Por
David Cufré
Con un paquete de medidas que apunta a incentivar las inversiones
y motorizar la economía, José Luis Machinea hizo ayer su
movida más importante para fortalecer su posición en el
gabinete. El ministro se apuró a realizar los anuncios antes de
viajar a España junto a Fernando de la Rúa. Lo hizo porque
sabe que luego de que la crisis política disminuye su intensidad
con las últimas designaciones, la economía volverá
al centro de la escena. Y su posición no es la más cómoda.
A pesar de los intentos del Presidente por fortalecerlo, Machinea debió
soportar las últimas dos semanas incesantes rumores sobre su continuidad
en el cargo que, decían, cesaría a corto o mediano
plazo y es consciente del desánimo y las críticas
que genera su gestión. Para torcer ese rumbo, ayer logró
que 500 empresarios de primera línea desbordaran el auditorio del
Banco Nación para escuchar los anuncios. Con ello, buscó
demostrar que ha retomado la iniciativa.
Argentinos, a las cosas, concluyó su discurso Machinea,
volviendo sobre la idea que recorrió toda su exposición:
la de ser un funcionario ejecutivo. Tal vez haya sido una coincidencia,
pero Fernando de Santibañes mencionó en su carta de renuncia
a la SIDE que nunca creí que fuese tan difícil dedicarse
a las cosas. Si no lo dijo con una segunda intención, de
todos modos le ganó una pulseada simbólica al ex banquero,
al conseguir que una nutrida delegación del establishment se hiciera
presente en el acto del Banco Nación. Los ejecutivos de la city
parecieron dejar atrás su defensa a De Santibañes y ayer
resaltaron los anuncios oficiales.
Machinea se los había anticipado anteayer al subdirector gerente
del FMI, Stanley Fischer. La comunicación obedeció a que
el ministro quería contar con el aval a las medidas del organismo
multilateral. Me dijo que sigamos adelante, subrayó
Machinea. Las medidas están enfocadas esencialmente a fortalecer
las inversiones, que de acuerdo a la visión del equipo económico
serán los cimientos sobre los que se construirá la reactivación.
Anunció una rebaja de 5 puntos al impuesto a los intereses a partir
del próximo 1º de enero, que se ampliará en otros 2
puntos el 1º de julio. El Poder Ejecutivo enviará un proyecto
de ley al Congreso con esa propuesta, que atiende al reclamo de los empresarios.
Los otros puntos que conforman el paquete de shock son los
siguientes:
A partir del 1º de noviembre,
las nuevas inversiones podrán compensar créditos fiscales
de IVA en la liquidación de otros impuestos, o recibir de Impositiva
directamente el dinero.
Se extiende a 10 años
el plazo para que el impuesto a la renta presunta se pague a cuenta de
ganancias. Su impacto fiscal recién se apreciará en 2004.
Se reducirán las cargas
patronales a empresas de informática.
Los inversores que retengan
durante un año acciones de empresas con domicilio en Argentina
no deberán pagar por ellas el impuesto a los Bienes Personales.
En la reglamentación de la medida, se limitará el beneficio
a pequeños y medianos inversores.
Se negociará con los
bancos un sistema de seguro de desempleo para nuevos créditos hipotecarios.
Se enviará al Congreso
un proyecto de ley de promoción y reconversión productiva
regional para el agro y el turismo, en lugar de la derogada promoción
industrial.
Se solicitará a las
provincias la eliminación de las regalías a las cuencas
hidrocarburíferas no exploradas.
Devolución automática
del crédito fiscal por IVA a los proyectos de inversión
minera y de hidrocarburos.
Se negociará con Brasil
una disminución de tres puntos por año al Arancel Externo
Común del Mercosur, a partir del 1º de enero de 2001. También
se propondrá una reducción progresiva, desde esa fecha,
a los aranceles de importación de bienes de capital, informática
y telecomunicaciones, para llevarlos a un máximo de 10 por ciento.
En el auditorio se encontraba uno de ellos, el economista ortodoxo Miguel
Angel Broda. Se ha despejado toda duda sobre la unidad del Gobierno
y de la Alianza continuó Machinea, hemos puesto en
caja el descontrol fiscal que había en diciembre y el Congreso
ha sancionado la ley Antievasión y la ley de Emergencia Económica.
