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QUEDO ATRAS DE BOCA, GIMNASIA Y TALLERES
River es el cuarto poder

Se fue al descanso con dos jugadores menos y dos goles abajo. Argentinos no lo supo rematar. Se agravó la pelea Gallego-jugadores.
Saviola elude la marca de Herrón. El Conejo fue la figura de River.

Por Adrián De Benedictis

Aimar se va expulsado.t.gif (862 bytes)  Así como el gobierno de la Alianza se encuentra sumergido bajo una crisis que desemboca en una renuncia a cada semana, River también parece haber encontrado su momento de desconcierto. Y alcanzó su punto culminante ayer en el estadio de Ferro, porque además de convertirse en un equipo sin ideas, volvió a sufrir la pérdida de jugadores clave. Primero, ante Boca, Ariel Ortega dejó la cancha antes de tiempo, y ayer, Pablo Aimar y Claudio Husaín fueron los que entraron en estado de desesperación y sólo alcanzaron a jugar la mitad del partido. Con ese panorama, nadie imaginaba que sobre el final estuvo cerca de llevarse un triunfo que hubiera alcanzado el calificativo de “histórico”.
Pero los problemas de River no son nuevos. Las dificultades tomaron forma en la semana previa al superclásico. Por esos días, el técnico Américo Gallego cambió su habitual serenidad, y tuvo reacciones que no cayeron bien entre los jugadores. Las recriminaciones que les hizo el entrenador a los futbolistas en las prácticas previas a recibir a Boca, fueron recibidas con mucho malestar. Y en la cancha, Gallego continuó transmitiendo nerviosismo. Durante el primer tiempo, el único que estuvo en la cancha porque el árbitro Ruscio lo expulsó al finalizar la etapa, el técnico realizó gestos de protesta contra los propios jugadores de River, ante cada error que cometían, que fueron muchos. Gallego abría los brazos e insultaba de espalda a la cancha, haciendo más evidente la equivocación de los jugadores. De esa manera, el entrenador trasladó su repertorio a la tribuna, e inmediatamente los hinchas de River reprobaban su desempeño.
Por los pasillos del Monumental cuentan que la relación entre Gallego y los jugadores parece haber sufrido un quiebre. Además, la pérdida constante de puntos –hace seis partidos que River no gana, entre campeonato y Copa Mercosur–, agrava aún más la convivencia. Para colmo, la determinación de Gallego de trasladar al equipo a concentrar en la localidad de Pilar, antes de jugar con Boca, tampoco fue bien vista por algunos directivos.
En la cancha, River sigue peleado con el buen juego, y ya parecen muy lejanos aquellos días en donde el “Dream Team” y “Los cuatro magníficos”, eran sinónimos del conjunto de Núñez. Como le viene sucediendo últimamente, River no logra tener la iniciativa del partido, y sólo se adueña del encuentro de a ratos. Esta vez, Argentinos fue el que más arriesgó y tuvo su premio en la primera parte: se fue al descanso ganando 2-0 con goles de Pena y Schiavi de penal, y con dos jugadores más por las correctas expulsiones de Aimar y Husaín.
En primer lugar, el juego de los dirigidos por Mac Allister se basó en cortarle los circuitos a Aimar, y así River no tuvo un conductor. Los locales se apoderaron del mediocampo y las visitas a Bonano fueron permanentes. Por eso, el fastidio de Aimar era tan grande que la impotencia lo llevó a pegar dos patadas que le merecieron la amarilla. Por protestar esa expulsión, Husaín siguió a su compañero.
Bonano tapó tres mano a mano y cuando parecía que la goleada llegaba rápidamente, Argentinos se confió de su superioridad numérica y se olvidó de ganar el partido. Trotta, de tiro libre, y Placente, después de un rebote, igualaron las cosas para la sorpresa de todos. Pero faltaba lo mejor. En una jugada maradoniana, Saviola eludió a cuatro de Argentinos con túnel incluido y estuvo cerca de convertir el gol de la victoria, pero chocó con un seguro Siboldi.
River perdió el rumbo. El objetivo del tricampeonato se aleja cada vez más, y la crisis puede desembocar en un triste final.

Saviola, el mejor

- Una vez más, Javier Saviola volvió a ser el jugador más peligroso de River en ataque. Con Aimar afuera y un Angel perdido en la cancha, el juvenil tuvo la personalidad suficiente para empujar a su equipo hacia adelante.

- Argentinos cumplió a la perfección la marca sobre el estratega de River: Aimar. Tanto Herrón como Pérez Castro se encargaron de cerrarle todos los caminos al número diez.

- La defensa de River fue otro de los factores claves. Ayer, Yepes y Lombardi cometieron errores que podrían haber terminado en gol de su rival.

- Argentinos pudo haberse llevado los tres puntos, pero la displicencia de algunos jugadores en el segundo tiempo no le permitieron concretar las situaciones que crearon.

 

LAMENTOS Y REPROCHES EN EL VESTUARIO
“No podemos seguir dejando puntos así ”

Damián Alvarez no logra superar a Pena y Cogliandro. No jugó bien. Pese a que el empate en los diez últimos minutos puede sonar a heroico, los jugadores de River admitieron en el vestuario su malestar por haber perdido dos puntos respecto de Boca, el líder del Apertura. Pero el técnico Américo Gallego fue más allá e hizo reproches a sus jugadores, antes de asegurar que su equipo quedó “muy lejos” de la punta y que la victoria de Boca complicaba más “las chances de ganar el título”. Algunos pusieron al árbitro Roberto Ruscio en la mira, y el capitán Roberto Trotta eligió al técnico de Argentinos, Carlos Mac Allister, como destinatario de sus dardos.
“El equipo estuvo desconocido, porque puso más garra que juego –aseguró Roberto Bonano–. El empate nos permite seguir en la pelea, pero si seguimos dejando puntos en el camino, debemos empezar a pensar en otra cosa.” Trotta fue un poco más allá: “En el primer tiempo jugamos muy mal y en el segundo pusimos muchas ganas y vergüenza, pero no nos sirve quedar como un equipo heroico si estamos tan lejos del puntero”, reconoció.
El autor del tanto del empate, Diego Placente, quien no lo gritó por respeto a su ex equipo, aseguró algo parecido. “River jugó mal. Y cuando nos hacen un gol, bajamos el rendimiento”, admitió.
Pero el mea culpa no los salvó de los palos de Gallego: “Hasta por televisión he hablado sobre los errores que hacemos dentro de la cancha y los jugadores no comprenden. Seguiré hablando para solucionar todo lo que hacemos mal”.
El técnico se lamentó porque “a los 45 minutos, River se quedó con dos hombres menos cuando había sido falta a Saviola y Ruscio no la cobró. Por eso vinieron las expulsiones. Lo que me preocupa es que continuamos cometiendo errores defensivos en el juego aéreo”, insistió.
Contra Ruscio también disparó Trotta: “Se notó que dirigió condicionado. En el primer tiempo estaba muy nervioso y las consecuencias las pagó Aimar. La expulsión fue injusta porque a Pablo le pegan mil patadas por partido y no pasa nada”, se quejó.
Luego cambió de blanco, y le disparó munición gruesa a Carlos Mac Allister, de quien dijo que “no es un hombre de bien. No hay que hablar antes de los partidos como hizo el ‘Colorado’. Pero gracias a él y al planteo mezquino que hizo en el segundo tiempo, pudimos empatar y casi ganar el partido”, aseguró el defensor. River se fue muy “caliente” de Caballito.

 

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