Por
Diego Schurman
El
ex funcionario menemista Anselmo Riva y el radical Roberto Abalos son
los candidatos de Patricia Bullrich para ocupar el segundo y tercer puesto
en jerarquía del Ministerio de Trabajo. Si Fernando de la Rúa
confirma hoy los nombres, el Frepaso resignará la primera línea
de una cartera que le había tocado en suerte en el reparto de poder
de la Alianza.
Bullrich ya dio señales para que Riva, un ex directivo de Alpargatas,
se hiciera cargo de la Secretaría de Trabajo, el segundo en importancia
de la cartera. Ese puesto lo abandonó el radical Jorge Sappia apenas
asumió la ministra.
Durante la gestión de Carlos Menem, Riva ocupó la Subsecretaría
de Trabajo. Y un sector del sindicalismo lo rescata por haber evitado
una sangría en el conflicto de Aerolíneas Argentinas
que, de todos modos, derivó a principio de los 90 en cientos de
despidos.
Riva lleva todas las de ganar, aunque durante el fin de semana no dejaron
de sonar nombres para el cargo. El listado es largo, pero alguno de ellos
fueron el cavallista Osvaldo Giordano, un miembro de la Fundación
Mediterránea que ya asesora al Ministerio de Trabajo en otros temas;
el laboralista Adrián Goldín, ex asesor de Eduardo Angeloz;
el titular de la Comisión de Trabajo de Diputados, el radical Juan
José Passo; los ex funcionarios alfonsinistas Francisco Mugnolo
y Roberto Bigatti; y los asesores de la CGT oficial, Lucio Garzón
Maceda y Carlos Tomada, bien visto incluso por la Unión Industrial.
Abalos es el caballo del comisario para la tercera jerarquía del
ministerio, representada por la Subsecretaría de Relaciones Laborales.
Ese lugar lo ocupaba hasta la semana pasada el frepasista Enrique Espínola
Vera, quien debió renunciar luego que Bullrich lo pusiera bajo
sospecha por presunto cobro de coimas a sindicalistas.
Abalos es pariente político de De la Rúa y ocupa la Subsecretaría
de Empleo, trabajando bajo las órdenes del frepasista Horacio Viqueira.
Para que el Frepaso no se sienta castigado, la silla que dejaría
el papá de Coraje ex integrante de Jugate Conmigo
y actual representante del Gobierno en el exterior está reservada
para Carlos Nivio, un ex diputado del socialismo popular vinculado al
gremio bancario de Mar del Plata.
Si bien en el Frepaso se hicieron esfuerzos para que la movida no aparezca
como una derrota y así evitar nuevos conflictos internos en el
Gobierno, el retroceso en la estructura del Ministerio de Trabajo es evidente.
Bullrich irrumpió en escena cuando se especulaba que al frepasista
Alberto Flamarique lo sucedería un hombre de su partido. De hecho,
Carlos Chacho Alvarez, por entonces aún vicepresidente,
admitía su debilidad por el diputado Juan Pablo Cafiero. Es más,
uno de sus primeros actos de la flamante ministra fue presentarse ante
la Oficina Anticorrupción para entregar denuncias anónimas
que acusaban al frepasista Espínola Vera de coimero.
La reestructuración pergeñada por Bullrich insumió
horas de análisis, a los que no fueron ajenos el jefe de Gabinete,
Chrystian Colombo, y de los que estuvieron al tanto hombres del Frepaso,
como el propio Viqueira y también Rodolfo Rodil. Este diputado
oficiaba de nexo entre la ministra y Darío Alessandro, quien hasta
el fin de semana se encontraba participando de la gira presidencial por
España.
La ausencia de frepasistas en la primera línea de la cartera laboral
también es una clara señal a las dos CGT. Para la oficial,
del menemista Rodolfo Daer, es un triunfo no tener que sentarse cara a
cara con hombres de Chacho Alvarez, a quien lo declaran abiertamente como
su enemigo número uno. Para la rebelde, de Hugo Moyano, también
es un alivio no tener enfrente a aquellos funcionarios que acompañaron
la gestión de Flamarique, a quien vincularon con los presuntos
sobornos en el Senado.
La carta de
despedida
En
una carta dirigida al Frepaso, Enrique Espínola Vera aseguró
haber sido víctima de una infamia que lo llevó
a renunciar a la Subsecretaría de Relaciones Laborales, en
alusión a los anónimos que la ministra de Trabajo, Patricia
Bullrich, presentó ante la Oficina Anticorrupción y
que lo acusaban de cobro de coimas a sindicalistas.
