Por José Natanson
En el Frepaso, todo empieza y todo termina en Carlos �Chacho� Alvarez. Por eso, la renuncia a la vicepresidencia y la decisión de alejarse de los vaivenes políticos cotidianos para construir un difuso Movimiento de Participación Ciudadana provocó una serie de movidas, cambios y realineamientos en el seno del partido. A continuación, la postura y la opinión de los referentes y núcleos más relevantes ante la nueva situación.
Chacho. Luego del portazo, Alvarez ha concentrando sus esfuerzos en la creación del Movimiento, que hasta ahora tendría el único objetivo de cambiar las prácticas políticas tradicionales. Según dicen, la iniciativa apuntaría a amplificar las bases de sustentación del Frepaso, transformándolo y tonificándolo al mismo tiempo. �A Chacho nunca le gustaron las estructuras, se siente atado, cercado�, recuerda una fuente de diálogo cotidiano con el líder. Y añade que la nueva creación le daría una libertad de acción y de discurso mucho mayor. �Se sintió bastante mal porque vio una reacción tibia de la sociedad frente a la crisis del Senado. El objetivo es modificar eso�, agrega.
La idea es defendida con entusiasmo por los dirigentes más cercanos a Alvarez. �Es una forma de ampliar la convocatoria�, sostiene Nilda Garré. �Va a ser una herramienta de control ciudadano�, asegura el senador Pedro del Piero. �Apunta a movilizar conciencias�, dice Juan Pablo Cafiero. �La convocatoria desde la política tiene límites estrechos. Por eso es una iniciativa atípica, no rígida�, dice Rodolfo Rodil.
Pero el proyecto genera también muchas dudas. Todavía no está claro cómo se articulará con el Frepaso, aunque todos aseguran que está destinado a fortalecerlo. Tampoco se sabe bien cómo impactará en la Alianza un movimiento orientado a transformar las prácticas políticas tradicionales, incluyendo las del radicalismo. Y aún menos cómo se vinculará con las elecciones del año que viene. Los interrogantes crecen a medida que el interlocutor se aleja del núcleo duro del chachismo. �Cada vez que alguien dice que va a incorporar independientes habla de traer gente de derecha�, asegura un frepasista. Y menciona el riesgo de que el Movimiento se limite a ser un puente para el ingreso de otros dirigentes, como la neuquina Silvia Sapag o el porteño Gustavo Beliz.
Aníbal. El jefe de gobierno porteño, Aníbal Ibarra, es el más fortalecido y el más complicado por la hecatombe política de los últimos días. Con el alejamiento de Chacho se ha convertido en el hombre más importante del Frepaso, concentrado por el momento en su gestión pero ya perfilándose como dirigente nacional. Al mismo tiempo, el ex fiscal encabeza un gobierno de Alianza, con una vicejefa �Cecilia Felgueras� de origen radical, con la mitad de su gabinete a cargo de radicales y con un bloque de legisladores dividido entre los dos socios de la coalición. Hasta ahora, la Alianza ha funcionado sin fisuras en la ciudad, pero Ibarra tiembla cada vez que Alvarez explica sus ideales movimientistas, y se enoja ante la decisión de Chacho de alejarse simbólicamente del Frepaso (ver páginas 2 y 3 ). �Aníbal necesita la Alianza, es el primer aliancista�, definió ayer una fuente muy cercana al jefe de Gobierno.
Graciela. Fue la gran estrella electoral del Frepaso, protagonizó una serie de tropezones desde que asumió en Desarrollo Social y hoy se encuentra concentrada en los problemas del ministerio, que no son pocos: a la crítica situación social y la escasez de fondos, se han sumado en los últimos días desencuentros serios con algunos de sus colaboradores más inmediatos. Hoy parece un poco desorientada: ha dicho que no entiende la iniciativa de Alvarez (con quien habla poco y nada desde hace meses) y no termina de digerirla del todo.
Darío Alessandro. Fue el enviado de Alvarez a la Rosada en los momentos más complicados de la crisis, nunca cortó el diálogo con los radicales, que lo aprecian y confían en su voluntad aliancista. Maneja elbloque de diputados (el ámbito aliancista por excelencia) y se ha convertido en el operador más cercano a Chacho, quien le pidió que se encargue de pilotear el ingreso de frepasistas al Gobierno. �Vos tenés que ocuparte del partido�, le dijo Chacho hace un par de semanas, transformándolo en el virtual coordinador de la fuerza. Por eso, la idea es modificar la actual Mesa de Conducción para construir un nuevo cuerpo colegiado, con mayor poder de decisión y que refleje la nueva situación del Frepaso. Esto supondría incluir a algunos dirigentes �como Nilda Garré, virtual nexo entre el Frepaso y el Gobierno� y excluir a otros, como Alberto Flamarique, que aún hoy forma parte de la mesa.
