Página/12
en Brasil
Por
Darío Pignotti
Desde San Pablo
Marta Suplicy será la próxima intendenta de San Pablo.
Con la victoria obtenida ayer sobre Paulo Maluf con más del 58
por ciento de los votos válidos, quedó ratificada la victoria
del Partido de los Trabajadores (PT) en los comicios municipales celebrados
en 5556 localidades de todo el Brasil en dos turnos electorales. Ayer
fueron a ballottage 11 de las 26 capitales provinciales. San Pablo es,
sin dudas, la joya más preciada del mapa electoral brasileño
por su peso económico, político y poblacional y fue allí
donde se jugó la partida de fondo de estas elecciones. Nuestro
objetivo fue derrotar al gobierno y preparar el camino hacia la elección
presidencial del 2002, declaró el coordinador electoral del
PT, Francisco Campos. En todo caso, la victoria de la izquierda fue bastante
nítida: ganó siete de las 11 capitales de estado en juego.
Ya en la primera vuelta de estos comicios municipales, el PT había
logrado aumentar un 51 por ciento los votos obtenidos en 1996, en elecciones
similares.
Río de Janeiro dio la sorpresa del día. En la segunda ciudad
brasileña, el ex intendente César Maia del Partido Trabalhista
Brasileño (centro derecha) está superando al actual jefe
comunal Luiz Conde luego de haber estado atrás en los sondeos durante
toda la campaña. Maia lanzó una atropellada final en la
última semana que se coronó con el debate del viernes organizado
por Red Globo, durante el cual logró imponerse a Conde. La historia
de Maia y Conde tiene algo de telenovela, pues el futuro intendente fue
mentor y padrino de Conde, quien luego se volvió contra su creador.
Por lo demás, el retorno de César Maia al Palacio Guanabara
instala otro nombre en la danza de los que aspiran al Palacio presidenciales
del Planalto en Brasilia.
Los resultados
estuvieron más afinados con los pronósticos previos en Belo
Horizonte y Porto Alegre, donde la izquierda del Partido Socialista Brasileño
y del PT impuso a sus candidatos Celio de Castro y Tarso Genro, respectivamente.
De Castro, bendecido por el ex presidente y actual gobernador de Minas
Gerais Itamar Franco, es además el actual intendente de esa capital.
Su victoria, con el 51,62 por ciento de los votos, podría contribuir
al acercamiento de Franco con el Partido Socialista, al que se podría
afiliar para lanzar su candidatura presidencial nacionalista pero
no chauvinista, según su propia definición. Por su
parte, Tarso Genro ganó con holgura en Porto Alegre, donde obtuvo
más del 63 por ciento de los votos. Genro es el cuarto intendente
petista de la capital gaúcha, gobernada por su compañero
de partido Olivio Dutra. Junto con San Pablo, Rio Grande do Sul es el
otro núcleo de poder del PT. En importantes ciudades del interior
de San Pablo y Rio Grande do Sul también ganó el PT. En
ese listado sobresalen la paulista Campinas y la gaúcha Pelotas,
lugar al que Lula llamó, en conversación privada, exportador
de maricas. Para desgracia del líder petista, la broma fue
grabada y la cinta llegó a manos del Partido Progresista Brasileño
de Paulo Maluf. Lula terminó pidiendo disculpas.
Sin embargo, el PT perdió en Curitiba, capital de Paraná
y segunda capital del sur brasileño luego de Porto Alegre. En Recife,
la más importante de las ciudades del nordeste, Joao Paulo, del
PT, superó por menos de dos puntos a Roberto Magalhaes, del derechista
Partido del Frente Liberal. La campaña pernambucana fue de las
más explosivas y para ello contribuyeron varios factores coyunturales:
una huelga policial y el activismo del Movimiento de campesinos Sin Tierra
en uno de los estados donde la cuestión agraria alcanza mayor dureza.
Los resultados se repartieron entre derecha e izquierda en las restantes
capitales. La derecha se quedó con Manaus, capital de Amazonia,
y Fortaleza, capital deCeará. La izquierda venció en otras
tres capitales: Goiana (Goias), Maceió (Alagoas) y Belem (Pará).
