Por Gustavo Veiga
Julio Grondona podría parafrasear a Raúl Alfonsín en aquella tarde de Semana Santa de 1987. �La casa está en orden�, dijo el ex presidente y, con el tiempo, nadie le creyó. Otro tanto ocurriría con el máximo dirigente del fútbol argentino si, apoyado en el superávit de la AFA, confiara en que gobierna en armonía desde el histórico edificio de la calle Viamonte. El último balance aprobado el pasado 17 de octubre y que comprende el período entre el 1º de julio de 1999 y el 30 de junio de este año, arrojó una ganancia de 2.257.785,27 pesos. Aunque claro, el fútbol argentino ni siquiera comparte las migas de esa mesa que luce bien servida para apenas un puñado.
Clubes quebrados o en convocatorias de acreedores, jugadores obligados a mendigar su sueldo, empresarios que adquieren precoces futbolistas por partes, violencia garantizada a la vuelta de cualquier cancha y remedios de discutible eficacia como el denominado gerenciamiento o un préstamo en ciernes no pueden disimularse tras un exitoso ejercicio contable. El saldo positivo deviene de la diferencia entre ingresos por 60.218.788,21 pesos y egresos que ascendieron a 57.961.002,94 pesos. A la AFA le cierran los números con holgura desde hace un tiempo incalculable, acaso simultáneo a los éxitos deportivos que cosechó la Selección nacional en las últimas dos décadas. No en vano, la parte más grande de sus recursos nace de la rentabilidad que genera el equipo guiado en la actualidad por Marcelo Bielsa.
Del balance surge que 15.850.849 pesos fueron recaudados sólo por los partidos que disputó el seleccionado. Esa cantidad incluye los primeros cuatro encuentros oficiales por las eliminatorias contra Chile, Venezuela, Bolivia y Colombia. A aquella suma hay que descontarle los gastos que ocasiona el costoso plantel �11.297.223 pesos�, para llegar a los 4.553.626 pesos de ganancia producidos por el representativo argentino. Osea, 2.295.840,73 pesos más que el propio superávit del ejercicio 1999 2000.
Ese producto que tiene la fuerza de un tanque, además multiplica ganancias afuera de la cancha. La publicidad que originan Gabriel Batistuta, Claudio �Piojo� López y Ariel �Burrito� Ortega con la camiseta blanquiceleste sobre el pecho tiene un crecimiento elocuente: 1.031.434,24 pesos en 1997, 2.778.743,10 en 1998, 6.070.306,49 en 1999 y 7.328,572,20 en el 2000, son todas cifras obtenidas del balance.
Pero hay más dividendos para este boletín, diría el periodista Ariel Delgado. Ingresos por televisión más o menos estables, 3.366.233,64 pesos producto del dos por ciento que percibe la AFA por las transferencias que se registran en el país y 1.461.375 pesos de multas aplicadas a los clubes por episodios de violencia.
Con más partidos de las eliminatorias por delante, la realización de la Copa América del 2001 en Colombia y la organización en sus manos del próximo Mundial Juvenil durante el año próximo, se podría suponer que la rentabilidad aumentará. Las cifras alentadores y la extensión de una red de negocios que no tiene techo expresan una administración manejada con criterios que parecen razonables, pero muy alejada de las calamitosas economías arrastradas por los clubes.
Es en este punto donde debe hacerse una reflexión insoslayable. La AFA, fundada en 1934, no debe costear otras disciplinas donde escasean los recursos, no soporta el elevado gasto de mantener planteles estables durante toda una temporada, no abona gravosos operativos de seguridad durante cada fin de semana del año, no financia institutos educativos y, ni siquiera, mantiene bajo relación de dependencia a la cantidad de empleados que tiene River, por ejemplo, y que se cuentan por centenas. Su personal administrativo y de maestranza asciende a 65 personas.
Aquella verdad de Perogrullo que recorre el ambiente del fútbol desde hace años bajo el lema �AFA rica, clubes pobres� no nació de un repollo. La asociación criolla e hija dilecta de la FIFA �corporación madre que factura por miles de millones por todos los recursos que se generan por los innumerables torneos que organiza� es a sus empobrecidas entidades afiliadas lo que el Fondo Monetario Internacional a los países subdesarrollados. La relación de fuerzas es casi imposible de revertir, al menos que el mundo cambie o los dirigentes se rediman. Casi un imposible.
La casa, entonces, nunca ha estado en orden.
La hipoteca de los clubes
Por G.V.
El Tribunal de Cuentas de la AFA, presidido por el contador Juan María Manganiello, evaluó en el último balance que será muy difícil recuperar los créditos que, desde hace varios años, se han concedido a los clubes. Al 30 de junio de 1998, la deuda de las instituciones afiliadas con la AFA ascendía a 42.480.053,46 pesos y al año siguiente la suma se incrementó a 55.706.819,46 pesos. Fue durante 1999 en que se decretó la quiebra de Racing y una crisis sin principio ni fin se abatió sobre otras entidades futbolísticas.
Al 17 de octubre pasado, la AFA rebajó el monto a 50.626.115,01 pesos. Resta saber si del crédito de 100 millones de pesos que se gestiona ante un grupo de bancos se destinará parte del préstamo a pagar aquella suma. O si, en el caso contrario, Julio Grondona y su comité ejecutivo deciden condonar una deuda que no es otra cosa �como sostiene el propio dirigente� que �dinero de los clubes�. |
Los candidatos de Passarella
El entrenador de la selección uruguaya, Daniel Passarella, vaticinó que la lucha por dos plazas sudamericanas directas al Mundial�2002 se librará entre Colombia, Uruguay y Paraguay �aunque se puede mezclar Ecuador�, dando por descontado que Argentina y Brasil ocuparán las otras dos de Sudamérica.
Passarella llegó a La Paz junto al combinado uruguayo para el juego revancha ante Bolivia del 15 de noviembre, al inicio de la segunda ronda de las eliminatorias. �Ecuador tiene un punto menos que nosotros, tiene un partido accesible (ante Venezuela) en la próxima fecha, pero nosotros nos tenemos mucha confianza, además dos de los partidos contra los posibles equipos que disputarán las plazas para el Mundial, Colombia y Paraguay, se jugarán en Uruguay�, agregó. �La tabla, hasta la anterior fecha estaba partida en dos, pero ahora Ecuador se arrimó un poco. En dos o tres fechas se volverá a partir y los cinco que estén arriba serán lo que se clasifiquen al Mundial�, concluyó el técnico.
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