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FUJIMORI MONTO UN ESPECTACULO DE SUPUESTA CAPTURA
Cayó Montesinos, viva Montesinos

La Mesa del Diálogo entre gobierno y oposición acordó el 8 de abril como fecha para las nuevas elecciones y César Gaviria, titular de la OEA, dijo que Fujimori había resuelto capturar al ex jefe del SIN, pero esta parte de la historia derivó en un circo.

Fujimori (der.) alterna con César Gaviria, de la OEA, en la reanudación del diálogo.
El gobierno se bajó de una demanda de amnistía, pero nadie confía demasiado en �el Chino�.
Por Benito Portocarrero
Desde Lima

t.gif (862 bytes) Montesinos fue detenido por Fujimori y los dos están negociando en una camioneta. No: Montesinos en realidad ya había sido detenido el lunes, y la espectacular operación de captura encabezada ayer por el presidente Alberto Fujimori habría sido un inmenso bluff. Al final, el propio Fujimori aclaró (es un decir) lo que estaba pasando: megáfono en mano, y subido al tope de una de las camionetas militares en que presuntamente dirigía el operativo, proclamó que él no estaba tratando de capturar a Montesinos sino sólo buscándolo; que �se lo busca día y noche�, pero no para capturarlo, sino para informar al país dónde está. Fue el final de un día de típico circo fujimorista pero sólo hasta cierto punto: la Mesa del Diálogo entre oposición y gobierno acordó anticipar las nuevas elecciones al 8 de abril próximo (en lugar de junio) luego de que un oficialismo dividido acordara que aprobar una ley de amnistía para militares acusados de violaciones a los derechos humanos no era condición para los comicios, como había dicho antes.
�Hasta donde yo sé y lo puedo decir, y según fuentes de grupos de elite de la policía nacional, existe un mandato para buscar y detener vivo o muerto a Vladimiro Montesinos.� Las palabras de Raúl González, analista especializado en temas militares y vinculado por algunos con los servicios de inteligencia, cayeron en unas redacciones limeñas colmadas de trabajo por los rápidos y confusos sucesos de las últimas horas. Pero no fue el único que lo dijo: también César Gaviria, secretario general de la OEA, sostuvo que el gobierno había ordenado la captura de su ex monje negro, regresado esta semana a Lima después de un mes de ambiguo asilo en Panamá. Podía ser el anuncio de que la tensión acumulada desde el fin de semana podría llegar a su fin sin violencia o, por el contrario, una señal de que lo peor todavía está por venir. Efectivamente, poco después de conocerse esta versión, el presidente Alberto Fujimori abandonó el palacio presidencial y encabezó un espectacular operativo de búsqueda en una zona residencial de la sierra de Lima que hizo suponer a todos que él mismo había ido en busca de su antiguo favorito. 
El asunto tomó tal envergadura que a las 8 de la noche, los reporteros que cubrían el operativo anunciaron la captura de Vladimiro Montesinos. Esta versión afirmaba que había sido localizado en una zona residencial conocida como California y se encontraba dentro de una camioneta conversando a solas con el presidente. La noticia no tardó en difundirse y todo el país espera un mensaje presidencial anunciado para las 9 de la noche. Sin embargo, en el palacio no hubo ninguna confirmación oficial sobre el mensaje y, más aún, fuentes confiables recomendaban prudencia acerca de la información que se estaba propagando. 
Y es que en el Perú, debido al estilo del presidente, nada es lo que parece. Según los rumores, existirían fuerzas militares leales a Fujimori, y a los compromisos que asumió para adelantar las elecciones, dispuestas a detener como sea al ex asesor del SIN, quien con su presencia en el Perú socava el endeble edificio de transición que la Mesa de Diálogo de la OEA pretende construir. Lo preocupante era que dentro de la irreductible minoría militar fiel a Montesinos estuviera su cuñado, el general Luis Cubas Portal, quien es nada menos que el jefe de la II Región Militar (Lima). Aquí se ubica el �Fuerte Rimac�, con la más numerosa y moderna flota de tanques del ejército peruano, y es por ende elemento clave de cualquier golpe militar. 
Aun así, el presidente Fujimori no había dejado de jugar un papel ambivalente en esta confusa situación. La noche anterior, en su propia camioneta, llevó detenidos a los capitanes Wilbert Ramos y Mario Ruiz, dosayudantes de su ex asesor. También trascendió que cayó preso el coronel Roberto Huamán Azcurra, uno de los principales colaboradores de Montesinos, encargado de las comunicaciones y los pinchazos telefónicos, pero horas después sus familiares anunciaron que había sido liberado. 
Sin embargo esta actitud aparentemente hostil contra el tramado montesinista �durante una brevísima declaración de prensa acompañado del secretario general de la OEA, César Gaviria� se convirtió en una comprensiva explicación de por qué Vladimiro tuvo que salir de Panamá. Entonces Fujimori dijo que Montesinos regresó porque corría el riesgo de ser detenido y juzgado en el extranjero, donde no contaría con los suficientes recursos de defensa. Versión totalmente contraria a la sostenida por el interesado el día anterior cuando dijo que abandonó Panamá porque su vida estaba amenazada por Sendero Luminoso, el MRTA y el narcotráfico. De esta manera, el tire y afloje era cada vez más público, y conforme pasaban las horas crecía la versión de que Fujimori contaría ya con el apoyo del comandante general del ejército, general José Villanueva Ruesta.
Un hecho aún más grave para el futuro político del fujimorismo y la estabilidad del presidente se dio con la explosiva ruptura de la alianza oficialista en el Congreso. Ya los tambores de guerra venían haciéndose escuchar entre Cambio 90 y Nueva Mayoría, un grupo de congresistas que acompañaron a Fujimori en sus tres períodos, y Vamos Vecino, organización encabezada por Absalón Vázquez �ex aprista y cercano colaborador de Fujimori desde sus épocas en el rectorado de la Universidad Agraria�. El eje fueron las condiciones de las elecciones; la clave del día, que la división de la bancada dejó potencialmente en minoría a Fujimori, lo que puede haber facilitado las concesiones en la mesa de la OEA.