El presidente Fernando Henrique Cardoso pudo haber faltado a la cita electoral
pero no lo hizo. Tras recibir el premio Príncipe de Asturias en
España, el mandatario tomó un vuelo a San Pablo donde votó
ayer a las 11.30. Y lo hizo por Marta Suplicy. Aunque evitó decir
el nombre del candidato de su preferencia, Cardoso declaró que,
como hombre del Partido de la Social Democracia Brasileña, seguiría
el mandato de su organización. El apoyo del PSDB a Suplicy quedó
sellado durante una visita de la candidata al gobernador Mario Covas,
un cardenal de la socialdemocracia, quien postergó su internación
hospitalaria para votar por Marta y hacer que mis amigos también
la voten.
Esos gestos, ¿indican una alianza PT-PSDB? De momento se trata
sólo de movidas de conveniencia, pues ambos se necesitan para garantizar
la gobernabilidad provincial y municipal: ninguno controla ni la Asamblea
Legislativa ni la Cámara Municipal. Ver en eso una entente de cara
a las presidenciales del 2002 sería exagerado. Por su parte, el
Partido de los Trabajadores adquiere un volumen político relevante
con el salto de estas elecciones. Posiblemente también se hincharán
sus disputas internas. Ayer, el presidente partidario, José Dirceu,
enunció la lista de algunos de los presidenciables: además
de Lula, por supuesto, deben considerarse Olivio Dutra, José Genoico,
Aloisio Mercadante, Tarso Genro y.... Evitó decir Marta
Suplicy. Es que en el PT recelan que Marta pueda gobernar sin mucha
observancia partidaria.
Ayer, a la hora de celebrar en la sede municipal del PT en Vila Mariana,
Marta envió señales tranquilizadoras. Antes de cortar una
torta con que la agasajaron junto a su marido, el senador Eduardo Suplicy,
fundador de esa colectividad política en 1980, la futura intendente
dijo: Doña Marta es del PT. Marta Suplicy, aunque hoy
suene prematuro, puede estar en las listas de los aspirantes al 2002.
Por las dudas, ella dijo esta semana, como al pasar, que había
llegado para dejar una huella en San Pablo y en Brasil.
EL
PT PAULISTANO, DE ERUNDINA A LA MARTA
Historia
de dos mujeres
Por
D. P.
Desde San Pablo
Por segunda vez en su historia el Partido de los Trabajadores (PT) gobernará
San Pablo, la ciudad que con 18 millones de habitantes aporta el 35 por
ciento del PBI brasileño. Y por segunda vez lo hará a través
de una mujer. Marta Suplicy y Luiza Erundina, una psicóloga formada
en colegios bilingües y una nordestina emigrada a la capital apenas
con una maleta, testimonian también dos edades del PT.
A 8 años de su creación, el 15 de noviembre de 1988, el
Partido de los
Trabajadores alcanzaba su mayor victoria electoral y su mayor desafío
político: Luiza Erundina era electa intendenta de San Pablo. Su
candidatura había batido a la dirigencia partidaria, incluyendo
a Lula, y traía como sustentación la tarea social de Erundina.
El PT de entonces no había dirimido su identidad y aún dudaba
entre seguir una estrategia de poder por la vía electoral o por
la vía de la rebeldía social.
Erundina quedó entrampada en ese pleito, y su gobierno también.
Las pujas del partido acabaron maniatando a la gestión. Las conspiraciones
empresariales le dieron el golpe de gracia al sabotearle el sistema de
transportes y de recolección de residuos. Era un PT volcado
hacia la pobreza y la marginación como prioridades fundamentales.
Así lo recordó ayer el presidente petista, José Dirceu,
uno de los padres de esta victoria, la de Marta.
Suplicy llegó a su candidatura de la mano de la conducción
partidaria. Fue una idea de Lula recordó ella. Ayer
la votaron favelados, intelectuales, Fernando Henrique Cardoso y Horacio
Lafer, presidente de la Federación de Industriales. El PT que la
acompaña ha crecido mucho en estos años dice
Dirceu, y es cierto. Frente a la inexperiencia administrativa del 88 ésta
es una organización de cuadros profesionalizados y sin manchas
de corrupción. Además este PT no vacila: su proyecto tiene
un objetivo final, llegar a la presidencia. Tarde o temprano llegaremos,
no es imposible; lo único imposible es que Dios peque resumió
Lula.
|