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DEFINICIONES DEL PRESIDENTE EN UN DIA PLENO DE ACTIVIDAD
“Se ha superado el problema político”

 

De la Rúa prodigó gestos de �relanzamiento�. Presentó la reforma política, las nuevas medidas de Machinea, rememoró el triunfo electoral de la Alianza.

 

Por Fernando Cibeira

t.gif (862 bytes)  “Si hubo un problema político, el problema político se ha superado”, fue lo último que dijo el presidente Fernando de la Rúa antes de embarcarse rumbo a España. La frase marcó el ánimo con que el Presidente encaró la hiperactiva jornada de ayer, en la que intentó un remedo de aquel “relanzamiento” de su gestión con el que amenazó a la vuelta de su anterior viaje al exterior. Con la salida de Fernando de Santibañes, las nuevas designaciones, la reforma política y el paquete de medidas pro reactivación, De la Rúa buscó cerrar de una vez la crisis política iniciada con el último cambio de gabinete. “Esto era más o menos lo que esperábamos”, decía ayer un importante dirigente frepasista en el Salón Blanco de la Casa Rosada. Es cierto, el ex vice Carlos “Chacho” Alvarez no estuvo, pero sí muchos de sus colaboradores pisaron nuevamente los pasillos de Gobierno. Y, en lo que en términos de la política doméstica podría considerarse una vuelta a la normalidad, radicales y frepasistas volvieron a unirse para atacar el “golpismo oculto” que anida en el PJ (ver asimismo página 9).
Donde mejor pudo apreciarse el retoño de entendimiento que ahora procura crecer dentro de la Alianza fue durante el acto en que se lanzó la reforma política. Tanto en el discurso de De la Rúa como en el del ministro del Interior, Federico Storani, resaltaron que Chacho Alvarez había trabajado en el proyecto. En el sector de invitados estaba el frepasista Franco Castiglione junto un grupo de jóvenes técnicos que durante estos meses habían desarrollado la iniciativa de reforma estatal.
Incluso, a algunos les sorprendió que, ante un auditorio en el que había dirigentes de la oposición como el ex ministro Carlos Corach, el Presidente se entusiasmara hablando con el “compromiso de la fuerza política con que llego a este gobierno, el compromiso de la Alianza”, al hablar del combate contra la corrupción. El Presidente jugó todas las fichas a la recomposición de la coalición como camino para salir de la crisis y mostrarse de nuevo con el manejo de las riendas de un gobierno que intenta despegar de la encrucijada planteada por la persistencia de las internas políticas combinada con la recesión económica.
Una estrategia que inició el sábado con el duro discurso con el que entusiasmó a los jóvenes radicales que lo fueron a visitar a Olivos, en el que atacó a quienes alientan un “golpismo oculto”. El domingo, el Presidente convocó al jefe de Gabinete, Chrystian Colombo, y al jefe del bloque de diputados de la Alianza, el chachista Darío Alessandro, para resolver los nuevos nombres que se incorporarían al gabinete. La mejor propuesta para la gente de Alvarez era que De Santibañes se fuera de una vez de la SIDE, condición indispensable para que su gente se incorporara a las vacantes disponibles en el Ejecutivo. Esta vez, para la toma de decisiones, De la Rúa no se refugió en el consejo de su amigo millonario, ni el de su hijo Antonio, ni en el del Enrique “Coti” Nosiglia, sino que se abrió a sus funcionarios y hasta a los hombres de Alvarez.
Ayer, el Presidente se diagramó un día sin descanso, cuestión de dejar la imagen de una gestión en marcha antes de subirse al Tango 01. En su primera actividad, en el acto por la reforma política, De la Rúa aprovechó para hacer un discurso que excedió largamente las razones de la convocatoria. Recordó que hoy se cumple un año de su triunfo electoral, por lo que reafirmaba el compromiso de “combatir la corrupción, crecer con justicia, brindar más educación y mejor salud, enfrentar la pobreza”.
Casi al mismo tiempo, el ministro de Economía, José Luis Machinea, presentaba una serie de medidas destinadas a sacar los índices económicos de su letargo, un dato que tampoco fue soslayado por el Presidente. “He dado instrucciones al ministro de Economía, que tiene todo mi respaldo, para que presente esta mañana al pueblo de la Nación un programa de medidas para el crecimiento”, apuntó. De paso, también mencionó el plan de infraestructura, la desregulación telefónica y del sector de salud, los programas de empleo y hasta del portal educativo Educ.ar. Es decir, todostemas que nada tenían que ver con la ocasión, pero sí con el día de despegue imaginado por el Presidente.
Luego vino la ceremonia de jura de los nuevos funcionarios, que De la Rúa colocó en el único horario que ayer le quedaba libre (ver página 5). Símbolo del nuevo clima de distensión, los frepasistas Alessandro y el diputado Rodolfo Rodil se quedaron conversando largo rato en el Salón Blanco, mientras los invitados especiales buscaban la salida. “Se ha dado un paso importantísimo para superar la crisis. La Alianza salió fortalecida a partir de estas designaciones”, opinó Alessandro, quien todavía le debe a De la Rúa algunos nombres para los espacios que el Frepaso aún tiene a su disposición en el Ejecutivo. Lo de “crisis superada” unificó a la dirigencia aliancista. “Había ciertas dificultades que han sido superadas”, resumió el presidente de la UCR, Raúl Alfonsín.
El Presidente retomó esta idea antes de emprender vuelo. Dio la crisis por superada y exigió “hechos” a sus colaboradores. “Estamos hartos de palabras”, dijo, utilizando un curioso plural.