La provincia. �Los peores son los que vienen de la izquierda. Perdieron siempre y cuando empezaron a ganar se entusiasmaron con las prácticas de radicales y peronistas�, cuestiona un frepasista. Lejos de ser casual, la crítica que se escucha cerca de Alvarez se refiere a un grupo de dirigentes bonaerenses, a quienes acusan de haber copiado las mismas prácticas políticas oscuras que Chacho se propone transformar. Ponen como ejemplo la caja que funcionó durante años en la Legislatura bonaerense y que recién se eliminó este año (a partir de una publicación de Página/12). Y mencionan, entre otros, al vicepresidente de la Cámara de Diputados bonaerense, Alejandro Mosquera. Los acusan de oponerse a la idea de crear un movimiento para transformar el modo de hacer política. �Son aparatistas, tienen miedo de quedar en banda y no quieren ni oír hablar de esos proyectos�, se quejaba ayer una fuente cercana al ex vicepresidente.
Juampi. Es curioso lo de Juan Pablo Cafiero: fue precandidato a gobernador, siempre estuvo a punto de dar un salto y convertirse en un dirigente nacional, pero nunca lo logró del todo. Se acercó mucho a Chacho luego de su renuncia a la vicepresidencia y hoy es uno de los más entusiasmados con la idea del Movimiento. En la interna bonaerense, está enfrentado a Rodolfo Rodil y Mosquera y su relación con Graciela no pasa por el mejor momento. Tiene, además, un problema básico: a pesar de que en el bloque de diputados siempre jugó con el oficialismo, muchos radicales lo tildan de antialiancista. �No le encuentro justificación. Los hechos demuestran que no es así�, sostiene cuando se le pregunta por las críticas de sus socios. �Será porque me ven muy peronista�, dice.
Nilda, Makón, Martínez. Los tres frepasistas que ingresaron al gabinete la semana pasada, en sintonía con el proceso de recomposición de la Alianza, se encuentran en una situación precaria, atada a la evolución de la crisis de la coalición. El primero es Enrique Martínez: fue uno de los principales críticos de la política económica del Gobierno, votó en contra de las leyes fundamentales y en breve ocupará un cargo en... el Ministerio de Economía. Una decisión curiosa, que él justifica asegurando que dedicará sus energías a mejorar los puntos flojos que siempre cuestionó. El segundo es el vicejefe de Gabinete, Marcos Makón, quien va a adoptar un perfil técnico, vinculado a la reforma política y a la modernización del Estado. La tercera incorporación es la más relevante: Nilda Garré, flamante viceministra del Interior, asumirá la complicada tarea de pilotear la relación entre el Frepaso y el Gobierno.
Flamarique. Desde aquel viernes fatal, Alberto Flamarique no tuvo ningún contacto con sus compañeros del Frepaso, la mayoría de los cuales no lo quieren ver ni en figuritas. Lo acusan de haber confabulado con Enrique Nosiglia y Fernando de Santibañes para desgastar a Alvarez, en un movida que �según dicen� estuvo orientada a construir una corriente interna del Frepaso alejada de Chacho. �Está todo claro: antes de los cambios de gabinete se reunió con Nosiglia y los sindicalistas para pactar la transición en el ministerio�, lo acusa ahora un dirigente cercano al ex vicepresidente. En un principio, hubo algunos que amagaron con pedir su expulsión a través del Tribunal de Etica, pero ahora son pocos los que se acuerdan de él. Aunque sigue siendo afiliado al Frepaso e incluso integra la mesa de conducción, de hecho ha sido expulsado del partido. �Alberto ya está afuera�, dicen.
Conclusión. Las últimas movidas han revolucionado la política interna del Frepaso, una fuerza que creció a velocidad ultrasónica durante la última década pero que no pudo resolver el problema de la falta de dirigentes nacionales y cuadros de gestión, centrándose en el poder de convocatoria de unos pocos dirigentes. La decisión de su máximo referente, Chacho Alvarez, de alejarse de la coyuntura para crear un movimiento apolítico añade confusión a una situación ya de por sí complicada. Por eso, sin Chacho marcando la línea, los dirigentes del Frepaso se debaten hoy entre la tentación de diferenciarse del Gobierno y el salto al vacío que supondría un quiebre de la Alianza.
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