 

 

Claves

Por 10 años, el peruano Alberto Fujimori fue el paradigma regional del populista autoritario, que debe su efectividad a las fuerzas de seguridad. 
En setiembre, Fujimori anunció una convocatoria a elecciones generales anticipadas como respuesta a un video que mostraba cómo su jefe de inteligencia Vladimiro Montesinos pagaba un soborno a un opositor. 
Después de 28 días con asilo territorial en Panamá, Montesinos regresó a Perú el lunes bajo la (supuesta) protección del gobierno peruano. El vicepresidente peruano Francisco Tudela renunció en repudio.
Ayer se dividió el bloque parlamentario gubernamental y en la mesa de diálogo con la oposición se fijaron elecciones para el 8 de abril, sin condicionarlas previamente a una ley de amnistía para militares. 
En los últimos tres días, Fujimori visitó cuarteles y barrios exclusivos, para mostrar que aún ejerce el dominio de las FF.AA. y ofrecer a la opinión pública el �show� de una �caza de Montesinos� que después matizó.

Las amnistías son ajenas

Vladimiro Montesinos había justificado el martes su sorpresivo retorno a Perú citando una supuesta amenaza de muerte por parte de los �subversivos� de Sendero Luminoso. En una pálida expresión de esa amenaza, 500 presos de esa agrupación se amotinaron ayer (foto) en la cárcel de Castro Castro, situada en la capital Lima. El detonante fue la posibilidad de una amnistía a los militares que cometieron violaciones a los derechos humanos durante la lucha contrainsurgente. Un vocero de los senderistas, que se identificó como el �compañero Hugo�, exigió �una amnistía general para todos los involucrados en la guerra popular�. También pidió la aparición personal del líder histórico del grupo, Abimael Guzmán (�Presidente Gonzalo�), condenado a prisión perpetua en una penitenciaría separado, para negociar esa amnistía. �Nosotros reclamamos por la salud y vida del Presidente Gonzalo�, enfatizó el �compañero Hugo�, vía un teléfono celular. La policía peruana reforzó su presencia en torno de la prisión, pero las autoridades penitenciarias lograron convencer a los sublevados que terminaran el motín. No se informó si el gobierno había realizado alguna concesión. 

