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De Santibañes presento la renuncia. Hoy la aceptaran
Como quien se desangra 

El amigo del Presidente presentó su dimisión ayer por la mañana. De la Rúa, anoche, no la había aceptado, pero en el Gobierno dicen que hoy lo hará. Becerra lo reemplazará.

Fernando de Santibañes ya no está en el Gobierno de su amigo.
No obstante, seguirá gozando de la escucha de De la Rúa.

Por José Natanson

t.gif (862 bytes) Enemistado con medio gabinete, cuestionado por el escándalo del Senado, convertido en uno de los símbolos de la crisis de la Alianza, Fernando de Santibañes le presentó ayer su renuncia a Fernando de la Rúa. Aunque hasta anoche no hubo un anuncio oficial, en el Gobierno se daba por seguro que el Presidente aceptará hoy la salida de su amigo millonario de la jefatura de la SIDE. Y que anunciará en su reemplazo, tal vez en forma interina, al secretario general de la Presidencia, Carlos Becerra. 
La larga jornada comenzó bien temprano, cuando De Santibañes llegó subrepticiamente a Olivos para encontrarse con De la Rúa, a quien le entregó la carta de su renuncia. En el escrito, el ex banquero sostuvo que fue atacado por los sectores perjudicados por la reducción de costos y personal que implementó en la SIDE. Y también por aquellos que renegaban de su ideología, que no especificó pero que sabe bastante ortodoxa. �He sido víctima de persecuciones ideológicas, sufrí muchas críticas y ataques�, aseguró. Y acusó a la SIGEN, que a hace un par de días reveló supuestos manejos oscuros en las cuentas de la secretaría, como responsable de �una nueva demostración de persecusión ideológica�.
A modo de conclusión, De Santibañes redondeó la carta con una frase que sintetiza su estado de ánimo. �Es extraña la política. Vine de afuera, y no creí que fuese tan difícil �dedicarse a las cosas�. Admiro su coraje y le pido que siga su lucha para modificar estas reglas que hacen difícil incorporar jóvenes a tareas tan necesarias�, señaló. Y dejó claro que desde hace tiempo que tiene ganas de abandonar la función pública, un lugar al que llegó por su amistad con el Presidente y en el que nunca terminó de sentirse cómodo (ver aparte). 
La carta se conoció recién anoche, sobre el final de un agitadísimo día. Después del encuentro, cuando los rumores se multiplicaban por todos lados, la Dirección de Prensa desmintió la renuncia e incluso la existencia de la reunión. Algo que no impidió que, un rato más tarde, el secretario de Cultura y Comunicación, Darío Lopérfido, saliera a admitir públicamente que efectivamente De Santibañes había presentado su dimisión.
Poco después, De la Rúa almorzaba en Olivos con un grupo de legisladores de la Alianza. En medio de la charla, el Presidente aprovechó un momento de silencio para comunicarles la novedad. �De Santibañes volvió a presentar la renuncia�, dijo. Los comensales se miraron desconcertados: aguardaban que explique si estaba dispuesto a aceptarla y quién sería designado en su reemplazo. Pero De la Rúa no dijo nada más. Y los legisladores optaron por no formular preguntas y concentrase en el asado con ensalada (ver página 6). 
Siguieron algunas horas de silencio hasta que, pasadas las siete de la tarde, el vocero presidencial, Ricardo Ostuni, salió a explicar la situación. �El Presidente tiene a consideración la renuncia. No ha tomado resolución alguna�, señaló Ostuni. Un rato después, De Santibañes volvió a Olivos para encontrarse nuevamente con el Presidente.
