Por
Raúl Kollmann
Los fiscales federales que actúan en el caso AMIA pidieron
ayer la extradición del llamado testigo-clave, Wilson Dos Santos,
detenido actualmente en Suiza. Pero ya no se reclama que venga a responder
a una imputación por falso testimonio, sino que se lo acusa de
ser parte integrante de la banda que perpetró el atentado contra
la AMIA e incluso contra la Embajada de Israel. La hipótesis de
los fiscales es que Dos Santos, al que consideran vinculado con los servicios
de inteligencia del Brasil, tuvo una participación activa
en la preparación del hecho, al punto tal de conocer no sólo
a algunos de sus integrantes, sino también el lugar y la fecha
del acto terrorista. Entre las pruebas que señalan los fiscales
está que Dos Santos se manejaba con nueve pasaportes distintos,
hizo 41 viajes en seis años sin tener trabajo conocido y existen
evidencias de que mantenía fuertes contactos con sectores radicalizados
de la Triple Frontera.
Los fiscales Eamon Mullen, Alberto Nisman, Germán Binchas y Pablo
Recchini hicieron ayer la presentación ante el juez Juan José
Galeano, cuando ya hace varios meses que los tribunales suizos tienen
a consideración un pedido de extradición pero sólo
por falso testimonio.
Es que Wilson Dos Santos se presentó en los consulados de Argentina,
Brasil e Israel en Milán, diez días antes del atentado contra
la AMIA, y habría advertido que se iba a producir el ataque. Después
de la explosión en la mutual judía viajó a la Argentina
y ante la Policía Federal contó una historia en la que revelaba
la participación de un grupo de iraníes en el atentado.
Mencionó una fiambrería en la calle Pasco y un quiosco sobre
Rivadavia como los lugares de reunión y también involucró
a la iraní Nasrim Mohtari en el grupo terrorista. Tres días
después de declarar ante la Policía Federal, Dos Santos
fue llevado ante el juez Galeano, pero allí negó todo. Dijo
que había hecho un gran invento para conseguir dinero de un periodista
brasileño. Galeano lo acusó de falso testimonio y la causa
quedó en manos del juez Claudio Bonadío. Tras cartón,
Dos Santos desapareció y el único expediente por el que
se lo buscaba internacionalmente era el de falso testimonio.
Con su presentación de ayer, los fiscales tratan de torcer la historia.
Si a Dos Santos lo extraditan a la Argentina sólo por mentir, la
justicia únicamente le podrá hacer preguntas sobre sus mentiras,
pero no sobre la causa AMIA. Habrá que ver si los jueces suizos
aceptan este cambio y los argumentos que se exponen. Para los fiscales,
lo que incrimina a Wilson Dos Santos como cómplice en el atentado
son los siguientes elementos:
- Anticipó el atentado unos diez días antes de que se produzca.
- Está comprobado que estuvo en la Argentina ya en 1991, antes
del atentado contra la Embajada de Israel.
- Las direcciones de iraníes que dio en su declaración inicial
fueron verificadas.
- Es cierto que estuvo en Europa y que compartió el hotel no sólo
con Mohtari sino también con otro hombre llamado Alí Slim,
del que se sospecha podría ser terrorista.
- Hay un testigo de la inteligencia iraní, el llamado C que declara
que la única forma en la que Dos Santos pudo haber sabido del atentado
es porque participó en alguna etapa de la preparación o
que hubiera recibido información respecto de esa preparación.
- Se manejó con nueve pasaportes distintos. Hizo 41 viajes a España,
Francia, Dinamarca, Inglaterra, Canadá, Estados Unidos y otros
destinos, todo ello sin tener ocupación ni sueldo conocido.
- Mintió premeditadamen
Por R.K.
La imputación contra Wilson Dos Santos tiene un punto delicado:
sugiere que todo o una parte del atentado fue perpetrado en territorio
brasileño. En verdad los investigadores argentinos están
convencidos que no sólo se trajeron desde allí los explosivos
sino que también la planificación se hizo en el sur
del Brasil. Además, la hipótesis obvia es que los terroristas
ingresaron por la Triple Frontera, es decir el límite entre
la Argentina, Paraguay y Brasil. Como fundamental en la polémica,
los investigadores, y en este caso concreto los fiscales, sostienen
que Dos Santos trabajaba para los servicios de inteligencia brasileños.
Un periodista que tuvo relación con Dos Santos declaró
que mantenía estrechos lazos con el brigadier Caldas,
jefe del Servicio Reservado de la Fuerza Aérea Brasileña
y que también tenía contactos con el SAE, Servicio de
Asuntos Estratégicos brasileños, habiendo recibido en
su casa a los coroneles Darío y Casarini. Las autoridades
brasileñas siempre negaron estas relaciones. |
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