El manejo oculto de millonarios �fondos especiales� en la Legislatura bonaerense no sólo provocó la primera fractura dentro del bloque de diputados del Frepaso, sino que terminó desatando una sorda polémica sobre quién debe presidir la cámara el año que viene. El tema de la sucesión no es menor: desde 1997, cuando la Alianza consiguió ser mayoría en el cuerpo legislativo, radicales y frepasistas se alternan en su presidencia. El radical Francisco Ferro la ocupó en 1998; el frepasista Alejandro Mosquera lo reemplazó en el �99. Ferro volvió al sillón durante este período y todo estaba preparado para que Mosquera retomara la posta. Pero hoy la Legislatura está lejos de navegar en la calma chicha de otros tiempos. 
El escandaloso uso de su caja negra, que fue derogada por unanimidad luego de que este diario revelara su existencia, terminó con las aspiraciones de Mosquera a volver a ocupar el máximo sillón de la Cámara baja. Y mientras dentro de su fuerza debaten quién debería ser el sucesor, un sector del radicalismo empezó a bosquejar alternativas para no entregar la presidencia. O para conseguir, en el peor de los casos, que sus socios del Frepaso aprueben un presupuesto para la cámara muy por encima del actual, que les permita recuperar al menos una parte de los cerca de cuarenta millones de pesos que todos los años manejaban a través de sus �fondos especiales�. 
La iniciativa es impulsada de manera reservada por un sector muy cercano al actual presidente Francisco Ferro que, con la caída de Mosquera, vislumbró una grieta para mantenerlo en su cargo por un año más. Como moneda de cambio, barajan ofrecer al Frepaso la presidencia de un bloque unificado. 
Como era de esperar, la idea de quedarse sin la presidencia no despierta ningún entusiasmo entre los diputados del Frepaso, quienes desde hace dos meses están empantanados en su propia crisis. La pelea interna tuvo como detonante el manejo que Mosquera hizo de los fondos especiales durante todo el año pasado, en su última gestión al frente de la cámara. Como se recordará, se trata de más de 36 millones de pesos que se gastaron al margen del presupuesto y sin ningún tipo de publicidad. Hasta hoy no se sabe en qué. Los diputados rasos le han pedido de manera insistente que explique cómo usó ese dinero, hasta ahora sin suerte (ver aparte). 
Con la decisión en firme de no impulsar a Mosquera a la presidencia de la cámara, hay negociaciones avanzadas para proponer en su lugar a Aldo San Pedro. De perfil bajo y crédito de hombre componedor y solidario con sus pares, San Pedro es uno de los diputados más antiguos de la fuerza en la Legislatura. Viene de Bragado, donde fue edil y presidió el Concejo Deliberante. Y es el actual presidente del bloque. 
Lo respalda la mayoría de sus pares. Lo miran con cierto resquemor los seis frepasistas del subloque que encabeza Guillermo Oliver, quienes deslizan que el diputado, como presidente del bloque, no pudo desconocer los manejos de dinero cuestionados. 
La sucesión debe concretarse en los primeros días de diciembre. Si la candidatura de San Pedro se afirma, todo indica que los hombres de Ferro deberán dejar de lado sus aspiraciones. La gran pregunta es si el debate por la renovación de la presidencia abrirá una brecha para otro mayor, ya no sobre nombres sino sobre la continuidad de mecanismos de ocultos de financiamiento de la política. Entre otras iniciativas en danza está la de dotar de transparencia la entrega de subsidios y becas que, al igual que con los fondos de la caja negra, no se dan a publicidad.

MANIOBRAS POR LA VICEPRESIDENCIA PRIMERA DE LA LEGISLATURA PORTEÑA
Un veto por amor a Fernando de Santibañes

Por Santiago Rodríguez

�No puede ganar alguien que pidió públicamente la renuncia de (Fernando de) Santibañes.� Es la orden expresa que Fernando de la Rúa dejó antes de viajar a España y que amenaza con convertir la sucesión de Enrique Olivera en la vicepresidencia primera de Legislatura porteña �que hasta ayer era una cuestión exclusiva del radicalismo� en un nuevo problema de la Alianza. �Es inadmisible que pretenda imponer acá el mismo esquema que provocó la crisis nacional y el alejamiento de Carlos �Chacho� Alvarez�, advirtieron varios frepasistas a propósito del acuerdo entre De la Rúa y Enrique �Coti� Nosiglia para sostener la candidatura de Jorge Enríquez frente a la de Cristian Caram, el terragnista que reclamó la salida del titular de la SIDE.
A pesar de que la designación del nuevo vicepresidente primero de la Legislatura figura en el temario de la sesión de hoy, hasta anoche no estaba claro quién se quedaría finalmente con ese cargo porque los dos candidatos a ocuparlo seguían empatados en cinco votos. A Enríquez lo apoyan los otros delarruistas (José Palmiotti, Fernando Caeiro, Claudia Serio y Elisa Cuitiño) y sólo un nosiglista (Rubén Campos). El otro alineado con Coti, Daniel Bravo, se resiste a acatar el acuerdo entre su jefe y De la Rúa y todo indica que terminará respaldando a Caram, a quien avalan sus tres aliados del Ateneo del Centenario (Tom Constanzo, Irma Gerch y Jorge Casabé) y Marcela Larrosa. Gabriela González Gass está de viaje y recién volverá a Buenos Aires el fin de semana.
La vicepresidencia primera de la Legislatura le corresponde al radicalismo, según pactaron los socios de la Alianza. Se trata de un lugar de importancia porque desde allí se maneja la administración del cuerpo y un presupuesto de unos 60 millones de pesos. Aquel que lo ocupe se convertirá, además, en el segundo en la línea sucesoria de Aníbal Ibarra. 
La pelea por la sucesión de Olivera es la misma que se planteó hace un par de meses por la conducción del bloque radical. Entonces, Caram logró llevar a algunos delarruistas consigo e inclinó la balanza a su favor. 
Esta vez De la Rúa tomó los recaudos para evitar que eso sucediera: puso a Cecilia Felgueras a trabajar de lleno por la candidatura de Enríquez y en persona llamó para que votaran su candidato a Palmiotti, Serio y Cuitiño, a quienes les recordó que Caram figuraba entre los que habían pedido la renuncia de Santibañes. Gestión de por medio, también Nosiglia pasó en cuatro horas de apoyar a Caram a respaldar a Enríquez. 
El Frepaso se ha mantenido hasta ahora al margen. El frepasista que conduce la Alianza en la Legislatura, Ariel Schiffrin, pretende no involucrarse, pero convocó para hoy al mediodía a una reunión de bloque en la cual no se dejará de hablar del asunto. Desde el gobierno porteño también observan la situación con atención.
�¿Qué es esto, la venganza de Santibañes?�, se preguntó un frepasista. Lo que terminó por indignar a los hombres del Frepaso identificados con la visión de Alvarez fue que el acuerdo entre los delarruistas y Nosiglia incluye el nombramiento de Jorge Ferronato como secretario administrativo. Ferronato tiene como antecedente haber desempeñado esa misma función �que consiste en el manejo de la �caja�� en el viejo Concejo Deliberante.
�Hay que designar a un radical que exprese la Alianza. De la Rúa quiere poner a un amigo suyo en la línea sucesoria de Ibarra y con Enríquez y Ferronato consolida la misma alianza que provocó la crisis producto de la cual yo perdí a mi vicepresidente e hizo que hoy no haya nadie del Frepaso en la línea de sucesión presidencial�, razonó un frepasista.

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