Hasta anoche, el Gobierno no había anunciado la decisión de aceptar la renuncia ni el nombre del sucesor. Una situación poco habitual, que podría explicarse por la decisión de De la Rúa de subrayar que la salida de su amigo es consecuencia de una decisión personal de De Santibañes y no de un pedido vinculado a su situación judicial. O por el empecinamiento del Presidente en demostrar que tiene sus propios tiempos.
Sin embargo, altísimas fuentes del Gobierno dijeron anoche a Página/12 que hoy se anunciaría formalmente que De la Rúa había decidido aceptar la renuncia del ex banquero. Y que su reemplazante sería Becerra. El cordobés, que hace tres semanas asumió como secretario general de la Presidencia, comparte con De Santibañes un denominador común: su amistad con Enrique �Coti� Nosiglia. De todos modos, lo más probable es que Becerra se haga cargo sólo de manera interina de la jefatura de la SIDE junto al número dos, Darío Richarte, a la espera de un candidatodefinitivo: en la lotería de nombres, ayer sonaban con fuerza los de Enrique Mathov, Horacio Jaunarena, Angel Tello y Enrique Olivera.
Lo cierto es que el alejamiento de De Santibañes marca un quiebre en la breve historia del gobierno aliancista. Prácticamente desde que asumió, el ex banquero no paró de acumular enemigos en el Gabinete. Al principio fueron sus seguidillas de declaraciones cuestionando la política económica, lo que le valió el rechazo de José Luis Machinea. Luego, sus pedidos de profundización del ajuste, con lo que se ganó la crítica de lo que en ese momento era el ala política del Gabinete. 
Pero fue el affaire de los sobornos en el Senado lo que terminó de definir su salida. Decidido a defenderlo, De la Rúa quiso aclarar el rol de la SIDE en el supuesto acuerdo millonario antes de aceptar el alejamiento del ex banquero. Fue la obstinación presidencial en sostenerlo uno de los motivos del portazo de Chacho Alvarez. Apenas un día después de su renuncia a la vicepresidencia, salió a pedir la salida del Señor Cinco, desatando una curiosa ola de reclamos que incluyó a Raúl Alfonsín, los diputados radicales, todo el Frepaso, ministros como Federico Storani y Graciela Fernández Meijide y hasta el hermano del Presidente, Jorge de la Rúa. 
Los tiempos se aceleraron a pesar de la voluntad de De la Rúa. Cansado, De Santibañes encaró el jueves un raid por algunos programas de televisión, en donde pronunció declaraciones que sólo se explican por la voluntad de adelantar su salida. �Hoy, la mezcla de política y economía nos lleva al crecimiento cero�, desafió en �Hora Clave�.
Finalmente, el Presidente no pudo cumplir su objetivo de aclarar la relación de los fondos de la SIDE con las coimas y no tuvo más remedio que aceptar el alejamiento del ex banquero. La definición, que será anunciada hoy, es parte de la evidente voluntad de recomponer la Alianza. �Ya lo sabíamos, pero ahora el proceso de reintegración va a acelerarse�, señalaba ayer un dirigente cercano a Chacho, en referencia al ofrecimiento presidencial para que incorporar a algunos frepasistas a los cargos vacantes en el Gabinete. Y, si bien coincidían en que todavía es prematuro, señalaban que el esquema podría incluir a algún frepasista para un cargo en la SIDE. �Lo estamos analizando, pero esperamos que antes esté lista la ley de reformulación de la SIDE�, decían cerca de Chacho Alvarez.
Es que De Santibañes se había convertido en uno de los símbolos del escándalo y de la crisis de la Alianza. De todos modos, aunque de ahora en más vuelva a la actividad privada, se dedique a cuidar a sus caballos y se concentre en la administración de sus 160 millones de dólares, el ex banquero seguirá hablándole a la oreja de De la Rúa. Al fin y al cabo, su quinta queda a muy pocos metros de la su amigo, el Presidente.

