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Con paciencia, sin apuro, Guillermo Ortelli ganó otro campeonato de TC

Ya lo había conseguido en 1998. Ayer, en 9 de Julio, terminó cuarto y eso le bastó para llevarse la corona de Juan María Traverso, con un equipo que armó este año en su ciudad. Raúl Sinelli (Ford) ganó la competencia.

Por Pablo Vignone
Desde 9 de Julio

t.gif (862 bytes)  –¿Qué sensación te invade cuando te dicen “campeón”?
Era sábado a la tarde, y pese a manejar su Chevrolet con 180 kilos de lastre, Guillermo Ortelli se las había ingeniado para meterlo segundo en la clasificación, a 30 milésimas de la pole-position. En los boxes hacían cálculos de lo que el piloto de Salto tenía que hacer para no ganar el campeonato al día siguiente, tan fabulosa la ventaja. Sin embargo, a él lo molestaba la cuestión:
–Digo que no es cierto. Que todavía falta.
Sucedió lo que se temía: pisando el umbral del título, Ortelli corrió sabiendo que sólo un milagro podía impedir la consagración. Especialmente desde que su principal rival en el torneo, Ernesto Bessone, quedó malamente fuera de carrera muy temprano, en la segunda serie, cuando el Chevrolet sin frenos de Javier Balzano lo sacó impiadosamente de pista.
–Yo corro en auto. No sé especular. Pienso en la carrera, no en el título –arriesgaba apenas, cuando lo apuraban. A la una de la tarde era tan sencillo como que si el Gurí Martínez no ganaba la carrera, el campeonato era suyo. Nadie dudaba. El tampoco. Sólo que elegía no pronunciarlo en voz alta.
“Las claves son varias –enumera Jorge Pedersoli, que le prepara los motores, que acabana de ganar el quinto torneo en seis años, los cuatro anteriores con Juan María Traverso–. El trabajo del piloto, la cohesión del equipo, la planificación de las pruebas, la seriedad de todos. Ortelli es un piloto muy rápido y seguro de lo que hace”.
La sufrió desde adentro: en la segunda vuelta se le cruzó un Ford por delante y lo esquivó de milagro; más tarde, zafó de varios trompos rivales. Tomó riesgos –por eso de “correr en auto”– y lo persiguió a Martínez, cuando le bastaba con mirar la cola; sonrió toda la última vuelta, saboreando la conquista, y lloró como el pibe que es cuando pisó la meta. Raúl Sinelli, el honesto volante de Pergamino, había ganado una de esas curiosas carreras en las que el vencedor resulta prácticamente inadvertido. Al ganar, coronaba automáticamente a Ortelli, sobre quien se posaban las 15 mil miradas congregadas en el treintañero autódromo.
“Este campeonato lo siento más que el del ‘98, porque lo gané con un equipo propio. Llevé el coche a Salto, puse a la gente que quería, es más mío.” A los 27 años, con dos títulos bajo el brazo y 20 años más de carreras por delante, Ortelli puede transformarse en el Gálvez del siglo XXI. Falta. Pero puede darse.
–¿Cuándo se dieron cuenta de que podían ser campeones?
–Cuando vi que, en las ocasiones en las que teníamos altibajos, el equipo no se caía, y respondía con moral –cuenta Sandro Crespi, el técnico que le encontró al chasis Chevrolet “dos secretos” que hicieron la diferencia y que se niega a revelar.
Ortelli se jugó su patriada personal armando su propio equipo y contratando a Crespi, el primer ingeniero que trabajó con él en el automovilismo, hace ocho años, y que no tenía experiencia en TC. Se jugó y se le dio, no gracias exclusivamente a la fortuna. “Ese era un auto bárbaro y le pusieron un motor que mata”, arriesga Tito Bessone antes de quedarse fuera de carrera.
“No gané yo. Ganó el equipo.” A los 27, con el futuro inmenso por delante, Guillermo Javier Ortelli, bicampeón de TC, prometió tácitamente la gloria.

Torino efímero
Dos vueltas. Eso fue lo que resistió el Torino que los hijos de Luis Di Palma presentaron en 9 de Julio en homenaje a su padre recientemente fallecido. “La presión de aceite se había caído antes de largar –explicó a Líbero Patricio, el menor de los Di Palma, y piloto del Torino– y en la segunda vuelta de la serie lo paré porque no podía seguir.” El Torino volverá a correr en Balcarce y para el año que viene, los hermanos decidirán cómo continuar. “Vamos a hacer una reunión para discutirlo” dijo José Luis Di Palma, el mayor.

 

 

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