Por más que son estrellas que muchas veces parecen inalcanzables para el común de la gente, cada día son más los deportistas que aprovechan los beneficios que les otorga su actividad profesional para retribuírselos a la comunidad. Con motivaciones distintas, ya sea por alguna circunstancia especial que les tocó vivir, porque no olvidan sus orígenes o por la simple satisfacción de ayudar a quien más lo necesita, muchas figuras del deporte nacional y mundial brindan su colaboración solidaria de diferentes maneras. A veces con la utilización de sus nombres para obtener recursos, otras con su imagen, o simplemente mediante donaciones, aquí una lista de los casos más impactantes. Antes de viajar a Francia para incorporarse al Monaco, Marcelo Gallardo inauguró junto con su padre una fundación que lleva su nombre en Merlo, donde más de 900 chicos practican fútbol de manera gratuita. Según lo explica el propio futbolista en un informe publicado en la revista Tercer Sector, la intención que lo llevó a crear este emprendimiento es darles posibilidades a los niños más necesitados. �Lo que yo pretendo con esta fundación es que los chicos tengan un lugar para crecer. No me interesa que sean grandes futbolistas�, comenta el volante de la Selección Argentina. A partir del proyecto de Gallardo, su compañero Juan Sebastián Verón también tiene planes de crear una institución similar en La Plata. A diferencia de la tarea que lleva a cabo Gallardo, el arquero de Vélez José Luis Chilavert colabora con varias entidades de bien público, pero prefiere que sus actividades no tomen trascendencia. A pesar del perfil polémico que asume en los partidos y con sus declaraciones, muy diferente es la postura que adopta fuera de los campos de juego. Con mucha frecuencia, Chilavert realiza donaciones en la Argentina, Paraguay y Uruguay, donde además es padrino de dos centros de discapacitados motrices y colabora con la sección de oncología de un hospital de Montevideo. Por más que si estos actos tuviesen más difusión su imagen ante los aficionados mejoraría, Chilavert asegura que eso no le interesa. �El deber de cualquier persona que atraviesa una situación cómoda es poder serle útil a la gente, pero no me gusta que se conozca. En cuanto a las donaciones y a la ayuda que pueda brindar, yo las hago porque las siento, no para que la gente diga �uy, qué bueno que es Chilavert��, remarca el arquero. Otra de las maneras que tienen los deportistas para ayudar, según el informe de Tercer Sector, se da a través de su talento. La ex tenista Claudia Casabianca es desde hace cuatro años la coordinadora de un programa de tenis para chicos con capacidades diferentes que promueve la Municipalidad de San Martín, mientras que el ex campeón argentino de boxeo Jorge �Karateca� Medina dirige una escuela de box en el club Beccar. Para Casabianca, el proyecto les permite a los chicos lograr una evolución que de otra manera les sería muy difícil de conseguir. Además, la ex tenista asegura que poder desarrollar esta actividad es lo mejor que le pasó en la vida. De acuerdo con lo que afirma Medina, su intención con ese emprendimiento es lograr alejar a los pibes de la calle y de las tentaciones, y de esa manera evitar que repitan su propia experiencia. Medina purgó una condena en la cárcel de Devoto y se recuperó de su adicción a las drogas. Pero más allá de estos casos puntuales, varios son los deportistas que colaboran de distintas maneras. Héctor Campana es una de las caras visibles de la Fundación Corazoncito, una entidad que se encarga de proveer de insumos médicos al servicio de cardiología del hospital de Niños de Córdoba; Germán Burgos donó todos los ingresos por su actuación con su grupo musical Simpatía al Hospital de Niños; cada vez que retorna a Azul, Matías Almeyda efectúa donaciones a entidades de bien público de su ciudad natal; Carlos Bianchi es padrino de una Fundación en Córdoba (ver recuadro); Enzo Francescoli fue nombrado embajador de Unicef por Uruguay e Iván Zamorano por Chile, por lo que ambos participan activamente en todas las campañas que impulsa la entidad; a Edgardo Bauza le ofrecieron uncontrato por una publicidad en su gorra, pero sólo aceptó si el dinero iba a parar directamente a un hospital de Rosario. Así, la lista se podría engrosar casi de manera interminable, ya que muchos son los deportistas que no se olvidan de sus orígenes.
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