 


 

TEXTO COMPLETO DE LA RENUNCIA DEL EX JEFE DE LA SIDE
�Víctima de persecuciones ideológicas�

Si bien al cierre de esta edición, el presidente Fernando de la Rúa no había hecho pública su aceptación de la renuncia de Fernando de Santibañes a la jefatura de la SIDE, voceros del gobierno hicieron público el texto de su dimisión. A continuación, el escrito completo.
�Estimado Presidente:
Ante todo quiero agradecerle la confianza que ha depositado en mi persona al nombrarme secretario de Inteligencia del Estado y su apoyo incondicional a cada una de las decisiones que me tocó tomar en estos diez meses al servicio de su gobierno.
Circunstancias que no hemos buscado ni imaginado me llevan a solicitar que se me releve de la responsabilidad de seguir al frente de la SIDE. Pienso que las presentes circunstancias, aunque artificiales y espurias, han llegado a entorpecer mi actividad amenazando la eficiencia que siempre me he propuesto alcanzar en ellas. Esto es especialmente grave en momentos como el actual donde, debido a la crisis de Medio Oriente, la Secretaría debe tener una sola preocupación: ayudar a garantizar la seguridad de los habitantes de la Argentina.
Así como no le he tenido miedo a decir frontalmente lo que pienso tampoco lo he tenido de ganarme enemigos por hacer lo que debía. Avancé en una reforma estructural sin precedentes en la SIDE y el aumento de la eficacia de la institución y del profesionalismo de sus integrantes seguramente fue el disparador de enconados rencores y operaciones en contra del cambio. Hemos reducido el gasto total en un 45 por ciento y los estrictamente secretos y confidenciales en un 83 por ciento, mejorando la capacidad operativa del organismo, probando que es posible bajar el gasto público, incrementando la eficacia y la calidad de los servicios, mientras hemos exhibido la mayor transparencia que jamás tuvo un organismo de esta naturaleza en la historia de la República.
Los intereses afectados por la reforma fueron muchos y claros. La SIDE ha dejado de ser utilizada como una herramienta con fines políticos para convertirse en un organismo profesional con objetivos claros. En pos de este cambio se realizó una reestructuración que incluyó la desafectación de más de mil agentes, muchos de los cuales trabajaron denodadamente en contra del cambio.
Además, nuestros objetivos despertaron resistencias desde aquellos sectores interesados en que nada cambie para seguir lucrando: hemos decidido convertir la lucha contra el narcotráfico, el terrorismo, el contrabando, el lavado de dinero y el crimen organizado, en el norte de la SIDE. Muchos se verían afectados por el aumento de nuestra eficiencia.
Por otra parte he sido víctima de persecuciones ideológicas, sufrí muchas críticas y ataques. Pero estaba convencido de seguir adelante. Vino lo del Senado y mencionaron a la SIDE. Agradezco la oportunidad de presentar las cuentas claras de mi gestión, ajenas a cualquier irregularidad. Desde el principio le planteé mi retiro pero acaté su disposición de primero informar las cuentas y despejar toda duda. Así lo hice y su decreto levantando el secreto de las cuentas reservadas permitió someterlas al control del juez y los fiscales.
Ahora la SIGEN en una nueva demostración de persecución ideológica cree descubrir una cuenta que ya le había informado al juez y se inicia otra campaña.
Es extraña la política. Vine de afuera, y no creí que fuese tan difícil �dedicarse a las cosas�. Admiro su coraje, y le pido que siga su lucha para modificar estas reglas que hacen difícil incorporar jóvenes a tareas tan necesarias.
Desde luego que estaré siempre a disposición de mi amigo el ministro de Economía y del Gobierno, para ayudar como lo vine haciendo.
Le agradezco también su continuo aliento a que no renunciara a esta manía mía de llamar las cosas por su nombre.
Finalmente, le agradezco la enorme oportunidad de realizar este cambio fundamental para el buen funcionamiento de las instituciones democráticasdel país y quiero reiterarle que si bien resigno mi puesto frente a la SIDE no abandono mis convicciones ni mi compromiso para con Usted y con la Nación.

