Por Fernando D�Addario
La murga Contrafarsa no es nueva, ya que festejan 20 años de trayectoria, pero en el reparto de etiquetas le toca llevar la de �renovadora�. Se trata, claro, de una modernidad a la uruguaya: su innovadora concepción estética y su tratamiento teatral no anulan el respeto por el origen barrial y por la �tradición murguera�, códigos intransferibles del mapa genético montevideano. Esta noche, a las 22, actuarán por primera vez en Buenos Aires: presentarán en La Trastienda El tren de los sueños, espectáculo que obtuvo el Primer Premio de la edición 2000 del Carnaval de Montevideo.
El disco homónimo, que refleja con naturalidad el espíritu del tablado aunque �por razones obvias� esconda sus posibilidades visuales, ofrece la paradoja de mirar estilísticamente hacia adelante, mientras conceptualmente propone un viaje hacia el pasado. Ese �tren de los sueños� recorre introspectivamente estaciones emocionales pintando personajes, contando hipocresías, sublimando nostalgias propias y ajenas. La alegoría del ferrocarril no es antojadiza: en Montevideo casi ya no hay trenes, y Sayago, el barrio al que pertenece la Contrafarsa, tiene una estación que ya no funciona y por la que sólo pasan vagones de carga.
Esta murga, que se diferencia de otras más tradicionales como Falta y Resto y Araca la Cana (por citar a dos muy conocidas aquí), tiene una historia que no entra en conflicto con las generales de la ley. �Somos una murga que nació en un barrio y lo representamos cada vez que salimos por otros lados�, dice en la entrevista con Página/12 Edú �Pitufo� Lombardo, director del combo, que trae el mismo arsenal escénico que le permitió consagrarse en el Carnaval de Montevideo. Son diecisiete personas, entre coristas, letristas, percusionistas, vestuaristas, escenógrafos, maquilladora, etcétera. Una de las características de la Contrafarsa es la ausencia de textos explícitos de denuncia. Salvo en la �Primera estación: Popurrí Locomotor�, donde aluden al ballottage en las últimas elecciones uruguayas. Lombardo explica que �tratamos de incorporar un lenguaje menos directo, lo que no significa que no tengamos compromiso social. Hemos actuado para familiares de desaparecidos y tenemos muy claro cuál es nuestro origen, porque la Contrafarsa es una murga que nació de una cooperativa de vivienda, pero preferimos escribir desde un costado menos panfletario�.
Quizás lo ideológico en esta agrupación pase, en algún sentido, por el concepto de la puesta y por la elección del repertorio. Entre los autores elegidos están Eduardo Mateo, Rubén Rada, Tom Jobim, Djavan y Toquinho, entre otros, algo que no es tan común en el género: �No le tenemos miedo a utilizar ningún género. Nuestra influencia es lo que escuchamos en la vida cotidiana. Yo, por ejemplo, soy un eterno amante de Los Beatles, y se nota. Y no veo por qué una canción de Jobim no puede estar en una murga, si forma parte de un repertorio popular, de todos los tiempos�, subraya Lombardo.
Hace tres años que no paran de actuar. Pitufo es murguero desde los 9 años y lo que hoy es Contrafarsa fue la murga de niños Firulete. Para el fin del milenio, la murga participó del video de �Los Olímpicos� (Jaime Roos) que representó a Uruguay en un evento transmitido por TV a todo el mundo. Y el fútbol, claro, está omnipresente: su nuevo disco se llama 11 canciones en el área. �En Uruguay, el fútbol y la murga están muy emparentados �dice Rabelino�, comparten esa cosa de la hinchada, del vestuario, la charla previa. Nosotros hemos llegado a concentrar�. Lombardo dice que, como buen hombre de Sayago, es hincha del Racing uruguayo. Rabelino apunta entonces que a principios de los 90, cuando ganaron por primera vez el Primer Premio del Carnaval, se convirtieron en Defensor, elque se colaba entre los grandes. Y Lombardo concluye: �Y ahora somos Peñarol�.
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