Se desmayo un granadero cuando hablaba el presidente
El día que De la Rúa pidió “un médico ahí”

“Un médico ahí”, pidió el presidente Fernando de la Rúa parafraseando la muletilla de Raúl Alfonsín cuando convocaba multitudes. Promediaba el discurso con el que ayer presentó la reforma política y uno de los granaderos que custodiaba el acto se desmayó por culpa del calor. Fue el único contratiempo de una ceremonia que, en un principio, se había determinado que se realizaría en un teatro céntrico con la presencia de importantes personalidades. La crisis política obligó al Gobierno a moderar sus pretensiones y utilizar el mismo salón de la Casa Rosada de siempre. El mejor clima interno de la Alianza no alcanzó como para que el ex vice Carlos “Chacho” Alvarez apareciera, pero sí hubo un grupo de legisladores justicialistas encabezados por el ex ministro Carlos Corach que expresaron su apoyo aunque con reparos.
En su último diálogo telefónico, el ministro del Interior, Federico Storani, ya se había enterado por boca de Chacho que no participaría del acto. Pero sí habían acordado que compartirían el “copyright” de la reforma, una iniciativa en el que el Gobierno entienden que mejorará el humor de la gente en relación con la dirigencia política debido a que apunta a transparentar y reducir el costo de las campañas electorales (ver aparte). “Este proyecto no sería posible sin el amplio consenso que tiene”, remarcó Storani, quien durante meses negoció con el PJ el proyecto que ayer se envió al Congreso.
Entre los invitados que sufrieron el calor de la ceremonia estuvieron el presidente de la UCR, Raúl Alfonsín, y la dupla de la jefatura del gobierno de la ciudad, Aníbal Ibarra y Cecilia Felgueras. Por el lado del justicialismo, Corach llegó junto a los diputados Javier Mouriño y Miguel Angel Pichetto. El Presidente aprovechó el lanzamiento para recordar su promesa de que el ajuste lo haría la clase política. Y dedicó más de un párrafo a recordar su compromiso en la lucha contra la corrupción, una bandera de campaña que le gustaría retener y no dejar en manos de Chacho Alvarez.

 

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