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ENTREVISTA AL MAESTRO ERNESTO BAFFA, UNA GLORIA DEL TANGO
Un bandoneón que nunca se jubila

El bandoneonista y compositor que tocó en las orquestas de Aníbal Troilo y Astor Piazzolla, entre otras, y que armó un famoso dúo con Osvaldo Berlingieri, será objeto de un homenaje a su trayectoria. �Sigo trabajando porque tengo una familia que sostener�, dice.

Ernesto Baffa, 68 años de vida y 60 con el fueye a cuestas. 
El martes se presentará en el C. C. Recoleta con De Lío y Reyes.

Por Fernando Almirón

t.gif (862 bytes) �Yo amo el instrumento del tango, que es como mi bandoneón�, afirma Ernesto Baffa, a los 68 años. Aníbal Troilo lo escuchó por primera vez la noche en que el joven bandoneonista reemplazó a Leopoldo Federico en la orquesta de Horacio Salgán y se lo llevó a tocar con él. Fueron quince años de convivencia artística. Baffa después integró las formaciones de Astor Piazzolla y otras orquestas hasta que hizo dúo con el pianista Osvaldo Berlingieri, un dúo famoso que tuvo como solistas a cantores como Alberto Morán, Roberto Goyeneche y Tito Reyes. El bandoneonista es autor de más de trescientos tangos y 180 de ellos fueron grabados en algunos de los cincuenta discos que lleva editados. Algunos de los temas más conocidos entre la gran masa que compone su repertorio son �El conventillo�, �Mato y me voy�, �Chumbicha�, �Dice una guitarra�, �Mi amigo Beto�, �Calavereando�. En su fueye hay mucho de Pichuco, pero en algunos temas se destacan tintes piazzollescos y en otros reminiscencias de Laurenz. Pero donde el músico pone su sello personal es en la variación final de casi todas sus interpretaciones: como la tradición lo indica, ahora le llega la hora de los homenajes. Pasado mañana a las 19 presentará su Baffa en concierto, en la capilla del Centro Cultural Recoleta, con Ubaldo de Lío y Tito Reyes. 
�¿Qué sueños tiene a esta altura de su carrera?
�Sueño con que tengo una gran orquesta. ¿Quiere que le hable de mi pesadilla? Terminar tocando en una cantina mientras la gente come con la boca abierta. 
�¿Sigue trabajando por pasión o por necesidad?
�Sigo trabajando porque lo llevo adentro, ya tengo cincuenta años de profesional y sin embargo todavía sigo estudiando. Tengo un cuarto en mi casa donde leo a otros compositores, escribo nuevos temas. Pero tengo que reconocer que aunque no quisiera tendría que seguir trabajando, tengo una familia que sostener como todo el mundo. 
�¿No tiene jubilación? 
�No, me la negaron. 
�¿No le sirvió de nada haber sido nombrado ciudadano ilustre de la ciudad de Buenos Aires? 
�Sí, claro, pero es un honor que no trae aparejado ninguna otra clase de beneficios. Yo no cobro subsidio, me negaron la jubilación por falta de aportes. Es un nombramiento para la foto. 
�¿A qué edad comenzó a tocar tango?
�A los ocho años empecé a estudiar, a los 12 ya tocaba en las orquestas de barrio y a los quince ya era músico profesional en la orquesta de Héctor Stampone y Roberto Rufino. 
�Y hoy, ¿cuántas horas por día le dedica al bandoneón?
�Todas las que puedo, por las manos, los dedos... y la cabeza, claro. 
�¿Está más enamorado del bandoneón que del tango?
�Del instrumento, sin dudas, porque es maravilloso. Sin el bandoneón no hay tango, ¿no le parece?
�¿La moda del tango en la Argentina está en realidad destinada a los turistas? ¿El tango es for export?
�No es que sea sólo para turistas, acá el tango gusta una barbaridad. Pero fíjese qué curioso, yo llegué hace poco de Japón donde fui a tocar y llenamos teatros de tres mil localidades, y llenos. Acá tendría que haber locales con precios de entrada accesibles, pero si alguien cobra una cena show a cincuenta o sesenta pesos por persona... hoy en día, ¿cuánta gente puede ir? 
�O sea que a la gente le gusta el tango, pero no puede acceder a él. 
�Así es, al menos no para escuchar grandes orquestas. A una guitarra junto a un bandoneón puede ser y ahí nomás. Hay más gente que va a escuchar tango en Japón que en la Argentina. ¡En un país con un idioma completamente distinto al nuestro! Es de terror. 
�¿Y las grabadoras?
�Lo mismo, ellos dicen que más de un cuarteto o trío no pueden pagar. No es que se hayan puesto de moda los cuartetos o los tríos, incluso los dúos: es que no se pueden pagar más de cuatro músicos por disco. Así están las cosas. Esto se debe en gran medida a que no se respeta el cincuenta por ciento de música nacional que se debería pasar por las radios. 
�¿Hay una nueva generación de músicos de tango que los sucedan a usted y a otros maestros con su trayectoria?
�Mederos, Walter Ríos, Néstor Marconi. Hay, sí que hay. 
�¿Tiene alguna anécdota especialmente querida? 
�Una noche el gordo Aníbal Troilo estaba dirigiendo y a mí me tocaba hacer un solo con mi bandoneón. Entonces noté que comenzaba a fallar un tono, seguí y se rompió la correa... antes de que se hiciera un notorio silencio, Pichuco ya estaba al lado mío, para darme su propio bandoneón para que siguiera tocando como si nada hubiera pasado. El Gordo, nada menos, me dio su bandoneón: ¡Qué noche!

 

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