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La manzana de la discordia en la Alianza porteña se llama Cavallo

Es el tema del que no se habla, pero que tiene en vilo tanto a frepasistas como a radicales de la ciudad. Cavallo en el Gobierno podría ser un quiebre o una muestra de �racionalidad�.

Por Santiago Rodríguez

t.gif (862 bytes)  Nadie lo admite públicamente, pero la posibilidad de que Fernando de la Rúa decida finalmente sumar a Domingo Cavallo a su gestión tiene en vilo a los aliancistas que gobiernan la ciudad de Buenos Aires. Aníbal Ibarra ha dado muestras de su determinación de apostar a la continuidad de la Alianza en el distrito, aunque aquellos que le manejan el día a día de su estrategia política advierten que el Frepaso romperá con los radicales si el ex ministro de Economía de Carlos Menem se incorpora al Gobierno y dudan de que la coalición pueda sostenerse a nivel local. El radicalismo se divide entre los más cercanos a De la Rúa, que advierten que llegado el caso la convocatoria a Cavallo puede ser de utilidad y no necesariamente entorpecería la marcha de la sociedad con los frepasistas, y quienes consideran que esa alternativa sería para la Alianza y para la misma UCR tanto o más catastrófica que los cambios de gabinete que terminaron con la renuncia de Carlos “Chacho” Alvarez a la vicepresidencia.
Las especulaciones sobre los escenarios que abriría la incorporación de Cavallo a la administración aliancista ya son moneda corriente en los principales despachos porteños. La sensación de que el ex ministro está más cerca del Gobierno que de continuar en la oposición quedó instalada después de su reunión con el ministro de Economía, José Luis Machinea, y –sobre todo– de la que mantuvo con el ex presidente Raúl Alfonsín.
“Se está armando el escenario como para sumarlo al Gobierno y con la reunión con Alfonsín daría la impresión de que empezaron a tragarse el sapito”, confió a Página/12 uno de los frepasistas que Ibarra más escucha a la hora de las evaluaciones políticas. El hecho de que se presente el acercamiento al ex ministro menemista como “garantía para la aprobación del Presupuesto 2001 cuando el problema no es en Diputados, sino en el Senado” agiganta las sospechas que un radical porteño con buena llegada a De la Rúa confirmó a este diario: “Alfonsín preparó el terreno y su foto con Cavallo fue muy fuerte. Por ahora no hay nada inminente; habrá que ver cómo evolucionan los mercados.”
“Si en el Gobierno está (Ricardo) López Murphy, que encima tiene posiciones promilitares, valerse del apoyo de Cavallo como un colchón para los embates de la derecha a las medidas económicas no está mal. Pero una cosa es un acuerdo para facilitar la gobernabilidad y otra es sumarlo a la gestión”, advirtió otro operador frepasista.
Ibarra tiene la convicción de que es necesario mantener la Alianza en la ciudad. Quienes lo rodean, sin embargo, no se atreven a realizar pronósticos sobre el destino de la coalición en el plano local porque están seguros de que el Frepaso “no se va a bancar” lo de Cavallo. “Si se lo hubiera incorporado hace un par de semanas, con la renuncia de Chacho en caliente, íbamos directo a una transversalidad interesante. Ahora el panorama es otro y mucho dependerá de la forma en que impacte el tema entre los radicales”. Un escenario posible que se plantean los colaboradores del jefe de Gobierno porteño es sumar a “algunos peronistas que andan sueltos” y conservar la sociedad con los sectores del radicalismo que no acompañen un eventual matrimonio entre de De la Rúa y Cavallo.
Los delarruistas tienen otra percepción de los hechos. “Chacho es muy cavallista y Aníbal ha dado muestras de su racionalidad”, opinan. Y sobre la posibilidad de fuga de sus correligionarios de otras líneas internas son terminantes: “La UCR está tan confundida que una mancha más al tigre no le hará nada. Al grueso le caerá mal una convocatoria a Cavallo, pero los radicales votaron la rebaja de impuestos y terminaron convalidando la rebaja de salarios.”
“En el actual estado de tensión sumarlo a Cavallo no sólo sería una catástrofe para la Alianza, sino también para la misma UCR. Y ojo que elpaís es una cosa y la ciudad otra”, aclaró un radical no alineado en el sector oficialista del partido. La reciente designación de Jorge Enríquez como vicepresidente primero de la Legislatura porteña da cierto crédito a sus palabras: De la Rúa tuvo que intervenir personalmente para asegurar su nombramiento y aun así no logró todo lo que pretendía.

 

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