Con esa base, afirmó, las medidas que estamos anunciando
tienen el propósito de desatar un renovado proceso de inversiones
productivas, ya que no hay crecimiento sin inversión, concluyó.
Machinea remarcó que sólo podrán implementarse las
medidas si se aprueban otras propuestas que cubran el costo fiscal que
implica ese programa. Ellas son las siguientes:
u Privatización del 50 por ciento de la AFJP Nación y de
las empresas vinculadas (Nación Seguros de Retiro y Nación
Seguros de Vida). La compradores pasarán a gerenciar las empresas,
pero deberán firmar una cláusula que habilita al Estado
a recomprar esas acciones. Machinea reveló que ya existe una oferta
de parte de un banco de inversión, pero dijo que habrá una
licitación pública. También precisó que se
enviará un proyecto de ley al Congreso para derogar la rentabilidad
asegurada a las compañías del 4 por ciento anual, ya que
dejarán de pertenecer sólo al Estado. Con la privatización
se esperan recaudar 300 millones de pesos.
u Venta de inmuebles del Estado.
u Prórroga a las concesiones de gas y petróleo. En especial,
la del yacimiento Loma de la Lata, de Repsol YPF. El Gobierno pedirá
el pago de unos 300 millones de dólares, que se concretará
en cuotas.
Todas esas operaciones suponen ingresos para el Estado del orden de los
700 millones de pesos, con lo que se podrá financiar la reducción
de impuestos prevista. Machinea calculó que la rebaja del gravamen
a los intereses tiene un costo fiscal total de 365 millones, mientras
que los reintegros de IVA a nuevas inversiones demandará 300 millones
en 2002, de acuerdo a los planes previstos actualmente para ese año.
También dijo que el seguro de desempleo para los créditos
hipotecarios significará apenas entre 15 y 20 millones para las
arcas públicas.
De
Santibañes era conflictivo
José Luis Machinea se reunió con un grupo de periodistas
para explicar en detalle las medidas que horas antes había
anunciado en el Banco Nación. Luego de pasar revista a cada
una de ellas, abrió el juego a otros temas:
¿Se sintió aliviado con la renuncia de Fernando
de Santibañes? le preguntó Página/12.
Distendió el clima en la Alianza. Se había convertido
en una figura conflictiva. Somos amigos desde hace muchos años
y no perdí la amistad que mantengo con él. Muchas
veces se trabaja con gente que tiene pensamientos diferentes en
algunas cosas.
Cavallo: Me
reuniré con Cavallo (el encuentro con los periodistas fue
antes de su reunión con el ex ministro) para comentarle las
medidas. Ya hablé con los principales referentes de la Alianza
y con Rubén Marín, que es el vicepresidente del Partido
Justicialista.
Enrique Martínez
(diputado del Frepaso): Se incorporará al equipo
económico. Estamos charlando cuál será su tarea
específica. Seguramente se ocupará de temas regionales,
en especial en la relación con pequeños municipios
de 50.000 a 100.000 habitantes. Tiene mucha experiencia en motorizar
proyectos en esas comunas.
FMI: Hablé
ayer con la gente del Fondo para comentarles las medidas
¿Y qué le dijeron? quiso saber un periodista.
Que siga adelante respondió el ministro.
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BAJARON
LAS ACCIONES Y SUBIO EL RIESGO PAIS
Para
la city es un poco tibio
Los mercados
no acusaron recibo del paquete anunciado por José Luis Machinea
para, en sus palabras, provocar un shock de inversión
en la economía. Ayer, la Bolsa volvió a caer, un 2,3 por
ciento, mientras que el riesgo país medido por la sobretasa
de interés que pagan los títulos de la deuda argentina
siguió en niveles record para lo que va del año. Si bien
los economistas fueron cautos al evaluar las medidas, la idea es que no
alcanzan para revertir las expectativas negativas de los inversores, hoy
temerosos de apostar en Argentina debido a la recesión y a la crisis
política de Alianza.
No fueron las medidas lo que hicieron bajar el mercado, pero no
revirtieron la tendencia. Parecen razonables, pero para revertir el humor
del mercado se necesita algo mucho más fuerte, señales concretas
de reactivación o cambios en la situación política,
comentó a este diario Andrés Pitchón, analista jefe
del Merchant Bankers. En tanto, para Freddi Thompsen, de ING Barings,
dentro del muy limitado repertorio por las restricciones fiscales,
Machinea sacó algunas zanahorias para tratar de estimular la inversión.
