Las dos casas rodantes ubicadas en una colina desértica están a tres kilómetros del ser viviente más cercano, pero ayer estaban en medio de la pesadilla en que se han hundido Israel y los palestinos. El regreso de Shimon y de Chaya Ben Dor a este asentamiento judío, una población de ocho adultos y cuatro niños, promete acicatear aún más la furia palestina, después de un mes de sangre y pánico durante el cual murieron más de 120 árabes. El gobierno evacuó el puesto ilegal el año pasado, pero los Ben Dor dijeron ayer que el regreso a su casa rodante, cuidada por tres grandes perros guardianes y dos centinelas armados, tenía la plena autorización del primer ministro Ehud Barak, aunque entre los funcionarios israelíes existía ayer cierta confusión sobre esto. 
Tengan o no estos colonos la bendición de Barak, un funcionario palestino advirtió que cualquier nuevo agregado a los 145 asentamientos judíos en Cisjordania inflamaría unas pasiones que ya están al rojo. �Esta es una indicación de las verdaderas intenciones del gobierno de Barak �dijo Ziad Abu Zayyad�. En estos momentos de tensión, de emoción, necesitamos de todos los esfuerzos para que las partes tengan confianza nuevamente y no estas acciones radicales que separan a las partes.� Poco después, el gabinete de ministros palestinos declaró que Israel estaba tratando de conseguir �por la fuerza y por ataques lo que no podía conseguir a través de las negociaciones�.
Barak, mientras tanto, intensificaba los esfuerzos para formar un gobierno de emergencia con el hombre más odiado en el mundo árabe, el líder halcón del partido Likud de Israel, Ariel Sharon. Para los palestinos, los devaneos de Barak con su enemigo, junto con las duras pronunciaciones contra el líder palestino Yasser Arafat, y su declaración de una �pausa� en el proceso de paz, son claras señales de que no está en sus planes hablar de paz. La autorización para el asentamiento Mitzpeh Hagit de los Ben Dor, que está entre Jericó y Jerusalén, es una confirmación más. Pero Sharon se está mostrando resistente a los halagos de Barak. Ayer, reiteró la exigencia de una mayor parte de los ministerios del gabinete para sus partidarios del Likud, y una voz en las futuras negociaciones de paz. Su postura se puede endurecer aún más si cree que esto es necesario para evitar una desafío a su liderazgo por parte del ex primer ministro Benjamin Netanyahu.
Ayer, Netanyahu dijo a Radio Israel que creía que el Likud debía mantenerse bien lejos de un gobierno de unidad nacional con el partido laborista de Barak. Los leales a Netanyahu en el Likud también trataron de evitar que Sharon sellara el trato. Mientras este estancamiento político continuaba entre los israelíes, los choques en Cisjordania y Gaza fueron detenidos ayer por la llegada de las fuertes lluvias de invierno, que mantuvieron a los manifestantes lejos de las barricadas. Aun así, por lo menos dos palestinos resultaron muertos en Gaza y otro hombre fue muerto de un tiro en su hogar durante la noche en la ciudad de Hebrón en Cisjordania. 
Israel permanece en tensión después de otra noche de tiroteos sobre Gilo, construido en tierras ocupadas en los bordes del sur de Jerusalén. �Si los palestinos no dejan de disparar, tendremos que pararlos y eso requerirá una operación masiva �dijo el alcalde de Jerusalén, Ehud Olmert�. Les costará caro.� En tal atmósfera, el regreso de los Ben Dor a Mitzpeh Hagit está cargado de significado. �Les manda a los palestinos un claro mensaje de que estamos reclamando una parte de Cisjordania. Es el mismo mensaje que la separación unilateral: mejor que los palestinos se preparen para hacer una paz que no incluye grandes partes de Cisjordania�, dijo Jeff Halper, un pacífico activista israelí. 
Esa opinión le viene como anillo al dedo a la familia. Aunque la señora Ben Dor dice que ella quería que sus cuatro hijos crecieran en un ambiente prístino, y sostiene que plantando ficus y árboles de algarrobo está encomunión con el desierto, admite que su presencia en Mitzpeh Hagit es extremadamente política. �No vendríamos a vivir aquí si no pensáramos que esto es Israel y que debe ser parte de Israel para siempre jamás.� Los puestos son concebidos como una cadena de asentamientos que flaquearían por afuera de los pueblos palestinos a lo largo del camino desde Jerusalén Oriental árabe a la ciudad de Ramalá en Cisjordania, y reforzarían los asentamientos aislados existentes, que Barak estaba preparado para abandonar en sus negociaciones de Camp David con Arafat en julio pasado. 
El año pasado, cuando Barak asumió prometiendo la paz con los palestinos, declaró ilegales a 42 de estos asentamientos. Pero en los meses que siguieron, los burócratas israelíes dieron luz verde a casi todos los asentamientos. Si Sharon se une al gobierno, los colonos pueden expandir sus ambiciones aún más. El líder del Likud es un resuelto partidario de quedarse con grandes �zonas de seguridad� del valle del Jordán, junto con todos los asentamientos en Cisjordania.

