�Sueño gay� se llama la obra exhibida en el Concejo Deliberante de San Isidro. Un edil le sugirió a la autora que la retirara porque no era apropiada. Enojada, la escultora le puso una flor.

La obra en su estado original y luego de que la airada escultora le pusiera un gladiolo. �Es un lugar al que van niños, qué podíamos decirles. ¡Era un pene de 60 centímetros!�, dice el edil.

 La escultura, denominada �Sueño gay�, pasó a llamarse en los hechos �el pene de la discordia�. La obra, realizada por la escultora Cristina Banegas Terrizzano, pudo exhibirse sin censuras muy fugazmente, en su versión original que mostraba los hombros, los brazos y la cabeza de un hombre cuyo sueño se expresaba en una figura con forma de falo que sobresalía con inquietante nitidez. Tanto que el edil Sergio Matera, vicepresidente del Concejo Deliberante de San Isidro, en cuyo hall de entrada se mostraba el trabajo, sugirió a la autora que el lugar �no era el adecuado� para demostrar tanto ímpetu. Banegas, muy enojada, le gritó a Matera que lo que se hacía era �una burda censura porque se trataba de un sueño homosexual y no heterosexual� y que ella se sentía �discriminada artísticamente�. El entredicho, cuando habían pasado unos minutos del acto inaugural de la muestra, fue cerrado por la escultora, que retiró de su obra el cuestionado pene de bronce y colocó en su lugar un blanco gladiolo. Lo hizo porque simbolizaba �el velatorio� de su obra. 
La muestra, que fue inaugurada el 26 de setiembre, había sido organizada por APSI (Artistas Plásticos de San Isidro), cuyas representantes, Marta Saggese y Norma Casella, nunca había expresado su rechazo a la obra presentada por Banegas. De todos modos, la artista dijo ayer a Página/12 que le había parecido �por demás sugestivo� que la protuberancia del escándalo hubiera sido puesta en exhibición �en medio de los dos enormes bafles� del equipo de audio, lo que ponía en evidencia una amplitud de criterio cuando menos vergonzante por parte de las organizadoras. �A poco de comenzar el acto, pusieron uno de los bafles encima del otro, lo que hacía menos visible� el sueño gay. 
La sugerencia concreta de amputar el pene vino de parte de las organizadoras, pero se lo plantearon a Banegas aclarándole que ellas compartían la posición que sostenía el edil justicialista Sergio Matera, también presente en el lugar. El propio Matera confirmó a este diario que él fue quien le comentó a la escultora �de la mejor manera posible� que le parecía que el hall del Concejo Deliberante �no era el lugar más adecuado para una obra como ésa, ya que se trata de un lugar donde van los niños para conocer el trabajo de los concejales y ¿qué podríamos decirle si preguntaban algo sobre la obra? ¡Era un pene de 60 centímetros!�. 
Matera aclaró que él no es �crítico de arte� ni puede cuestionar la obra desde ese punto de vista, pero que le pareció �bastante fuerte para exhibir en un lugar donde va la gente de San Isidro para quejarse por el pago de multas y seguramente no esperan encontrarse con algo así�. Cuando se le consultó si él participa en la organización de las muestras que se realizan en el Concejo, reconoció que no tiene �ninguna participación�. Y cuando se le preguntó por qué había censurado la obra, respondió de manera sorprendente: �Yo no censuré nada, sólo hice una sugerencia. No puede ser que ahora me haga famoso por un pene�. Y reiteró los argumentos que expuso a Banegas: �¿Usted quiere discutir el tema con el intendente, con el obispo?�, dándole a entender que era mejor replegar el pene. 
Banegas explicó que la idea de la obra surgió luego de su reciente viaje a Roma, donde presenció el multitudinario festejo del orgullo gay, que este año reunió a unas 250.000 personas. �A pesar del intento del Vaticano por prohibir la marcha, finalmente se realizó y fue un éxito. Lo que más nos asombró (viajó acompañada por su esposo) fue el respeto con que toda la gente siguió el desarrollo de la manifestación�. Dijo que a su regreso, APSI la convocó y ella presentó tres obras. �En las otras dos hay desnudos femeninos, pero eso a nadie le importó, nadie hizo ningún cuestionamiento porque se vieran senos y vaginas en la muestra. El problema fue el pene y el sueño gay�. 
La situación planteada por el acto de censura generó bastante revuelo en el Concejo Deliberante de San Isidro. La concejal María Teresa Cau, del radicalismo �que es gobierno en ese partido� cuestionó que se haya censurado una obra de arte �porque el Concejo no tiene responsabilidad en las muestras y sólo presta las instalaciones para que expongan los artistas�. Banegas se preguntó �qué harían� sus censores si les toca visitar la Capilla Sixtina y ver la obra de Miguel Angel. 

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