No creo que haga mucha diferencia a nivel macro, más allá
de algunos sectores beneficiados, que puedan aplaudir, afirmó.
Thompsen cree que los anuncios sirven para atenuar un poco el síndrome
del viernes pasado, cuando todos en el mercado vendían Argentina,
había rumores de renuncia del ministro y se hablaba de default
(cesación de pagos). Pero los problemas de fondo, que son la recesión
y la crisis política, no cambian. Y, por eso, no hay interesados
en comprar bonos argentinos, explicó.
Una hora después de los anuncios ante empresarios y banqueros en
el Banco Nación, Machinea se reunió en el Ministerio de
Economía con una docena de consultores y economistas para explicarles
los alcances de las medidas. Del encuentro participaron Miguel Angel Broda,
Pedro Lacoste, Carlos Melconian, Juan Luis Bour y Orlando Ferreres, entre
otros. En cambio, faltaron a la cita nombres tradicionales para la city
como Roberto Alemann, Manuel Solanet o Adolfo Sturzenegger. Allí
sólo hubo una exposición del ministro y, casi con desinterés,
a diferencia de otras veces, nadie hizo preguntas. Machinea, en tanto,
se limitó a hablar del impacto sectorial de las medidas y no se
metió en el tema más fangoso de su impacto en la macroeconomía.
De hecho, tampoco se habló del pronóstico oficial de crecimiento
para el año próximo (3,7 por ciento), sobre el que se basan
las cuentas del Presupuesto, y que los consultores creen excesivamente
optimista.
Son medidas en la dirección correcta, pero tenues. Demasiado
tímidas, opinó Pedro Lacoste, uno de los consultores
de empresas internacionales más requerido. Son medidas tibias
porque están pensadas sólo para las nuevas inversiones,
con bajas marginales de tasas y programadas en el tiempo, explicó.
Además, en términos de la reactivación sólo
apunta a la inversión y no al consumo, que suele reaccionar más
rápido. Me parece bien que se hayan cambio las prioridades: pasando
del ultrafiscalismo a cómo hacer para crecer. Pero, igualmente,
creo que se sigue pensando en el tema fiscal de cada mes, cuando el desafío
es que la economía empiece a crecer rápido para asegurar
la solvencia fiscal de mediano plazo, concluyó Lacoste.
La visión de que Machinea sigue más preocupado por la reacción
de los inversores financieros, si no cumple a rajatabla con las pautas
fiscales, antes que por las expectativas de consumidores locales también
fue comentario de otros economistas heterodoxos. Para
matizar tímidas medidas hetorodoxas, de estímulo a la inversión,
hubo medidas sin sentido, sólo para los mercados: por ejemplo,
la baja del arancel externo a las importaciones en una economía
en depresión o la eliminación de la tenencia de acciones
de la base imponible del impuesto a los Bienes Personales, dijo
uno de ellos. Esto es otro síntoma del miedo con que se maneja
Economía, remató. La única medida de aliento
concreto a los particulares es el seguro de desempleo para los futuros
tomadores de créditoshipotecarios, una alternativa que ya se había
barajado a principios de año.
Lo cierto es que los economistas más ortodoxos tampoco le dejan
demasiado margen de maniobra a Machinea. El discurso refleja la
necesidad de hacer algo para aumentar las inversiones. Lo que no me convence
es que las medidas que se anuncian generan discriminación: dan
ventajas a los que hacen una inversión nueva, pero en la práctica
los que las hicieron hace tres meses perdieron, afirmó el
ex secretario de Hacienda de Roque Fernández, Pablo Guidotti. Esto
provoca que no se sepa cuáles son las reglas en que hay que moverse.
Y entonces algo que se diseña para atraer inversiones puede dar
el resultado opuesto, agregó. Para Guidotti, son medidas
que parecen elaboradas en un fin de semana. Y advirtió que
hay desconfianza, por la incertidumbre política. Lo importante
es que el equipo económico no se desespere por querer tomar medidas
todo el tiempo, porque eso sólo estimula a los lobbies sectoriales
y genera más inestabilidad, aconsejó.
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