Lo saludo muy afectuosamente, 
Fernando J. de Santibañes�

 

 

opinion
Por Mario Wainfeld

Cuando un amigo se va

Teléfonos. El relato fue repetido, casi calcado, por dos funcionarios de primer nivel del Gobierno. Uno tiene buena relación con Fernando de Santibañes. La del otro no es mala. Los dos son economistas y �ni bien desembarcaron ayer en sus despachos� recibieron llamadas telefónicas desde Estados Unidos. �¿De la Rúa quiere echar a José Luis Machinea?�, le preguntaron a uno. La respuesta fue una enfática negativa y provocó otra pregunta: �Entonces, ¿por qué De Santibañes asoció públicamente a Machinea con la hiperinflación?�. �Porque es un elefante en un bazar�, dijo su amigo. Su menos amigo dio una definición desprovista de metáforas y menos publicable. De Santibañes era odiado desde hace un rato por Carlos Chacho Alvarez y Raúl Alfonsín. Su tozudez en irse del gobierno le sumó la hostilidad de Jorge de la Rúa, de Federico Storani, luego de toda la UCR. Desde anteayer lo odia todo el gobierno nacional. Salvo, se supone, su amigo el Presidente. 

El (auto) tiro del final. Puesto contra las cuerdas, en medio de una situación irrespirable, el Señor Cinco prodigó a oídos de Mariano Grondona y su audiencia un discurso brutalmente antialiancista, que incluyó el mencionado ninguneo a Machinea y elogios al ultraliberal Carlos Rodríguez. Es difícil pensar que tales barbaridades no se hayan cometido con un propósito preciso. Pero, y este es un dato ineludible al medir los pasos del ex jefe de los espías, también es peliagudo entender qué beneficio quiso obtener con ese discurso. Si quería imponerle su salida al Presidente, podía renunciar sin meterle más ruido. Si quería presionar para promover sus ideas dentro del debate de la Alianza no era el momento ni el lugar. Una de las ventajas de las teorías conspirativas para explicar la política local es que ésta es muy competitiva, llena de codazos, de operaciones, de jugadas mediáticas. Uno de los problemas que plantean esas teorías es que parten de un supuesto eventualmente erróneo, que es atribuir enorme astucia y destreza a los actores. Y �viendo su trayectoria real y tangible� cuesta atribuir esas dotes al vecino presidencial. ¿Es De Santibañes un intrigante, un manipulador que utiliza como bomba neutrónica su presencia en los medios, un operador que se codea con Enrique Coti Nosiglia? O, bien por el contrario, ¿es un hombre poderoso, por sus relaciones económicas y por su cercanía a la oreja presidencial, que adolece de una carencia total, cuasi primitiva (no necesariamente menos peligrosa que la mala fe) de los códigos de la política? Un sondeo a vuelo de pájaro entre varios de sus compañeros de gestión arroja una mayoría brutal a favor de la segunda lectura: �Es como Don Fulgencio�, describe con afecto uno de sus aliados. �Dicen que es Maquiavelo pero en verdad es Mac Pato�, netaforizó otro que lo quería bien.

El poder de la familia y del dinero. Lo antedicho no supone negar que De Santibañes tenía y tiene poder. El presidente es de por sí un solitario y en estos meses de vértigo ha ahondado su aislamiento respecto de su partido a cuyo presidente Raúl Alfonsín al unísono desdeña y odia (sentimiento mutuo). Es un hombre abrumado por sus actuales contingencias. En tales circunstancias los retornos al útero son de libro. Y De Santibañes es antes un miembro de la familia De la Rúa que un amigo más. Un consejero cotidiano para un hombre muy poco confiado. La otra pata del poder del ex Señor Cinco es su relación con el establishment económico y financiero. �Los mercados� le dieron ayer un sosegate al equipo de Machinea, sobreactuando su reacción por la salida de uno de sus adalides. Una respuesta que omitieron cuando otro amigo se fue: Juan Llach. La explicación que pululaba en la City es que el gobierno perdió a un hombre bien orientado a un contrapeso o �como poco� un consejero imprescindible para Machinea. Otro sondeo entre sus colegas economistas del gabinete arroja que esa descripción es una demasía: De Santibañes, según todos, no alcanza el nivel técnico del ministro de Economía, de Llach o de Ricardo López Murphy, amén de carecer de mínima experiencia en el gobierno. Uno de sus compañeros de gestión lo lapida así: �Su fundamentalismo es absoluto. No tiene un pliegue, un baño de realidad. No es un economista de primer nivel, es un buen alumno de cuarto año de la Escuela de Chicago�. Desde luego, lo que �los mercados� ven en él no es a un técnico calificado sino a un lobbyista de primer nivel. Esa condición �como acontece con la de confidente presidencial� no sufrirá especial mengua ahora que el hombre está en el llano. Un dato que hace más inexplicable la manía presidencial de mantenerlo contra viento y marea.