*De The Guardian de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.

ISRAEL AUMENTA SU RESPUESTA A LA INTIFADA
Disparen a los palestinos armados

Por F. S. *
Desde Jerusalén 

Israel ordenó anteayer a sus soldados disparar contra cualquier palestino armado, sea civil o militar. Ehud Barak tomó esta decisión como respuesta a una nueva oleada de violencia en Cisjordania y Gaza, que se cobró tres muertos y más de treinta heridos. La medida confirma la ruptura de los acuerdos de pacificación pactados en Sharm el Sheij hace una semana gracias a la mediación de la diplomacia internacional, y en el que se estableció entre otras medidas la restricción de las armas de fuego por parte de los soldados, a los que se les recomendó sangre fría y calma ante las agresiones palestinas. 
Hasta ahora la cúpula militar había recomendado calma a sus soldados, permitiéndoles disparar sólo en casos extraordinarios, de fuerza mayor o para defender sus vidas. �No tenemos intención de hacer una masacre, pero nuestra respuesta será dura contra los palestinos que disparen contra nuestras fuerzas. La respuesta a los ataques palestinos se intensificará en todos los lugares�, había advertido el coronel Noam Tivón, uno de los responsables de las tropas israelíes en Cisjordania, poco antes de que se impartieran estas nuevas instrucciones. 
Al tiempo que se daban las nuevas órdenes, el gobierno adoptaba otra decisión drástica; el cierre por tiempo indefinido del aeropuerto internacional de Gaza. El Ejecutivo de Ehud Barak alegó como excusa un confuso incidente acaecido pocas horas antes, cuando a un miembro de las fuerzas de seguridad palestinas, de paso por el aeropuerto, se le encontró un arma en su poder. El incidente en el aeropuerto de Gaza, que mantuvo paralizado durante todo el día el tráfico, pudo ser solventado a última hora de la noche, después de que un representante del gobierno israelí, Danny Yatom, asesor del primer ministro en temas de seguridad, y un dirigente de las fuerzas de seguridad palestinas, el general Hamine al Hindi, llegaran a un principio de acuerdo que posibilitará hoy la reapertura del único aeródromo administrado por la Autoridad Nacional Palestina. 
La decisión de la cúpula militar de flexibilizar el uso de las armas contra los palestinos se reflejó ayer con claridad en la intensificación del fuego en el frente de Belén, una de las bolsones más importantes de violencia de los territorios autónomos, donde desde hace una semana permanecen enquistados, mirándose frente a frente, los tanques israelíes y los francotiradores palestinos. Las tropas de Israel tratan de proteger a una comunidad judía de 35.000 habitantes, que vive en el antiguo asentamiento de Gilo, convertido hoy en un barrio de Jerusalén, y que cada noche sufre los disparos de los palestinos apostados en las últimas casas de la aldea de Beit Yala, colindante a Belén. 
Aún así, las últimas operaciones militares contra el pueblo de Beit Yala (8000 habitantes, en su mayoría cristianos) no parecen haber hecho mella en los invisibles combatientes palestinos, que el lunes al atardecer, amparándose en la oscuridad, volvieron a disparar contra la comunidad judía de Gilo. �Gilo es nuestra tierra. Nos la robaron. Eran los terrenos de nuestro pueblo�, aseguraba un militante de Al Fatah, mientras miraba con odio las casas del asentamiento. A sus espaldas, en la confluencia de la calle Saint Nicholas con Mugtaberin, la familia Nazzal contemplaba impasible la habitación de sus hijos (de 4 y 2 años) que la noche anterior había quedado destrozada por un obús israelí. Los niños salvaron milagrosamente la vida porque minutos antes, cuando empezaron los bombardeos, estallaron en lágrimas y buscaron refugio en la habitación de sus padres. 

* De El País de Madrid, especial para Página/12.

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