Por José Natanson
El día siguiente de la cumbre entre Raúl Alfonsín y Domingo Cavallo estuvo cargado de teorías, especulaciones e hipótesis en el Gobierno. Y, aunque cada uno vio de diferente forma aquella reunión, todos coincidían en un punto: las elecciones del año que viene se acercan y José Luis Machinea tiene cada vez menos tiempo para comenzar a mostrar algún resultado positivo. �Los tiempos se acortan�, decía ayer una importante fuente de la Casa Rosada, en un tono que denotaba preocupación por la complicada situación económica.
El cavallismo estaba exultante por la repercusiones de la reunión. Y es lógico: apenas seis meses después de la aplastante derrota en la Capital y del papelón que protagonizó en la conferencia de prensa, la crisis económica volvió a instalarlo en el centro de la escena (ver página 3). �A Cavallo le salió bárbaro. Desde su punto de vista fue todo ganancia. Lo que no queda del todo claro es por qué Alfonsín aceptó reunirse�, sostenía ayer un importante funcionario de la Rosada.
En la noche del miércoles, tanto Cavallo como Alfonsín explicaron que el sentido del encuentro fue darle un respaldo a Machinea en medio de la crisis económica. Sin embargo, el efecto fue exactamente el inverso: ayer, prácticamente toda la Alianza �empezando por Fernando de la Rúa (ver página 5)� tuvo que salir a aclarar que no está en los planes incorporar al ex ministro menemista al Gabinete.
Pero las especulaciones sobre la posible inserción de Cavallo no son casuales, sino que se asientan en un dato básico: cada vez son más los aliancistas que creen que el ex ministro es el único que podría encontrarle una salida a la encrucijada económica, el único capaz de conciliar credibilidad ante los mercados y los organismos internacionales con una estrategia más productivista, que acelere el demorado crecimiento económico. En este sentido, es notable como muchos dirigentes que antes calificaban a Cavallo de �neoliberal� ahora lo definan como �neodesarrollista�.
Claro que las hipótesis no tendrían sentido si no fuera por el complicado panorama económico, que incluye una caída de los bonos, un desplome de los títulos públicos y una suba inédita de los indicadores de riesgo país. De acuerdo con las teorías del Gobierno, la desconfianza de los mercados tendría una sola explicación. �Saben que Machinea es una garantía para la continuidad de la Alianza, quizás el único que asegura el apoyo de todo el Gobierno, Chacho Alvarez, Alfonsín y el radicalismo. Atacarlo a él es atacar a la Alianza�, coincidían.
Para colmo, la perspectiva electoral acorta los plazos. Los funcionarios políticos fueron desde un comienzo los principales apoyos del economista, a quien consideraban la única opción razonable frente a otros eventuales ministeriales de sesgo más ortodoxo, como Ricardo López Murphy o Adalberto Rodríguez Giavarini. Ahora, los que antes lo apoyaban sin reparos no parecen tan convencidos. �Dijo que había que ajustar y ajustamos, que había que recortar los sueldos y lo hicimos. Pero se acercan las elecciones del año que viene. Vamos a tener que mostrar algún resultado concreto porque si no vamos derecho a una derrota�, explicaba ayer una importante fuente de la Rosada.
Por eso, en medio de la tambaleante situación económica, la cumbre Alfonsín-Cavallo sólo contribuyó a complicar las cosas. Ayer, cada aliancista tenía una teoría. Cerca del titular de la UCR insistían con la explicación de que el único objetivo fue apoyar al equipo económico. Sin embargo, un dirigente radical explicaba que, a pesar de que Alfonsín siempre se opuso al ingreso de Cavallo al Gobierno, la cumbre del jueves podría ser el primer paso para un cambio de posición. �Alfonsín no hace las cosas porque sí. Me parece que lo está repensando�, señalaba.
Desde la otra vereda de la Alianza, la postura de Chacho Alvarez es una incógnita. Desconcertados, los funcionarios radicales no aciertan a imaginar cuál será el camino del jefe del Frepaso. Ayer, un funcionario con despacho cercano al del Presidente aseguraba que Alvarez está esperando que se aclare la situación de Machinea antes de definir un rumbo preciso. �Va a esperar. Si a Machinea le salen bien las cosas, va a ratificar la Alianza. Si no, lo más probable es que elija otro camino�, decía.
En el Frepaso comparten la preocupación. �Estamos haciendo todo lo posible para ayudar�, decía ayer un diputado frepasista, después de votar en comisión el dictamen de Ley de Presupuesto. Y, aunque ninguno se anima a pronosticar cuál será la postura de Chacho en caso de que estalle la crisis, todos coincidían en rechazar la posible incorporación de Cavallo al Gobierno. �La Alianza no lo resiste�, sostenían ayer dos legisladores cercanos a Alvarez.
