Por
Eduardo Tagliaferro
Cuando
arribó al aeropuerto, su avión ya carreteaba por la pista.
Por ese motivo Chacho Alvarez no pudo concurrir a la charla sobre el presupuesto
universitario que se había programado en la Universidad de La Pampa.
Allí lo esperaba un auditorio mayoritariamente estudiantil y miembros
de los partidos políticos que actúan en la provincia. Además
de un posible escenario hostil, en La Pampa lo esperaba una charla que
había concentrado la atención de los que esperan mayores
precisiones suyas para sumarse al Movimiento Participación Ciudadana
y también de los dirigentes partidarios, principalmente los del
Frepaso, que miran su iniciativa con el recelo de quienes temen que Chacho
los abandone por su nuevo proyecto.
El avión que debería llevar a Chacho a La Pampa tendría
que haber salido de aeroparque a las nueve y media de la mañana.
Las dificultades climáticas llevaron a la empresa a diferir la
salida del vuelo sin horario preciso. Ante la incertidumbre, Chacho aprovechó
para atender otras actividades en la Casa del Frente, mientras sus allegados
lo tenían al tanto de las novedades telefónicamente. Cuando
la empresa anunció que en media hora saldría el vuelo, Alvarez
estaba lo bastante lejos de la terminal aeroportuaria como para llegar
a tiempo. A pesar de cambiar su ticket por otro horario y otra empresa,
un error en la información publicada sobre el nuevo horario de
salida lo hizo llegar cuando la nave estaba carreteando sobre la pista.
La actividad principal de ayer contemplaba una disertación en el
Aula Magna, impulsada por el Centro de Estudiantes de la Facultad de Ciencias
Humanas. Al margen, Alvarez tenía previsto encuentros con distintas
organizaciones no gubernamentales y como sucede en sus últimas
apariciones públicas seguramente sería interrogado sobre
el movimiento que el próximo 25 de noviembre presentará
en sociedad en la Facultad de Derecho. Alvarez fue invitado a participar
en más de 30 seminarios universitarios. La Universidad de Tucumán
y las patagónicas serán sus próximos destinos. Aunque
muchos no fueron confirmados, el de la Universidad de Quilmes es uno de
los pocos que ya cuentan con el sí del ex vicepresidente.
Alvarez no se desvive por la organización que tendrá su
iniciativa. Se verá en los hechos suele decir cuando
le preguntan por la orgánica del movimiento. Puede ser que
existan locales, como puede ser que no. Todo dependerá de las iniciativas
que los propios integrantes realicen.
El lanzamiento del Movimiento Participación Ciudadana produjo en
el Frepaso debate interno y una gran cantidad de reuniones, que ni siquiera
el escándalo del Senado logró. Cuando habla de su movida,
Chacho suele afirmar que está llamada a movilizar a los partidos
y el primero que tendría que recibir esa señal es el propio
Frepaso. Anteayer, presentó en su página web una carta
de principios con diez artículos. El cuarto destaca que quienes
participamos de este movimiento acordamos que en el mismo no se debatirán
ni seleccionarán candidaturas electorales a cargos públicos.
El domingo el jefe del Gobierno porteño sostuvo que para
incidir en la realidad hay que hacerlo en la política partidaria.
Aníbal Ibarra, al igual que otros frepasistas, interpretan que
la movida chachista está llamada a alejarlo de su partido. Lejos
de esas críticas, la mayoría apoya la iniciativa, en parte
por los altos índices de imagen positiva que tiene Chacho y también
porque la lucha contra la corrupción fue una bandera constitutiva
del Frepaso.
OPINION
Por
Beatriz Baltroc *
Chacho
y la política
El movimiento independiente propuesto a la ciudadanía por
Chacho Alvarez generó reacciones diversas entre los sectores
políticos.
Algunos sienten esta idea como antagónica con la práctica
partidaria. Reflexiones del tipo la ética y la política
no son incompatibles o Chacho tomó distancia
del Frepaso expresan con claridad la vivencia profunda de
una contradicción.
Es cierto, la conducta ética (no sólo el discurso
ético) y la actividad política son compatibles. Chacho,
Aníbal y otros compañeros, muchos desconocidos, son
el mejor ejemplo. Sin embargo los partidos políticos, todos,
aunque en distinta medida, han demostrado en los hechos que sostener
los principios declamados, cuando se accede a un cargo importante,
es una prueba no siempre bien sorteada. Sostener una conducta ética
no tiene que ver sólo con los grandes temas, es una práctica
cotidiana. Es no aceptar aumentos de sueldo cuando millones de personas
viven en la pobreza. Es renunciar a las jubilaciones de privilegio
y a los gastos reservados. Es no comprar voluntades con contratos,
planes Trabajar o bolsas de comida. Es no ceder a la presión
de las corporaciones (sindicales, profesionales, económicas)
y es no pasar nosotros mismos a integrar la corporación de
los beneficiados por la política.
Chacho ha comenzado una construcción a la que, hoy por hoy,
sólo él puede convocar. Nosotros tenemos otro desafío.
Desde los lugares que ocupamos, ya sea en la gestión pública
o en la militancia diaria, demostrar que se puede pertenecer a un
partido político y ser coherente, estar al lado de las necesidades
de la gente. Gobernar y no claudicar.
Si lo hacemos, un día todos contribuiremos, los independientes,
los jóvenes y los políticos honestos. Y la política
volverá a conmover. Será nuevamente en el imaginario
colectivo la herramienta para transformar una realidad cada vez
más injusta y dolorosa.
* Legisladora por la Ciudad de Buenos Aires (bloque Alianza).
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