Por
Irina Hauser
Si
ningún ministro de la Corte Suprema cambia de opinión, el
tribunal debería condenar por contrabando en alguno de sus próximos
acuerdos al empresario periodístico Constancio Vigil. El expediente
que compromete al presidente de Editorial Atlántida y amigo de
Carlos Menem, acusado por haber importado un Mercedes-Benz con una franquicia
para discapacitados, ya circuló por todos los despachos: tres ministros
y dos conjueces votaron en su contra, mientras que lo defendieron cuatro
jueces supremos históricamente dóciles a los deseos del
ex presidente. Pero a pesar de que la resolución está lista,
la causa está circulando otra vez. Esto no es un dato menor, puesto
que altos funcionarios de la Corte dicen que el caso "podría
prescribir" y la condena de dos años y seis meses de prisión
en suspenso que ya dictó la Cámara de Apelaciones quedaría
sin efecto.
Vigil fue denunciado a comienzos de febrero de 1991, en una derivación
del escándalo que entonces envolvía a ricos y famosos por
la importación trucha de coquetos autos con franquicia para discapacitados.
Susana Giménez, Ricardo Darín y José Cacho
Steimberg fueron algunas figuras estelares que violaron la prohibición
de importación de automóviles. Vigil no pudo ser menos y
se compró un Mercedes-Benz blanco, usando como prestanombre a Juan
Carlos Albarracín, que había perdido una pierna en un accidente
ferroviario y trabajaba como ascensorista en la Editorial Atlántida.
El expediente contra uno de los compañeros preferidos de golf de
Menem está en la Corte Suprema desde 1997, después de varias
idas y vueltas. En abril de 1992, el juez en lo penal económico
Manuel García Reynoso sostuvo que las pruebas eran contundentes
y declaró la prisión preventiva de Vigil. El magistrado
estimó que si la operación de compra se hubiera hecho legalmente
por algún otro sistema de excepción, el Mercedes le hubiera
costado 45.000 dólares, pero logró que le costara la mitad.
La causa pasó a otro juez, Horacio Artabe, quien decidió
absolverlo. Pero los fiscales no dejaron pasar el caso, que así
llegó a la Cámara Penal. Los camaristas Carlos Pizzatelli,
Roberto Hornos y Marcos Grabivker revocaron la absolución y resolvieron
darle al empresario dos años y medio de cárcel en suspenso
e inhabilitarlo para el ejercicio del comercio por dos años.
A esa altura, todo parecía indicar que de nada le había
servido a Vigil el mea culpa que había hecho ante las cámaras
de su propio canal de televisión, Telefé, reconociendo que
había cometido una imprudencia y que estaba absolutamente
arrepentido. Pero, asesorado por el abogado Carlos Fontán
Balestra, terminó presentando hace tres años un recurso
extraordinario ante el máximo tribunal, que contaba con una clara
mayoría automática favorable a su amigo Menem.
A esa altura ya había pasado bastante tiempo desde que Vigil se
compró -y se despidió de su Mercedes. Suficiente como
para que sus asesores pensaran en la posibilidad de la prescripción
de la causa, que en casos de contrabando como el que se le atribuye a
él ronda el término de una década. O para que no
descartaran otro argumento que sostienen algunos juristas, según
el cual los recursos extraordinarios ante la Corte suspenden la ejecución
de la sentencia.
El expediente dio varias vueltas dentro de la propia Corte Suprema. En
el intríngulis hubo que designar a un conjuez para reemplazar a
Antonio Boggiano, que se excusó, y otro para sustituir a Carlos
Fayt, que en realidad en un principio había votado contra el empresario,
pero después prefirió deshacer su voto y excusarse.
Hace algunas semanas, los nueve jueces intervinientes terminaron de decir
lo que piensan. Los ministros Gustavo Bossert, Augusto Belluscio, Enrique
Petracchi y los conjueces Luis René Herrero y Gustavo Becerra Ferré
ratificaron la sentencia de la Cámara Penal Económica al
considerar que Vigil es autor del delito de contrabando. En cambio, el
presidente de la Corte, Julio Nazareno, su segundo, Eduardo Moliné
OConnor, Adolfo Vázquez y Guillermo López votaron
por revocar lo resuelto por los camaristas. Si la Corte confirma lo dicho
por la Cámara, Vigil probablemente deba dejar la jefatura de sus
negocios. Por lo pronto, hasta el miércoles último el ultramenemista
ministro López llevaba casi una semana revisando otra vez las actuaciones.
Si las revisiones siguen, los tiempos van a correr a favor
del acusado, sostienen fuentes del alto tribunal. En suma, parece ser
que la reelección del riojano Nazareno como presidente de la Corte
no es el único síntoma de que nada ha cambiado.
Pecados y
contravenciones
Cuando la Cámara de Apelaciones
en lo Penal Económico condenó a Constancio Vigil por
contrabando, fue clarísima. Estos fueron algunos argumentos:
- Vigil logró sortear la prohibición relativa
de importación vigente a la época del hecho, mediante
la presentación ante el servicio aduanero, a través
del régimen especial para personas discapacitadas.
- Impidió, mediante el carácter simulado de esta
operación, el adecuado ejercicio de la función de control
de la Administración Nacional de Aduana.
- La pena contra Vigil aparece como adecuada al injusto cometido,
a la suerte de arrepentimiento público y extrajudicial de su
parte (...), a su educación, posibilidad más que suficiente
de ganar lícitamente el sustento propio y el familiar y, fundamentalmente,
a la innecesariedad de haber tenido que acudir a vías espurias
para satisfacer sus propósitos... |
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