marco todo lo demás se hace mucho más grave. En lo económico se hizo todo lo que se podía esperar de un gobierno que recibe un país con una fuertísima recesión. Una de las posibles vías de acción era cargar toda la responsabilidad de la situación al gobierno de Carlos Menem, lo cual era cierto, o finalmente se realizaba lo que finalmente se hizo, que fue poner las cuentas en orden, ser austeros y achicar los gastos para esperar capitales externos e inversiones. Supuestamente esta receta tenía que resultar. No resultó, hasta ahora. Algunos me dirán �chocolate por la noticia, Graciela�, pero replantearse esto desde la política es darse cuenta de todo lo que queda por hacer para que la economía despegue.
�¿Cómo incide la crisis política en el estancamiento económico?
�Como complemento indispensable de las decisiones económicas es necesario que en la Alianza todo el mundo se ponga las pilas para ir adelante. Cuando en el congreso de la UIA en Mar del Plata dije que �no había nada mejor que un buen susto para curar un mamado�, todo el mundo empezó a decir si lo dije por uno o por otro dirigente, pero en realidad lo dije por todos nosotros. Es común pensar que una situación que costó tanto trabajo y esfuerzo como la formación de la Alianza se mantiene sola. Esto es mentira: a la Alianza hay que cuidarla y mucho. En nuestro país nunca hubo experiencias de gobiernos de coalición. Estamos en un momento histórico especial, en el que todo el mundo crece, pero la Argentina no.
�Pero la crisis de la Alianza se desató en el terreno político.
�Creo que se juntaron muchos factores. En la política, creo que a la dirigencia le cuesta mucho buscar consensos sin el afán de hegemonizar. La tendencia natural en la Argentina cada vez que hubo algún tipo de Alianza fue la de hegemonizar o bien matar al aliado. Si nos guiamos por la fuerza de sus estructuras, el Frepaso es un partido fácilmente deglutible. Pero tiene un líder con peso propio y un pensamiento que está muy ligado a la modernidad. Para De la Rúa también la modernidad debe ser una búsqueda común con Chacho. Tienen que construir una nueva fuerza política y una nueva institucionalidad a partir de instituciones ya decrépitas.
�¿Se refiere al Senado?
�El Senado es una de ellas. Y no tengo nada personal contra ningún senador. Por concesiones u omisiones se fue permitiendo que instituciones como el Senado fueran cayendo hasta el punto que la gente se pregunte para qué sirven. Y que termina con una sola respuesta: para beneficio personal. Esto lo debemos cambiar y para eso necesitamos una Alianza fuerte.
�Las actitudes de De la Rúa y de Chacho Alvarez fueron antagónicas en el tema del Senado. Parece que la Alianza y el Gobierno no pueden saldar sus diferencias.
�La Alianza es el Gobierno. El gobierno es de la Alianza, incluso los dirigentes de los partidos que la integran forman parte del Gobierno. Chacho lo fue hasta hace poco, (Federico) Storani lo es, ni qué hablar de De la Rúa. Alfonsín no es funcionario, pero tiene una fuerte voz propia. La Alianza y el Gobierno están mezclados. A lo mejor esto no ayudó. No sési es posible tener direcciones políticas al frente de la coalición y a la vez tener a esos dirigentes frente a la responsabilidad de tener que dar respuestas al día a día.
�¿No piensa que en el tema del Senado el Presidente llevó al extremo sus tiempos y estilo personal, dando una señal distinta de la de Chacho?
�Lo que fue, fue. Pasó lo que pasó. Ahora De la Rúa es el Presidente de la Nación, es el Presidente por el cual todos los miembros de la Alianza hicimos campaña.
�¿El encuentro entre Carlos Menem y De la Rúa le hizo pensar que era posible un pacto entre ambos?
�La verdad es que un Presidente tiene que entrevistarse con todo el mundo, salvo con los torturadores, claro. Menem fue un presidente legal con una experiencia vastísima en el poder. Eso no significa que uno piense como él o que vaya a hacer lo que Menem recomienda. Tal vez sólo se buscó escuchar opiniones. A mí esas cosas no me preocupan. Cuando Menem asumió y se hablaba del indulto, los miembros de la APDH lo fuimos a ver y yo no me sentí mal por ir a verlo. Yo no lo había votado, pero era mi Presidente. Como funcionario uno tiene obligaciones que no tiene como ciudadano.
