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CUESTIONAMIENTOS TRAS UNA MUERTE EN UN VUELO
Una falta de espacio mortal

 

�Síndrome de la clase turista� llaman a la trombosis producida tras muchas horas en un asiento. Un caso abre la polémica.

 

 

El espacio entre asientos ha sido reducido en varias compañías.

Por Patrick Wintour
y Jamie Wilson*
Desde Londres

t.gif (862 bytes)  El llamado “síndrome de la clase turista” es el responsable de la muerte de una mujer de 28 años por un coágulo de sangre después de un largo viaje desde Australia. El caso golpea a la industria de la aviación, cuando es inminente la publicación de un informe del Parlamento británico que pide mejores condiciones sanitarias y de seguridad para los pasajeros de avión. Se espera que el comité de ciencia y técnica de la Cámara de los Lores británica, que debe informar sobre las condiciones sanitarias de las cabinas de aviones dentro de tres semanas, critique la forma en que se deterioró la calidad del aire y también recomiende que las líneas aéreas den a los pasajeros información explícita sobre la trombosis venosa profunda antes de emprender viajes extensos.
La afección, a la que comúnmente se denomina “síndrome de la clase turista” porque puede producirse tras estar sentado largos períodos con poco espacio, provocó la muerte de Emma Christofferson, una vendedora británica, que tuvo un coágulo sanguíneo luego de viajar durante 20 horas desde Australia a Londres por la línea Quantas. Su fallecimiento, que se produjo tras desembarcar, generó reclamos de los expertos en seguridad aérea, quienes sostienen que no se ha hecho lo suficiente para alertar a los pasajeros sobre los riesgos y las precauciones que deberían tomar. Según Farrol Khan, director del Instituto de la Salud en la Aviación, que investiga muertes en los vuelos, el espacio destinado a las piernas hace que muchas cabinas de clase económica se conviertan en un riesgo para la salud. “Las líneas aéreas deberían ser frontales en cuanto a la información de cómo se pueden provocar coágulos sanguíneos en los viajes largos”, dijo.
“El riesgo en la clase económica es mayor aún porque cuando el pasajero está sentado quieto, la habitual acción de bombeo de los músculos de la pantorrilla y el muslo ya no empuja la sangre hacia el corazón, mientras que al mismo tiempo la presión del borde del asiento bloquea el retorno de la sangre.” Aunque no hay una investigación a fondo, Khan estima que unos 6 mil pasajeros cada año podrían morir como resultado de la trombosis venosa profunda; también afirma que apenas tres horas sentado con poco espacio ponen a alguna gente en riesgo de tener coágulos sanguíneos en las piernas, que pueden subir a los pulmones, provocando una embolia fatal.
Se espera que la Cámara de los Lores pida a las líneas aéreas que recomienden a los pasajeros beber abundante agua, tomar aspirina –que ayuda a diluir la sangre– y ejercitar los músculos de las piernas durante el vuelo, para frenar el riesgo.
Ayer, un vocero de British Airways, que redujo la distancia entre los asientos de 32 a 31 pulgadas (81 a 78 centímetros) después de ser vendida al sector privado, dijo que las evidencias sobre las causas de la trombosis venosa profunda mostraban que podía afectar a pasajeros de las clases primera y ejecutiva igual que a los de la económica. “En realidad es incorrecto denominarlo síndrome de la clase turista –dijo–. Hay ejemplos de gente que experimentó esta trombosis simplemente por estar sentado quieto por largos períodos. Como a cualquier otro asunto de salud, lo tomamos en serio, pero ya hemos dado lineamientos claros, tanto en nuestra revista de abordo como en el website de la compañía, advirtiendo a los pasajeros sobre los riesgos y aconsejándoles qué hacer.”
Los expertos dicen que los pasajeros de edad media o ancianos, las mujeres embarazadas, los fumadores y quienes padecen afecciones cardíacas son los que corren más riesgos, pero usualmente se combinan con otras circunstancias, como la deshidratación, una comida de alto contenido graso o el consumo de anticonceptivos orales.
Simon Evans, un vocero del Consejo de usuarios de transporte aéreo de Gran Bretaña, dijo que las líneas aéreas podrían hacer más para alertar a los pasajeros sobre los peligros. “Muchas líneas aconsejan no sentarse enla misma posición mucho tiempo y moverse, pero podrían hacer la advertencia más notoria, tal vez dentro de los anuncios por altavoz.”
Los lores también harán recomendaciones sobre el reciclado del aire, que los expertos en viajes ven como otro problema potencial para la salud de los pasajeros. Desde los ‘70, las líneas aéreas han ahorrado en costos de combustibles mezclando aire fresco con 50 por ciento de aire reciclado, el que ha pasado por filtros de alta eficacia que supuestamente remueven patógenos peligrosos, pero si se atascan o ensucian su efectividad puede reducirse, exponiendo a los pasajeros a las bacterias. Se espera que el comité proponga que el aire no se recicle, lo que subiría los costos de combustible en un 2 por ciento.

*De The Guardian de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

 

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