Resultará difícil de creer que se genere un proceso
público a personas honorables a partir de imputaciones miserablemente
ridículas, que no aportan un solo dato preciso ni formulan
una sola imputación que no sea rebatible con el simple examen
de los expedientes administrativos o los testimonios de las personas
a las que se involucra, dice. Y agrega: Los intereses
corporativos que se hicieron visibles reaccionando ya desde las primeras
medidas tomadas al inicio de nuestra gestión se conjuraron
en una maniobra desestabilizadora tan groseramente burda que su resultado
exitoso puede explicarse sólo en este contexto tan particular
de la institucionalidad del país, que estas fuerzas oscuras
supieron aprovechar en su beneficio, señala. |
MARCOS
MAKON, VICEJEFE DE GABINETE A CARGO DE LA REFORMA POLITICA
Lo
de Chacho es hacer más Alianza
Por
José Natanson
El frepasista Marcos Makón coordinó bajo las órdenes
de Carlos Chacho Alvarez el proyecto de reforma política.
Y ahora seguirá ocupándose de estos temas desde la vicejefatura
de Gabinete, cargo que asumió el lunes pasado como parte del proceso
de recomposición de la Alianza. En diálogo con Página/12,
el flamante funcionario explica cómo se siente incorporándose
al Gobierno después de semejante crisis. Sostiene además
que la coalición está firme. Y se define ante la relación
de su superior, el jefe de Gabinete, Chrystian Colombo, con Enrique Coti
Nosiglia.
¿Cuál es su función en la Jefatura de Gabinete?
En la estructura hay un único secretario, de hecho el viceministro,
que coordina las cuatro subsecretarías. Mi función más
específica va a ser coordinar el proceso de modernización
de la administración pública. La secretaría de modernización
del Estado (que antes dependía de vicepresidencia) pasaría
a la jefatura de Gabinete.
¿La crisis de la Alianza lo deja en una situación
muy precaria?
A diferencia de los funcionarios electos, los funcionarios políticos
no tienen estabilidad. Todos los cargos políticos son precarios.
No veo una situación precaria salvo la normal de cualquier cargo
político.
Pero la situación es especial, porque la Alianza viene de
una crisis.
Sí, pero no hay rompimiento. La Alianza se ha recompuesto.
La precariedad estaría dada por una crisis que creo que está
solucionada.
¿Está seguro?
Sí.
¿Qué opina de la idea de Alvarez de crear un Movimiento
de Participación por afuera del Frepaso?
Me parece muy buena. Yo creo que es hacer más Alianza, incorporar
a sectores independientes que hoy no tienen un punto de referencia, sin
que estén en una estructura partidaria formal o tradicional. Me
parece una idea muy interesante, va a servir para ampliar la Alianza.
¿Se lleva bien con Colombo?
Sí. Lo conozco desde la época de la FADE. Siempre
trabajamos bien, tiene un ritmo acelerado, lo cual me parece bien. Yo
no veo problemas.
¿Qué opina de la amistad de Colombo con Nosiglia?
Una cosa son las amistades que uno puede tener, personales, y otra
cosa es la relación laboral. Creo que Colombo es una persona capaz,
inteligente y ejecutiva. Cada uno tiene sus amistades. El dijo que no
hay que confundir las amistades con la función de Gobierno.
Pero no se trata de una amistad personal. Nosiglia y Colombo tienen
una relación política.
No sé. Yo a Nosiglia no lo conozco.
¿Y usted qué opina de Nosiglia?
Ya le dije: no lo conozco.
Pero no hace falta conocerlo personalmente para tener una opinión.
Es un personaje público...
Es un personaje público, que en una época fue ministro
del Interior, que normalmente no ocupa cargos en el Gobierno. Y que tiene
cuestionamientos de distintos sectores. Yo sé que tiene cuestionamientos,
pero no lo conozco.
Los cuestionamientos más fuertes son justamente los de Chacho.
Bueno, Chacho lo conoce.
Usted fue uno de los responsables del proyecto de reforma política.
¿Ya está todo listo?
No. Aunque ya se presentaron los proyectos, todavía falta
el proceso de discusión en el Congreso. Y hay temas que quedaron
pendientes, como la reforma de la Justicia Electoral.
¿Por qué tardaron nueve meses en terminar el proyecto?
Había muchos proyectos, de distintos partidos, en el Congreso.
Realizamos seminarios, reuniones, porque la idea era llegar al mayor nivelde
consenso posible. La idea era que realmente salga, que cuando llegue al
Congreso tenga un consenso social.
¿Qué otras reformas de segunda generación al
estilo de la reforma política todavía quedan pendientes?
La reforma de la gestión pública, el funcionamiento
operativo de la función pública, que es el eje del programa
de modernización. Es un trabajo de muy larga duración, para
lograr un Estado más eficiente y menos costoso. No necesariamente
significa menor gasto, pero sí un uso eficiente de los recursos:
lograr que lo que todos los ciudadanos entregamos en impuestos nos vuelva
en servicios. En este momento tenemos un Estado que no devuelve en servicios
a la sociedad. Es un trabajo de reingeniería que tenemos que hacer
y que, hay que aclararlo de entrada, no significa despido de personal.
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