�¿Para superar la crisis falta la renuncia de Fernando de Santibañes?
�No sé qué hablaron De la Rúa y Chacho en Olivos, pero ambos salieron satisfechos. Los gestos que falten, como la renuncia de determinadas personas, se realizarán más tarde o más temprano. En realidad podría haber sido más temprano que tarde, pero, bueno... será cuando tenga que ser. No se puede ponerle condiciones al Presidente. El sabe, y De Santibañes también sabe, lo que tiene que hacer.
�¿Está crisis mostró la debilidad del Frepaso?
�Además de las falencias propias, muchos dirigentes del Frepaso están en funciones gubernamentales. Hay que retomar energías escuchando también a quienes tienen una voz diferente. No es por casualidad que hay una crisis de ideas.
�La búsqueda del equilibrio fiscal de los primeros meses del gobierno, ¿condicionó su gestión, que debía estar caracterizada por la ayuda social?
�Escuchando las razones que se daban nos vimos en la obligación de ordenar las cuentas de cada ministerio. Si seguíamos con el despilfarro que había, el presupuesto no alcanzaba para nada. Había sobreabundancia de personal, inoperancia administrativa, arreglos en las compras y mal uso del dinero público, al punto que elevamos tres auditorías a la Oficina Anticorrupción. Cada vez que se gasta plata que no corresponde, en este ministerio son menos cajas de comida. Jamás voy a decir que desde este ministerio combatimos la pobreza. Nosotros combatimos la indigencia y paliamos los efectos de la pobreza.
�¿Va a tener el mismo presupuesto que el año pasado?
�Con suerte y viento a favor.
�¿En qué áreas tendrá recortes?
�Eso todavía está por verse, según lo que pase en Diputados. A simple vista hemos tenido un recorte de cinco millones de pesos.
�¿Ve al equipo económico cerrado en el cumplimiento de sus metas?
�Decir que son cerrados sería injusto, porque sería atribuirles un dejo de maldad. Cerrado es quien no quiere escuchar y no es el caso de (José Luis) Machinea. Escuchan, pero tienen una realidad. Tan es así que para poder pagar los peajes a los camioneros, compromiso que se había tomado en octubre del �99, a cada ministerio nos sacaron fondos. A mí un millón cuatrocientos mil.
�¿Cómo evalúa la marcha del Gobierno?
�Hubo una reorganización fuerte y un déficit de comprensión que hizo que Chacho se fuera del Gobierno. Aunque hay que reconocer que en algunos sectores hubo una fuerte intención para que la Alianza sea debilitada por ese lado. Hasta ahora el esfuerzo estuvo puesto en el ordenamiento. Nos está faltando la real modificación del Estado. Que lo haga ágil y moderno.
�¿Piensa ocupar un lugar en las listas para legisladores en el 2001? �A mí siempre me tocó hacer algo que no tenía pensado. Lo único que quiero es que me dejen trabajar tranquila. Odio estas situaciones de zozobra. Las detesto porque te sacan del trabajo cotidiano. Esto no quiere decir que no las vaya a reconocer y enfrentar. Pero no permito que nadie me plantee una futura candidatura.
�Visto a la distancia, ¿fue un error suyo haber convocado a su cuñado Angel Tonietto a ocupar un cargo público?
�Hubiera sido un error de haberse presumido todo lo que pasaba. Hoy por hoy y visto lo que se declaró en ese juicio, todo fue nada.
�Los gobernadores del PJ dicen que no reciben ayuda de su ministerio.
�Yo entiendo la angustia de las provincias, porque están en emergencia como el país. Entiendo que un gobernador tiene que dar respuestas a ciudadanos que tiene cerca. Puedo comprender la angustia que genera no tener respuestas. Pero desde aquí hacemos lo posible y lo imposible por llegar con toda la eficacia y no ser parciales. No hemos hecho ninguna distinción entre gobiernos aliancistas o justicialistas.
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