Por
Facundo Martínez
Desde Santa Fe
Boca-Colón fue el partido más esperado de la semana,
sobre todo por lo que hubiera significado una nueva victoria de Boca para
los principales perseguidores del puntero y, además, por la historia
reciente que hizo de este duelo unos de los principales indicadores para
medir, en circunstancias similares, las pretensiones y perspectivas de
este equipo de Carlos Bianchi. Ayer Boca no pasó la prueba, sin
Martín Palermo, no consiguió atemorizar al rival y hasta
cedió terreno de juego, ante un Colón que buscó por
momentos hacer su partido, pero también careció de fuerza
y calidad para golpear oportunamente. Finalmente, el partido fue muy impreciso
y hasta un tanto aburrido. Se pudo ver mucha más fricción
que inventiva. Y aunque la jugada más clara fue para los xeneizes,
el empate sin goles fue un resultado inobjetable, porque ninguno de los
dos pudo, ni supo cómo y por dónde encontrarle la vuelta
al otro.
No hay dudas de que cuando no está Palermo a Boca se le complican
demasiado los planes. Y más si, a diferencia de como lo venía
demostrando en sus últimas presentaciones, no consigue demoler
en los primeros minutos la estructura futbolística y emocional
del contrincante. Ayer Boca sufrió la falta de su goleador y no
pudo ni supo ser ese equipo aplastante, porque Riquelme sólo apareció
de a ratos y porque sin él, el equipo se tiró atrás
y los delanteros quedaron desensamblados. Claro que mucho tuvo que ver
el buen primer tiempo que hicieron los santafesinos.
Viendo
que no había necesidad de aguantar ningún arrebato, Colón
se agrandó hasta terminar con el control del juego en la zona de
volantes, lo que fue posible gracias al buen partido que jugó Esteban
Valencia, quien se convirtió en la manija y en la salida de los
locales. Pero si bien en números Colón consiguió
generar más llegadas, nunca llegó a hacerlo con más
claridad que Boca. Con mayor presencia en el área xeneize, Colón
pudo abrir el marcador cuando a los 18 minutos Graf fue a buscar una pelota
cara a cara con Córdoba, pero el colombiano se le anticipó
haciéndole un sombrero con la mano izquierda que le permitió
recuperar con seguridad la pelota. Más tarde, fue Matellán
quien le sacó a Graf otra pelota de gol sobre la línea.
Boca intentó dar vuelta las cosas con varios contraataques, a los
que les faltaron el acabado artesanal del goleador. A los 27, Battaglia
ganó le ganó de arriba a Morant y conectó un cabezazo
que demandó un gran esfuerzo del arquero Díaz para desviarlo.
Unos minutos después, increíblemente, se lo perdió
Bermúdez. El capitán no llegó a tiempo para aprovechar
un error del arquero de Colón, que había quedado en mala
posición, de espaldas a una pelota, cuando apenas había
que empujarla dentro del arco. Más tarde, otra vez Marchant sacó,
esta vez de volea, un cabezazo de Claudio Biaggio que llegó a estar
muy cerca de la línea. Después se lo perdió Riquelme,
quien tras un tiro de esquina encontró un rebote fuera del área
y tiró a colocar: el disparo pegó en el palo.
El ingreso de Pandolfi por Barijho le dio a Boca otra velocidad. Durante
unos minutos, el conjunto de Bianchi pisó el acelerador e intentó
hacer lo que no había logrado durante la primera parte. Si bien
así Riquelme volvió a tener contacto con la pelota, pasó
que los delanteros xeneizes se fueron retrasando, quizás para no
perder el contacto con Román, y eso hizo que Boca no tuviera presencia
cerca del arco rival.
Sin embargo, las dos jugadas más claras fueron de Boca: una habilitación
de Román a Delgado, quien en lugar de rematar al arco, cuando tenía
espacio y ángulo, buscó sin éxito eludir a Díaz
y la desperdició; la otra vino tras una buena jugada de Marchant,
con un remate de Riquelme que pegó en el travesaño, después
en la línea y finalmente salió.
