Por Fernando Cibeira
El economista Enrique Martínez todavía es diputado de la Alianza. Pese a que el ministro de Economía, José Luis Machinea, ya anunció públicamente que lo incorporará a una secretaría, hasta ayer, Martínez aún no había recibido el ofrecimiento, lo que le permitía participar de las discusiones por el Presupuesto en Diputados. De acuerdo con lo que en su momento conversó con Machinea, Martínez irá a la secretaría para pymes, que extenderá su jurisdicción a las economías regionales. De esta forma, se convertirá en el primer frepasista en recalar en Hacienda, en una nueva señal de la integración que ahora intenta el Ejecutivo.
�Usted formaba parte de los rebeldes de la Alianza que se opusieron a las decisiones económicas del Gobierno. ¿Por qué ahora aceptó un cargo en el Ministerio de Economía?
�Yo soy convocado con toda mi historia encima. Por lo que hice antes de ser miembro de la Alianza, por lo que hice en los últimos tres años y también lo que dije este año. De manera que en principio esto habla bien del ministro Machinea, que convoca a quien sabe diferente. Desde ya que mi conducta en el cargo será coherente con lo que vine diciendo en los últimos diez años.
�¿Habló últimamente con Machinea?
�Hablé hace tiempo, porque lo de colaborar con el equipo económico se viene conversando desde hace tres meses. Con Machinea nos conocemos de hace diez años. En todo este tiempo tuvimos muchas coincidencias y algunas diferencias. Honestamente, creo que me convoca para dar mi visión sobre las economías regionales y las pymes, que es un bache que debe tener el ministerio. No para pensar lo mismo que el secretario de Hacienda.
�Todo lo que se hace en Economía apunta a salir de la recesión. ¿Coincide con lo que se viene haciendo en ese tema?
�Pareciera que además de incentivar la inversión, habría que incentivar el consumo. Allí el debate franco que hay que dar es si el camino más rápido para incentivar el consumo no es recuperar la caída de salarios que se produjo hace seis meses en el sector público. Otra forma es avanzar en el plan de obras públicas y revisar la política de viviendas populares.
�¿Con qué objetivo llegará a su cargo?
�Es un desafío muy importante porque no se ha producido ninguna política de desarrollo regional en los últimos diez años. Los ministros de Economía se han preocupado mucho más en ir a Washington que a Salta. A mí me están convocando para ir a Salta. Y es lo que voy a hacer.
�¿Incluye a Machinea entre los ministros que prefieren Washington?
�Bueno, la inercia de la deuda externa lo lleva a eso. Pero si me convoca a mí es para cubrir ese bache.
�¿Cómo será la relación entre el Frepaso y el movimiento social que quiere crear Chacho Alvarez?
�Chacho fue muy explícito cuando pudimos hablar con él. Nos dijo que va a tomar distancia de la coyuntura política y no hay por qué no creerle. Entonces los hombres del Frepaso en el Ejecutivo y en el Legislativo van a tener que articular mucho más sus políticas que lo que han hecho hasta ahora para que no haya contradicciones. El Frepaso tiene unas 50 personas en la primera línea del Gobierno que a partir de ahora serán responsables de articular su esfuerzo para mantener una política homogénea.
�¿A quién le va a pedir instrucciones para su tarea?
�Desde el 10 de diciembre sólo le pido instrucciones a la plataforma de la Alianza. En todo este tiempo, a Chacho Alvarez lo vi dos veces. Fueron buenas reuniones pero así no se definen las políticas.
�¿Pero usted sigue considerándose un hombre de Alvarez?
�Sí. A Chacho lo quiero, lo respeto, lo considero mi hermano. Tiene algunas cosas con una impronta estratégica muy importante pero otras cosas que ha hecho en estos 11 meses no las comparto.
�¿Por ejemplo?
�Confundir gobernabilidad con adherir a medidas que no compartía. Eso reforzó la posibilidad de que el Presidente se aísle en un círculo conservador que terminó provocando la crisis del mes pasado.
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