Por David Cufré
En un día cargado de versiones, el equipo económico retomó ayer una de las ideas de Domingo Cavallo para sacar al país de la recesión. �Estoy de acuerdo en privatizar el cobro de algunos impuestos�, dijo el jefe de asesores del Ministerio de Economía, Pablo Gerchunoff. El ex ministro había propuesto crear una empresa para que se encargue del cobro de todos los tributos. Se trataría de una virtual privatización de la DGI, aunque el organismo oficial mantendría, bajo el esquema de Cavallo, la tarea de fiscalizar a los contribuyentes. El equipo económico descartó ayer avanzar con una idea semejante, pero abrió una puerta a una propuesta intermedia: delegar en privados la recaudación de algunos gravámenes. �Es un tema que estamos estudiando�, reveló Gerchunoff, quien puntualizó que podría privatizarse el cobro del monotributo, los impuestos al servicio doméstico y los aportes previsionales.
Sin embargo, otros miembros del Palacio de Hacienda manifestaron su absoluto rechazo a la iniciativa, cuya estudio se encuentra �aseguraron a Página/12� en un estado embrionario. La idea en concreto consiste en concesionar la cobranza de aquellos impuestos. La función de la empresa administradora consistiría en mantener un contacto directo con los contribuyentes, utilizando las bases de datos oficiales para llamarlos telefónicamente días previos a los vencimientos, y seguir los casos de aquellos que no hayan pagado. En la jerga oficial, la tarea de seguimiento de los contribuyentes se haría a través de un �call center� (central de llamadas). De acuerdo al proyecto en estudio, la empresa cobraría una comisión fija y otra variable por los resultados obtenidos en la recaudación de impuestos.
Cavallo, en cambio, sugirió la privatización lisa y llana de toda la recaudación impositiva, y la empresa a crearse �cuyas acciones vendería el Estado a un operador� se quedaría con un 2 por ciento de todos los ingresos. El tributarista Leonel Massad, ex asesor de la DGI, señaló a este diario que el presupuesto global del organismo es de 1004 millones de pesos. �Si se le da el 2 por ciento a una empresa, son 80 millones de pesos mensuales y 960 anuales, casi lo mismo a la asignación de partidas para el funcionamiento de la DGI�, indicó. �Más allá de los costos operativos, se trata de una ganancia impresionante, que cualquier empresa querrá quedarse�, añadió, al señalar el interés del sector privado por la concreción del proyecto de Cavallo.
El titular de la AFIP, Héctor Rodríguez, trabaja junto a Economía y la Jefatura de Gabinete en la reestructuración del organismo. En ese marco se discutió la posibilidad de privatizar el cobro de algunos impuestos. �Vamos a tercerizar la cobranza para que todo el trabajo de la recaudación sea hecho a través de los bancos privados�, indicó Rodríguez, con más contundencia que el equipo económico. Por su parte, Gerchunoff sañaló que �estoy a favor de privatizar la cobranza de impuestos allí donde no hay que hacer inteligencia fiscal acerca de qué es lo que hay que cobrar. Es decir, por ejemplo, cobrar el monotributo va a ser muy fácil, sólo hay que tocar el timbre. Es algo que efectivamente puede privatizarse�. También dijo que se podría incluir en ese esquema al �servicio doméstico y eventualmente los aportes a la seguridad social�.
El funcionario descartó que la fiscalización de los pagos pueda ser concesionada. �Se puede privatizar la cobranza, pero lo que más importa es la inteligencia fiscal. Ese es el gran déficit de la AFIP, ya que todavía no ha podido transformarse en un buen agente de combate contra la evasión�, admitió Gerchunoff, a la vez que remarcó que para corregir esas falencias se está trabajando en la reestructuración de la AFIP.
En los hechos, la DGI ya ha tercerizado varias tareas. A través de un convenio con 52 bancos, se delegó en ellos la recepción de las declaraciones juradas de los contribuyentes y el cobro de los impuestos.Pero los bancos no realizan tareas de seguimiento, como es la propuesta para el caso de privatizar la percepción de algunos gravámenes.
CRECEN VENTAS EN SUPERMERCADOS
Competencia de ofertas
Las agresivas campañas de los �precios más baratos� de las grandes cadenas de supermercados empiezan a reflejar sus resultados en las estadísticas. Las ventas en ese tipo de establecimientos aumentaron en septiembre en un 7,5 por ciento en cantidades físicas, pero 4,1 por ciento en valores, con respecto al mismo mes del año anterior. La deflación interanual del 3,2 por ciento en los �súper� les permitió aspirar la clientela de los almacenes y minimercados de barrio.
Los shoppings, en cambio, no contaron con el mismo corrimiento de compradores para compensar el menor consumo. Las ventas en septiembre en estos centros comerciales cayeron en un 0,3 por ciento respecto del año pasado y 7,2 por ciento contra agosto. La privación de la compra de artículos de lujo o de marcas �caras� por parte de una franja de la población antes consumidora de los mismos estaría afectando su facturación.
La recuperación de las ventas en supermercados revierte la tendencia negativa percibida hasta agosto, aunque ya en los últimos meses se verificaba un alza en las cantidades físicas vendidas pero no en la facturación. En el acumulado de los primeros nueve meses del año, el valor de las ventas en supermercados sigue exhibiendo una caída del 0,8 por ciento, pero con una suba del 3 por ciento en los volúmenes y una caída del 3,7 por ciento en los precios.
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