Colón siguió en la misma tónica. Dos veces estuvo
cerca Javier Delgado, una vez afuera y otra a las manos de Córdoba.
A Boca se le acababa el tiempo, y en los últimos minutos, cuando
los santafesinos parecían satisfechos con la igualdad, varios errores
defensivos le permitieron a los locales salir del atolladero y descomprimir
la leve asfixia.
Sin contundencia
- A
Boca se le complicó el partido desde los primeros minutos porque
no pudo sacar a relucir todo su poderío, ni siquiera esa presión
inicial con la que ahoga a los rivales, frente a un Colón discreto
que se paró bien en la zona de volantes y consiguió
cortarle el juego.
- En un tono menor, sin demostrar demasiadas ideas, los santafesinos
dominaron gran parte de la primera mitad, aunque la falta de claridad
en los últimos metros, y algunas imprecisiones, les permitió
a los xeneizes generar varias situaciones de contraataque.
- Colón generó más situaciones que Boca, pero
lo cierto es que la jugada más clara del partido fue de Marcelo
Delgado, quien no pudo definir una pelota que con soplarla entraba
sola al arco de Díaz. Varios errores defensivos de Boca le
dieron respiro a Colón en los minutos finales.
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se
viene el desmantelamiento
Aunque
Bianchi no quiera
Por
F.M.
Desde Santa Fe
Por más que Carlos Bianchi
ya empezó su campaña verbal para que los dirigentes no desmantelen
el plantel la próxima temporada, la mano viene dura y las cosas
no van a ser tan simples. Los dirigentes dicen que Boca no tiene necesidad
de vender, porque el club no tiene apremios económicos
pero varios jugadores ya les habrían pedido que no les impidan
emigrar si les llega alguna oferta respetable. Para Bianchi la cosa es
simple: si le desarman este grupo, no hay demasiadas garantías
para el futuro inmediato, porque este Boca ganador tiene su esencia en
el conjunto y no en las individualidades. Para los dirigentes no hay salida.
Si son los jugadores los que quieren ganar más plata deben irse
a Europa porque el club no puede pagar ni siquiera lo que está
pagando en estos momentos. Y hay directivos que ya hablan de la posibilidad
de rebajar las cifras de las renovaciones de los contratos. La excusa:
la merma en los ingresos del club, producto de la situación general
del país.
El vicepresidente Pedro Pompilio manifestó ayer, en esta ciudad,
que Martín Palermo y Oscar Córdoba son dos de los que pidieron
que el club no rechace cualquier posible oferta por sus pases. Según
el empresario Gustavo Mascardi, representante del goleador, el Inter lo
tiene en carpeta y está interesado en comprarlo, aunque a Boca
no ha llegado ningún pedido. Para el colombiano, el futuro podría
estar en España, en el Barcelona, o en Turquía, en el Galatasaray.
Y en este sentido, no hay que olvidar que existe interés de otros
clubes del mundo por otros jugadores de Boca: el Paris Saint German y
el Zaragoza están siguiendo a Hugo Ibarra, el Valencia mira a Marcelo
Delgado, la Fiorentina a Jorge Bermúdez y el Napoli observa a Guillermo
Barros Schelotto.
Lo cierto es que, por más que Bianchi diga: Espero que en
enero pueda contar con el 99 por ciento del plantel, su deseo, que,
sin dudas, tiene que ver con sus principios y su estrategia de trabajo,
podría verse alterado por los deseos de los futbolistas que están
esperando la oportunidad de triunfar en el exterior. Y como viene la mano,
los dirigentes de Boca no podrán hacer mucho para retenerlos.
"Todos quisiéramos contar con el ciento por ciento de los
jugadores. Lo que ocurre es que hay algunos que por motivos propios quieren
irse. Obviamente, queiren cruzar el Atlántico porque eso les significa
una cantidad de dinero mucho más importante de la que puedan ganar
aquí", explicó Pompilio.
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