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Ferrari cerró un año muy rojo con otro triunfo de Michael Schumacher

La casa italiana ganó la Copa de Constructores con la novena victoria en el año del alemán, campeón del mundo, igualando un record. Las máquinas rojas ganaron 10 de las 17 pruebas.

Por Patrice Burchkalter
Desde Sepang

t.gif (862 bytes)  Michael Schumacher y Ferrari tuvieron un final de temporada estupendo, que nunca hubieran imaginado, con una victoria en el Gran Premio de Malasia, en el circuito de Sepang, última carrera del Mundial de Fórmula 1. Al imponerse por algunas décimas de segundo al británico David Coulthard (McLaren-Mercedes), el piloto alemán no solamente igualó el record de cantidad de victorias en una temporada –nueve– del inglés Nigel Mansell en 1992 sino que ofreció un nuevo título de constructores a Ferrari, el décimo, para coronar un año 2000 teñido de rojo.
Tras la bandera a cuadros, todos los miembros de la Scuderia –Jean Todt, Corinna Schumacher y los pilotos incluidos– se colocaron las pelucas rojas que habían llevado para celebrar el triunfo de Michael Schumacher y del equipo italiano.
En el podio, al igual que en la posterior conferencia de prensa, el alemán y su compañero de escudería, el brasileño Rubens Barrichello, tercero hoy en Sepang, lucieron esas coloridas cabelleras, al igual que para la foto de grupo, dos horas más tarde, frente al box Ferrari.
Al anticiparse ligeramente en la partida, para luego detenerse y esperar que las luces rojas se apagaran para volver a salir, Mika Hakkinen se condenó a sufrir una sanción de diez segundos. En realidad fueron casi 38 segundos los que perdió el finlandés en su detención en la quinta vuelta, al partir en última posición.
Al adoptar una estrategia de una sola parada, contra dos de sus rivales, el piloto de McLaren-Mercedes podría haberse impuesto fácilmente, de no haber sido por ese error en la partida. Con Hakkinen fuera de la lucha por el primer lugar, la tarea de Schumacher se simplificó considerablemente. Hizo falta nuevamente toda la maestría de los estrategas de Ferrari, y la celeridad de los mecánicos, para permitir al alemán salir justo por delante de Coulthard luego del segundo reabastecimiento, en la vuelta 39ª. La diferencia era mínima, pero suficiente, cuando se trata de Michael Schumacher, para cruzar la línea de meta con 732 milésimas de segundo de ventaja sobre el escocés.
Más atrás, la lucha también fue intensa entre Alexander Wurz (Benetton) y Jacques Villeneuve (BAR-Honda). Ambos se disputaron largamente el cuarto lugar, con la idea de obtener el cuarto puesto en el campeonato de constructores. El austríaco quedó relegado al séptimo lugar, pero el canadiense fracasó en su intento de poner a BAR por delante de Benetton. Villeneuve fue víctima del regreso de Hakkinen al cuarto lugar, detrás de Barrichello.
Una decepción como la de Johnny Herbert (Jaguar), quien, en su última carrera en F-1, fue víctima de un espectacular accidente a siete vueltas del final a causa de una rueda trasera mal ajustada. Por suerte fue sin consecuencias.
En esta última cita, en las filas de los rojos llegó el momento de la fiesta. “Habrá que esperar a que todo el material esté guardado, porque la partida está prevista para el lunes a primera hora. Pero luego, esta misma noche tendremos una gran fiesta”, advirtió Michael Schumacher.
El argentino Gastón Mazzacane lamentó haber tenido que abandonar sobre el final por la rotura de un pistón, pese a lo cual quedó clasificado en el decimotercer lugar a 6 vueltas de Schumacher. “Me disgusta no haber terminado la carrera como quería, pero ya pienso en la próxima temporada esperando mejorar”, manifestó Mazzacane.
En su primera temporada en la Fórmula 1, pudo arribar al final de la competencia en 11 oportunidades y desertó en las 6 restantes, aunque en dos de ellas, tal como aconteció, igual quedó clasificado por haber recorrido el 90 por ciento del kilometraje total.

LA CARRERA

F-1. 17ª fecha, Malasia. Sepang, 56 vueltas.

 

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