Por
Adrián De Benedictis
El
espacio para la ilusión parece haber recibido un nuevo crédito.
Con un horizonte demasiado oscuro, San Lorenzo todavía no renuncia
a ese sueño que se llama campeonato. Afuera de la Copa Mercosur,
con jugadores molestos con el técnico Oscar Ruggeri porque son
desplazados del equipo, con peleas entre los mismos dirigentes, con la
renuncia del ayudante del entrenador por diferencias laborales y personales,
con reclamos de sus hinchas hacia el presidente Fernando Miele para que
no entregue una parte del club a capitales extranjeros, con todo eso,
ahí va San Lorenzo. Con fuerza, entrega y más espíritu
de lucha que fútbol, el conjunto de Boedo no quiere perder el tren
de la esperanza.
A pesar de la diferencia de nueve puntos con el líder Boca, este
San Lorenzo, que tiene un partido menos, espera verle la cara al puntero
luego de su viaje a Japón y poder ubicarse al borde de la cima.
Sin embargo, las irregularidades que transitan por la entidad del Bajo
Flores parecen ser su propio obstáculo. El principal motivo de
discordia tiene que ver con la intención de Miele de que la empresa
suiza ISL desembarque en la institución. En la Asamblea de Representantes
que se realizará hoy, este punto no será tratado, pero sí
se discutirá en el mes de noviembre.
Al mismo tiempo, se sigue demorando la renovación del contrato
de Ruggeri, quien se encontraría distanciado de algunos jugadores.
Después de las declaraciones de Abreu respecto de que no
compartía la decisión del técnico de ubicarlo
entre los suplentes, uno que probablemente no volverá a jugar en
Primera es Pablo Michelini. El ex volante de Racing participó ayer
del encuentro preliminar y sería transferido a fin de año.
Y además de la ida de Cousillas, se menciona la llegada del profesor
Gabriel Macaya para el 2001, algo que no será aceptado por el entrenador.
En la cancha, San Lorenzo acusa esas situaciones. Por momentos, se encuentra
perdido en la cancha y tampoco consigue anular los circuitos del rival.
Una síntesis de ello fue lo que elaboró el equipo en el
primer tiempo: recién a los 33 minutos ejecutó su primer
tiro al arco, cuando Romagnoli le pegó de derecha por arriba. Pero
ayer se encontró con otro rival que está todavía
más desconcertado y por eso se llevó una victoria que nadie
imaginó.
Después de una primera parte para el olvido (Portocarrero se fue
con un golpe en la cabeza y fue internado en el Sanatorio Mitre), los
dos se animaron un poco más luego del descanso. Rivarola fue el
encargado de marcar el primer gol, con un fuerte derechazo de tiro libre.
A pesar de estar en desventaja, el que manejaba mejor la pelota era Independiente
y por eso nueve minutos más tarde llegó al empate a través
del mejor jugador de la cancha: Milito. El defensor entró solo
por el segundo palo, para empujar un tiro libre de Cambiasso.
Cuando todo hacía suponer que el empate quedaría sellado
hasta el final, el ingresado Quinteros desniveló con un remate
de derecha, para ponerle un poco de incertidumbre al torneo.
Mientras, Independiente sigue penando con una de las peores campañas
de su historia. Perdió tres partidos consecutivos como local y
lleva cinco derrotas en esa condición. Entre ambos, San Lorenzo
todavía tiene un poco de aire para respirar.
�No
tenemos que bajar los brazos�
No tenemos que bajar los brazos. Lo que tenemos que hacer
es, como hoy, sumar de a tres puntos, dijo Oscar Ruggeri tras
el triunfo. Su colega en Independiente, Osvaldo Piazza, eligió
no hacer declaraciones, lo que incrementó las especulaciones
acerca de un próximo alejamiento del club.
Ruggeri consideró que, pese al resultado, San Lorenzo debe
seguir mejorando, ya que le falta un poco para
lograr el nivel que él pretende. Para el entrenador, durante
el partido a su equipo le costó ganar la pelota en
el mediocampo y admitió que Independiente dominó
buena parte del partido, aunque aclaró que en ese lapso no
crearon situaciones de riesgo.
El autor del gol del triunfo, Jorge Polo Quinteros,
afirmó estar feliz porque el tanto, el primero desde que
volvió al país, permitió el triunfo de
San Lorenzo. Tenía mucha ansiedad y este gol
me va a tranquilizar, concluyó el delantero.
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Sin
conductor
- Independiente volvió a mostrar su falta de definición
en el arco rival. Los delanteros no fueron precisos en el toque
final, y desperdiciaron las pocas chances que tuvieron.
- Una vez más, Gabriel Milito volvió a destacarse
en la última línea del equipo local. El juvenil corrigió
los errores de sus compañeros, y también tuvo criterio
cada vez que se fue al ataque.
- San Lorenzo sintió la falta de un conductor claro. A Romagnoli
se lo vio muy estático, y su equipo lo sintió. Cuando
fue reemplazado, el equipo de Ruggeri abusó de los pelotazos.
- La defensa de San Lorenzo continúa otorgando demasiadas
ventajas. Rivarola y Ameli no se entendieron nunca, y por ese sector
fue donde tuvieron más problemas.
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