Hoy
será el último día de vigencia del Plan Canje. A
partir de mañana, los certificados que no hayan sido destinados
a ninguna operación perderán su valor. Los titulares de
bonos en condiciones de realizar la compra dentro de los próximos
tres meses, deberán dejarla comprometida hoy. Para quienes no piensen
adquirir una unidad se aconseja negociarlos. Desde las automotrices no
se demandó la prolongación del sistema. Sí lo hicieron
las concesionarias.
El Plan Canje fue ideado en 1999 con el objetivo tácito de estimular
la demanda y compensar a las terminales por los desfasajes generados tras
la devaluación brasileña. Luego de más de 30 meses
de recesión, las urgencias fiscales del Gobierno dejaron atrás
toda posibilidad de prolongación de un sistema que insumió
al Estado un costo fiscal de 1500 a 2000 pesos por vehículo.
Como era previsible, en el último mes y frente a la finalización
del programa, se desató la urgencia por la utilización de
los certificados y las ventas de automóviles crecieron el 20 por
ciento. Sin embargo, las operaciones no fueron todas como las proyectadas
originalmente por Alieto Guadagni, el secretario de Industria de Carlos
Menem. La habilitación del endoso de los certificados sumada a
la baja en la comercialización por la retracción de la actividad
económica, motivó la creatividad de los vendedores y dio
lugar a las más variadas alquimias en las ofertas.
El modelo estuvo lejos de ser el propietario de un vehículo obsoleto
entregándolo a desguace para luego adquirir un 0 kilómetro.
En las últimas semanas, casi cualquier operación de compraventa
de las concesionarias fue mediada por el uso de los bonos. Si el objetivo
fue, por ejemplo, renovar una unidad modelo 1999, las agencias no dudaron
en tomar el usado y aplicar al 0 kilómetro el certificado. Se aseguraban
así no sólo una venta, sino también evitar la pérdida
del valor del bono. Siempre era mejor conservar el usado que perder una
rebaja de hasta 4000 pesos más IVA, en particular, si se originaba
en un papel cuyo precio de mercado era menor al 50 por ciento de su valor
nominal.
Según las concesionarias, el mecanismo servía para conseguir
las rebajas que el cliente demandaba, convirtiéndose en la única
forma de concretar la operación. Guillermo Dietrich, presidente
de la Cámara del Comercio Automotor, dijo a Página/12 que,
en general, las agencias tienen a los compradores esperando la aparición
del bono en el mercado para poder concretar la venta. Para la CCA, más
del 60 por ciento de los 60 mil certificados que, se estima, restan en
plaza, fueron retenidos por el sector público.
Quienes todavía sean poseedores de certificados tienen tres opciones:
Realizar hoy mismo la compra
entregando el bono.
Concretar la compra hoy, pero
con un plazo de hasta 90 días. En este caso, deberá comprometer
la adquisición en una concesionaria mediante un boleto o compromiso,
que deberá ser validado luego por un escribano.
En caso de no prever la compra
en los próximos 90 días, negociar el certificado, es decir
transferirlo a otro particular o a una agencia.
Quienes el 1º de noviembre no hayan practicado ninguna de estas posibilidades,
se encontrarán con un bono que carece de valor. Las terminales
sostienen que el Plan Canje benefició al sector con el aumento
de ventas y cumplió su cometido al sacar del mercado a 300 mil
vehículos en mal estado, pero ahora las prioridades son otras:
la eliminación de los impuestos distorsivos y, en especial, la
entrada en vigencia del régimen automotor común con Brasil.
Sin
acuerdo por rebajas
Los ministros de la Producción de Buenos Aires,
Córdoba y Santa Fe se retiraron desilusionados
de la reunión con el secretario de Industria, Javier Tizado,
a quien le fueron a reclamar una rebaja de impuestos en favor del
sector automotor a partir de la caducidad del Plan Canje. La
perspectiva que tenemos es que, producto de la finalización
del Plan Canje, va a caer más la actividad y el empleo, porque
se van a producir problemas de suspensiones en la industria terminal
y autopartista, anunció Federico Scarabino, ministro
bonaerense. Desde la Nación no están dispuestos
a hacer ninguna rebaja impositiva para reactivar las ventas,
señaló, lo que echaría por tierra con las negociaciones
que se habían entablado para un esfuerzo conjunto de Nación,
provincias y automotrices, que permitiera un recorte de hasta el 15
por ciento en el precio de las unidades. La propuesta contemplaba
que la Nación aportara un 5 por ciento por medio de la reducción
de impuestos internos; las provincias promoverían una desgravación
de 2 por ciento y las terminales posibilitarían un recorte
en los precios de hasta el 8 por ciento. Según lo señalado
por Scarabino, este equilibrio se rompería con
la negativa del gobierno nacional. |
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