La gestión. Le gustaba llamar �gerentes� a los ministros y �clientes� a los ciudadanos. Hacía un blasón de hablar de la actividad pública en jerga de la privada, un modo nada elíptico de afirmar su credo: la superioridad de los mercados (y de sus gerentes) sobre los políticos, dados según él a la charla y al divague. Un juicio que volcó en su renuncia de ayer (�no creí que fuera tan difícil dedicarse a las cosas�). Quizá por eso, o por no haber plus por presentismo en la política, dejó de asistir a las reuniones de ger... de Gabinete. Tampoco fue concurrente asiduo a su Secretaría, cuyas riendas jamás controló. Su mejor herencia fue achicar el presupuesto de una repartición inservible y privar de sueldo público a unos cuantos services y adscriptos. La peor fue su incapacidad para gerenciar la SIDE, que tuvo sus picos en la operación contra Federico Storani, realizada por un ahijado político de De Santibañes y número tres de la repartición. Y las sospechas de otra movida similar contra Carlos Chacho Alvarez. Amén de otra contradicción: siempre predicó �the best press is no press� pero ha de haber sido, a nivel mundial, uno de los jefes de servicios secretos que más apareció en los medios y que más secretos divulgó.

Un dato: La bronca contra el titular de la SIGEN, Rafael Bielsa, por su denuncia no es monopolio del Señor 5. Página/12 escuchó ayer voces de primer nivel del gobierno, algunos delarruistas paladar negro, otros no tanto, que repetían la acusación de �payasada�, �chantada� o vocablos peores. Una bronca a la que no escapa el propio Presidente y que augura nuevas internas en el futuro cercano. 

Lo inexorable. En la discusión pública actual se suele admitir, a veces con excesiva largueza, que la economía tiene determinaciones ineludibles. Que determinadas causas producen inexorablemente determinadas consecuencias y que desconocerlas deriva en daños mayores. No siempre se dice o se piensa, pero lo cierto es que en política también existe lo ineludible, lo impuesto por el tablero y las relaciones de fuerza, lo que cae de su propio peso. Políticamente, Fernando de Santibañes en su rol de jefe de la SIDE estaba muerto desde hace, al menos, tres semanas. El Presidente se empacó en negarlo, en intentar imponer sus tiempos (usualmente vaticanos) a la realidad. En definitiva, ésta prevaleció y De Santibañes se fue, sumándose a Alberto Flamarique y José Genoud. Esto es, a los salpicados por el escándalo de las coimas. De la Rúa quiso demostrar su poder y su voluntad contra toda lógica, remando contra una corriente indómita. Lo único que logró fue agregar varios perjuicios a los inevitables. Entre ellos: De Santibañes se va más salpicado que antes, no ha probado (ni en tribunales ni, menos, ante la opinión pública) su inocencia en el tema de las presuntas coimas. Y Carlos Chacho Alvarez ya no integra un gobierno que se muestra débil, sin estrategias y huérfano de liderazgo. Es una situación cuya gravedad el Presidente sigue esmerándose en negar con la misma obstinación con que, en un pueblo de leyenda, todos callaban que su rey estaba desnudo. 

 

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