EL DIA DESPUES TODOS HABLAN, HASTA ALFONSIN
�Hay demasiados cipayos�
Raúl Alfonsín: �Este es el gobierno de la Alianza y creo que a nadie se le ocurre que pueda ingresar el doctor Cavallo al Gobierno. Hay quienes prefieren que sea Cavallo quien maneje la economía: no creo que sean los que consultan la opinión del Gobierno argentino sino que tienen más en cuenta las impresiones que se tienen afuera. No creo que el encuentro en sí tenga tanta significación, pero sí hay una disposición de distintos sectores políticos a colaborar en aspectos básicos del Gobierno. Yo más bien lo veo así: hay gente que viene con decisiones de inversión o bancos que quieren prestar y desgraciadamente hay demasiados cipayos en la Argentina, que son los que dan la mala imagen�.
Graciela Fernández Meijide: �Alfonsín y Cavallo casi nos matan de la sorpresa. Me parece bueno que se reúnan porque si el primer ex presidente de la democracia y el ex ministro, que tuvo una importancia fuerte por más que lo hayamos criticado, logran sentarse a hablar civilizadamente, eso es una señal de que dejamos de lado nuestras diferencias. Esto no quiere decir que Cavallo vaya a ser ministro ni nada�.
Horacio Jaunarena: �Es positivo el diálogo, porque le da al ambiente político una atmósfera de previsibilidad. Esto no quiere decir o alentar una especulación de que Cavallo ingrese al Gobierno. Me parece muy poco probable, casi imposible, que Cavallo se incorpore al Gobierno�.
Carlos Ruckauf: �Creo que es bueno que dialoguen personas que tienen ideas contrapuestas y bajen el nivel de tensión. Me parece muy importante que haya señales y que empiecen todos a morigerar el lenguaje. Alfonsín había dicho algunas cosas muy temerarias en materia de devaluación, ya que de eso se trataba el tema de acabar con la convertibilidad�.
opinion
Por Eduardo Aliverti |
Aburridos de verdad
Qué pasa cuando en un par de días consecutivos pasa de todo y en la semana siguiente, y en la otra, y en la otra, no pasa nada respecto del mismo todo que pasó? Pues pasa que entonces no pasó nada. Nada significativo. No hace todavía un mes, los cambios de gabinete y la posterior renuncia de Alvarez llevaron al extremo de que numerosos analistas �la mayoría de ellos, probablemente� auguraron poco menos que un nuevo mapa político, un escenario impredecible y una profunda afectación de la economía. Pero ni pasó algo en ésta como no sea la ratificación a rajatabla del rumbo del modelo, ni hay imprevistos en escenario alguno. Y en cuanto a las presuntas novedades en el dibujo político-partidario, lo más �sustancioso� es precisamente aquello que confirma lo inútil de lo ocurrido. En las jornadas que siguieron a su dimisión, el ex vicepresidente arremetió desde un bar con sus conocidas exigencias de modificación de nombres. Logró que se fueran todos los que pidió. Sin embargo, ya antes de la partida de De Santibañes se llamó a un silencio que volvió a quebrar, luego de su reunión con De la Rúa, pero para sostener que debía haber más Alianza que nunca y que debía confiarse en el Presidente. ¿Para qué se fue? No se puede estar un poquito embarazada, ni hace al honor renunciar un poquito. De todos modos, también es cierto que lo que está pareciendo una comedia no tiene nada de insólito para quienes observan las cosas de la política con visión estructural. Según asevera él mismo, Alvarez se fue por disidencias de manejo institucional y de conformación de entornos. No por el recorte salarial a los trabajadores, ni por el impuestazo, ni por el ajuste sobre el ajuste. Tampoco renunció por la reforma laboral, que puso de derecho el hecho de un mercado de trabajo con condiciones de la Década Infame, sino por cómo se la votó. No le preocupó el contenido. Dice que lo enfureció la envoltura.
De ahí en adelante, la secuencia es antes lógica que alocada. Porque en tanto no hay un cuestionamiento de fondo al carácter antipopular del Gobierno, acallados los gritos y las calenturas no hay más nada que decir. Si se acepta la marcha ferozmente conservadora de la Alianza, claro que no tenía sentido irse por un problema de nombres. Eso sí se resuelve desde adentro. Si lo que no se tolera es en cambio ese rumbo general, se van todos, dicen lo que tienen que decir y convocan a algo nuevo.
No resultó ni lo uno ni lo otro. Con lo cual, el Frepaso �hecha la salvedad de los socialistas� termina asimilándose a la insoportable hibridez de que acusan a De la Rúa. Triste resultado a menos de un año de gestión. |
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