 

 

�La solución es la Junta de Notables�

Por B. P. 
Desde Lima 

Ex asesor del presidente Alberto Fujimori, el sociólogo, economista y analista político Hernando de Soto responde a Página/12 sobre el destino de su país después del súbito, pero deliberado, retorno de Vladimiro Montesinos. 
�¿Cómo entiende usted las declaraciones de Vladimiro Montesinos en el marco de esta crisis?
�Son muy preocupantes porque indican un deseo de quedarse y pareciera que el gobierno ha dado el visto bueno a su solicitud. En otras palabras, se decía que Panamá no quería ser el basurero de América latina, y han decidido que el basurero sea el Perú. Esto en un país que está en un proceso electoral cuya gran deficiencia es la falta de credibilidad del gobierno para administrarlo, dadas las dudas sobre su imparcialidad. Hay grandes protestas contra el presidente Fujimori, porque después de expulsar a Montesinos �quien era el manipulador de las distorsiones electorales, el que había sido grabado sobornando a un miembro del Congreso, el que había sido cuestionado por el tráfico de armas, acusado de narcotráfico y violación de los derechos humanos�, resulta ahora que este hombre ha logrado imponerse de nuevo dentro del Perú. 
�Usted conoce y ha trabajado con Fujimori. ¿Cree que está de acuerdo con Montesinos o que su presencia le ha sido impuesta?
�Eso resultaba ya claro el 16 de setiembre, cuando el presidente no lo pudo despedir entre cuatro paredes y necesitó salir a la opinión pública y desde allí destituirlo utilizando su legitimidad como presidente elegido para palanquearlo hacia fuera, porque hacia adentro no podía. Tuvo que negociar su salida porque su despido tuvo mala acogida entre los militares. Luego ha logrado regresar al país, como él mismo lo confiesa, con el asentimiento del presidente. Tiene que saber el ingeniero Fujimori que esto le va a causar un terrible perjuicio puesto que se ve, como dijo el vicepresidente Tudela al renunciar, como un atentado contra la conciencia moral de la república. Montesinos debe tener muchísimo poder. Lo que no sabemos es en qué está basado: o en el registro de tantas fechoría hechas en común con otras personas o en que en efecto maneja parte del poder del Estado. Es difícil saber si esto le ha sido impuesto a Fujimori, porque bien puede costarle la misma presidencia. 
�Hace días que se espera un mensaje del presidente, pero no ocurre. ¿Qué cree que está haciendo Fujimori?
�Estas son actitudes típicas del presidente. Recuerde que siempre que ocurre algo él se toma su tiempo. Es una persona paciente, muy fría, no se agita, medita y de vez en cuando también consulta hasta dar su 
posición. Entretanto, él ha visto que esto causa desconcierto e inseguridad, pero esto último es de segunda prioridad para él. Lo importante para él es que cuando sale comete la menor cantidad de errores posibles. Los silencios también le permiten medir las distintas reacciones que se vienen. 
�¿Qué posibilidades le da a César Gaviria, el secretario general de la OEA, de destrabar la Mesa del Diálogo, en vista de la negativa de la oposición a una amnistía para los militares?
�Si alguna vez fue necesaria la presencia de la OEA en el Perú, es ésta. Yo espero que el secretario Gaviria pueda echar luces donde sólo hay oscuridad. Francamente estoy bajo la impresión de que el presidente Fujimori, y mucha gente en el poder, no han calculado las consecuencias de lo que han hecho. 
�¿Qué salida existe para Perú?
�Yo espero que sea una salida pacífica y ordenada porque todo esto le está haciendo un daño enorme al país y a su economía. Para una salida de ese tipo se necesita que el gobierno tenga credibilidad y el presidenteFujimori ya no tiene ese factor a su favor. Quizás un gabinete multipartidario les pueda devolver la credibilidad a los custodios del proceso electoral. También se podría delegar la conducción del proceso a una Junta de Notables y en el peor de los casos �que ya se la hemos sugerido al presidente�, es que se vaya y sea reemplazado por la Junta mencionada o porun arreglo de la Mesa de Diálogo o por quien los ciudadanos decidan sea un buen sustituto. Por el momento Alberto Fujimori no es creíble.

 

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