El Ministerio de Economía, desde los tiempos de Roque Fernández,
acumula un colchón de financiamiento para prevenir
una situación de crisis, en la que los inversores extranjeros no
estuvieran dispuestos a prestarle al Gobierno y, entonces, éste
no tuviera con qué hacer frente a los vencimientos del capital
de la deuda externa. Si se llegara a ese extremo, denominado default en
la jerga de los mercados, el Gobierno tendría que declarar la moratoria
de la deuda y seguramente habría una fuerte corrida contra el peso,
socavando las bases de la Convertibilidad. Según un informe de
la Fundación Capital, debido a la crisis de los últimos
dos meses, el colchón se redujo peligrosamente.
Todos los años, el gobierno argentino paga los intereses de la
deuda externa y refinancia el capital, con nuevos préstamos. Ese
es uno de los motivos por los que la deuda en lugar de achicarse siempre
crece. El año próximo, por ejemplo, habrá que hacer
frente a unos 11.500 millones en concepto de intereses, mientras que otros
14 mil millones de vencimientos de capital habrá que financiarlos
en los mercados, locales y extranjeros.
En realidad, pese al ajuste que se aplicó este año y que
se mantendrá el próximo, el Gobierno no logra pagar la totalidad
de los intereses con el superávit operativo que obtiene después
de restarles a los ingresos impositivos los gastos. Por eso, también
una parte de los intereses, unos 4100 millones, el año venidero
se pagan con nuevos préstamos.
Sea como fuere, lo cierto es que desde los tiempos de Roque, el Gobierno
siempre preparó un colchón de financiamiento, para poder
hacer frente a las obligaciones externas en caso de que los mercados para
nuevos créditos se cerraran. A principios de setiembre, ese colchón
era de 3400 millones de pesos, lo que alcanzaba para aguantar
unos 56 días para cumplir con los compromisos sin pedir nuevos
préstamos en el exterior. Pero a fines de este mes, el colchón
se habría reducido a 1600 millones, unos 38 días. Esto es
así porque el Estado argentino no pudo endeudarse en el exterior
desde fines de agosto, a causa del aumento en la tasa de interés
que debe pagar.
El Gobierno tiene casi cerrado el refinanciamiento de la deuda para este
año. Pero como en los últimos días el riesgo país
alcanzó un nivel record para el año, de continuar esta tendencia,
el Estado argentino empezaría el 2001 sin colchón. Es decir:
peleando día a día por financiamiento en los mercados.
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