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EHUD BARAK VOLVIO A REUNIRSE CON ARIEL SHARON
Preparándose para lo peor

El premier israelí insiste con la formación de un gobierno de emergencia nacional. Aún no lo logró, pero las gestiones continúan.

Por Suzanne Goldenberg *
Desde Jerusalén

t.gif (862 bytes)  Ariel Sharon, el halcón del partido derechista israelí Likud, se reunió otra vez con el premier israelí Ehud Barak para tratar de cosechar el máximo rédito político del caos de sangre y violencia que él mismo comenzó. De la entrevista no salió el tan mentado gobierno de emergencia nacional que propicia Barak, pero ambos volverán a encontrarse mañana, según un portavoz del Likud. Sharon dejó en claro ayer que espera un alto precio por su apoyo, ya que pidió poder de veto sobre las decisiones de seguridad y una garantía de que Israel no volverá a la mesa de negociaciones con los palestinos. Se registraron choques tanto en Cisjordania como en la Franja de Gaza. Hubo un muerto y varios heridos, más dos personas que murieron por heridas recibidas en jornadas anteriores. El gobierno israelí decidió reabrir el aeropuerto palestino de Gaza, que durante el día estuvo cerrado. La policía palestina detuvo a un palestino sospechoso de colaborar con Israel al haber disparado anteayer sobre el asentamiento judío de Gilo mientras un jefe militar israelí, con cámaras de televisión, se encontraba allí.
Las conversaciones entre Barak y Sharon vienen desarrollándose hace unos días pero ayer adquirieron carácter oficial. El poco apoyo que tiene Barak en el Knesset (Parlamento israelí) que pronto reabrirá sus puertas lo llevó también a ofrecer el gobierno al partido ultraortodoxo Shas, que ya le provocó en el pasado más de un dolor de cabeza. El Shas rechazó la oferta pero se comprometió a apoyar a un eventual gobierno de emergencia desde fuera. Mientras tanto, la violencia en las calles de Cisjordania y Gaza no se detiene. Ya van 26 días de violencia y 130 muertos desde que Ariel Sharon visitara la Explanada de las Mezquitas y Haram el Sharif y desatara el actual proceso. Después de los hechos de anteayer en Gilo, asentamiento judío en las afueras de Jerusalén, el ejército israelí bloqueó la localidad palestina de Beit Jalá, desde donde habrían salido los disparos sobre Gilo. También hubo tiroteos en Hebrón, y 36 palestinos resultaron heridos en un cruce en la Franja de Gaza.
En medio de la violencia, Shalom Silvan, uno de los líderes del Likud, dijo que Sharon había exigido reaseguros de que Barak en “dos o tres meses desde ahora”, no volvería a los ofrecimientos que hizo en Camp David en julio. Sharon tampoco desea ser un socio silencioso en esta coalición. Si Barak quiere el apoyo de su partido, tendrá que respetar la línea del Likud, que se opone firmemente a los ideales de cambiar tierra por paz, que han guiado las negociaciones.
Los diarios israelíes informaron que Sharon estaba exigiendo el puesto de vicepremier, con poder para vetar sobre las decisiones de seguridad. “Estamos buscando una sociedad que esté en una base igualitaria entre el Likud y el Partido Laborista de Barak”, dijo Meir Shitreet, miembro del Likud en el Knesset. Sin embargo, esas exigencias son inaceptables para el Partido Laborista de Barak, que reaccionó con desconcierto a la decisión del premier de aceptar a un hombre tan odiado por los palestinos. Resulta claro que Sharon y Barak están ansiosos por hacer un trato lo antes posible. El primer ministro, que tiene las lealtades de solo una cuarta parte del Knesset, está desesperado por mantenerse en el poder. Dentro de su partido, Sharon está bajo la presión del ex premier Benjamin Netanyahu. La solución puede encontrarse primero declarando un gobierno de emergencia, en el que Likud simplemente ayude a apuntalar a Barak durante un término relativamente corto de tres o cuatro semanas. El próximo paso sería un verdadero gobierno de unidad nacional, en el que Likud pudiera dictar los términos. Con la violencia en Cisjordania y Gaza ahora virtualmente en la Jerusalén Occidental judía, las posiciones se están endureciendo. Aunque los palestinos sostienen que la participación de Sharon en el gobierno significaría el abandono de Israel de las negociaciones, el gobierno permanece inmutable. “Realmente no creo que aArafat le importe quién está en el gobierno israelí,” dijo Yitzhak Herzog, el secretario del gabinete.
En otro orden de cosas, Estados Unidos puso en estado de alerta a sus fuerzas en el Golfo Pérsico por motivos “específicos” que no describió.
De The Guardian de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère

 

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