Por Cecilia Hopkins
Desde Córdoba
La enemistad de dos familias, un casamiento impuesto y otros mandatos patriarcales son algunos de los asuntos que, por su tratamiento poético, relacionan a ... Feroz, obra del grupo boliviano Kikinteatro, con la literatura del realismo mágico. Del complicado panorama familiar que plantea la pieza, sobresale la fuerza de determinación de tres mujeres obligadas a prostituirse por designio de su padre: a pesar de su frágil y candorosa apariencia, las muchachas le buscan la vuelta a su situación humillante, para resistirse a someterse al mundo masculino y hacer valer sus decisiones. La obra subió a escena en el marco del Festival del Mercosur, que se desarrolla en esta ciudad.
A pesar de su juventud, el director Diego Aramburo ya lleva 11 años al frente del Kikinteatro en Cochabamba, su ciudad natal. Pero no se llamó así desde el inicio. Según precisa en una entrevista con Página/12, el nombre del grupo significa en lengua quechua �igual que el teatro� a modo de respuesta a quienes dijeron alguna vez que lo de ellos no es netamente teatro sino una actividad afín. Pero más allá de encasillamientos y rótulos, el Kikinteatro trabaja con la realidad que los rodea. Así, entonces, los autores del texto -.el propio Aramburo y Johnny Araya� encontraron que las trabajadoras sexuales sufren un estado de opresión similar a otras mujeres dedicadas a otras profesiones. �A través de la Oficina Jurídica de la Mujer -.cuenta el director�, nos hemos acercado al sector más pobre que practica la prostitución, pero también hemos leído relatos de otras trabajadoras. Es que la fortaleza de la mujer boliviana nos llama la atención. Y de esas lecturas ha salido uno de los personajes, que se basa en la Domitila Chungara, dirigente minera que inició la huelga que permitió terminar con la dictadura de Banzer, en el �78�, concluye.
�¿Está legalmente aceptada la prostitución en Bolivia?
�Hay una contradicción muy grande en ese tema porque, si bien no se habla del asunto, existe una institución, una práctica muy generalizada en la sociedad boliviana que es el �viernes de soltero�. En esos días, los hombres salen solos, juegan a los dados, se emborrachan y terminan en un prostíbulo. Y a pesar de que la prostitución es una actividad que no es legal, ellas tienen un sindicato que las nuclea y protege.
�¿Y las esposas toleran esa costumbre sin resistencia?
�En este último tiempo he notado que es aceptada en dos polos de la sociedad: las mujeres de la clase más adinerada hacen la vista gorda, igual que en los circuitos urbanos de bajos recursos. Este es uno de los síntomas de que existe en Bolivia un sistema machista bien sostenido, incluso por las mujeres. En cambio, para la clase media esa práctica puede convertirse en un motivo de discusión del matrimonio.
�¿Es la mujer la que mantiene a la familia de bajos recursos?
�Hay un doble juego en eso: la mujer es muy fuerte -.también lo es físicamente� y es el sostén económico de su familia, pero a la vez hay un abuso de esa fortaleza, porque su jornada de trabajo es doble y porque se ejerce sobre ella una gran violencia. La cantidad de reportes policiales es equitativo entre los robos que se producen y las denuncias de mujeres que han sido golpeadas. Aunque también ha surgido en la ciudad de La Paz una Brigada de Protección al Marido Oprimido, porque algunas mujeres ya pegan duro (risas).
�En su espectáculo, el hombre o bien tiene todo el poder o es un ser de una debilidad extrema.
�El padre aparece como una figura que maneja los destinos de todos, que ostenta todo el poder haciendo un uso abusivo de éste, sin reflexionar demasiado sobre eso, porque la mujer le cede toda la autoridad. Esto refleja muy bien la situación actual de Bolivia: Banzer llega al gobiernoelegido democráticamente -.toda una ironía� luego de hacer sus movimientos para lograrlo. Y allí está, sin hacer nada, salvo sacar tajada de su situación. El personaje de Lupo, en cambio, es un tonto útil que, a pesar de que nadie quiere identificarse con él, interpreta el papel que han estado jugando muchos, a modo de una herramienta servil o porque por apatía se permite que sucedan cosas que no deberían estar pasando. Pero ahorita, los últimos conflictos muestran una voluntad de repensar la situación: en abril se paralizó el país durante una semana, en setiembre, fueron bloqueados muchos caminos en demanda de cambios. Es que existe una Bolivia dividida entre un circuito urbano empresarial e industrial y un sector rural que no ha sido nunca atendido. No hay una situación equitativa. Y esto sin considerar la cantidad de etnias diferentes que conviven en nuestro país, con la riqueza cultural que eso plantea.
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