Página/12
en Perú
Por
Carlos Noriega
Desde Lima
Mientras en diversas ciudades del país se realizan manifestaciones
exigiendo la renuncia del presidente Alberto Fujimori y el encarcelamiento
de su ex asesor Vladimiro Montesinos, en el altiplano peruano continúa
la cacería del medio centenar de militares que en la madrugada
del domingo su sublevaron con idénticas exigencias como banderas
de lucha. Un acosado Fujimori mantiene silencio y la oposición
busca mantener un difícil equilibrio, apoyando con entusiasmo las
razones de la sublevación, pero a la vez criticando, en algunos
casos con dureza, el alzamiento militar. Los sublevados, que están
encabezados por el comandante Ollanta Humala, se encontrarían en
el departamento andino de Tambo, en la frontera con Bolivia, y estarían
cercados por 300 efectivos de la Tercera Región Militar.
En la madrugada del lunes, Ollanta Humala dejó en libertad a los
cuatro trabajadores de la empresa minera Souther Perú, a los que
sus fuerzas se llevaron del asentamiento minero de Toquepala (desde donde
anunciaron su alzamiento en armas). Por la noche, Humala liberó
a un quinto rehén, pero mantiene en su poder al general Oscar Bardales.
Los liberados declararon que habían recibido un buen trato. Los
militares rebeldes también devolvieron los vehículos de
la empresa minera que usaron para movilizarse. En su desplazamiento, la
columna de 60 militares sublevados se topó con un grupo de policías
de carreteras, con quienes sostuvo un breve enfrentamiento. No se registraron
heridos. Según diversas informaciones, entre 16 y 18 solados habrían
desertado del grupo rebelde.
El nuevo comandante general de las Fuerzas Armadas, general Walter Chacón,
asumió su cargo ayer en una ceremonia a la que no asistió
Fujimori ni ninguna autoridad civil. En su discurso, Chacón simplemente
optó por ignorar la grave crisis que atraviesa las Fuerzas Armadas
con la sublevación militar en el sur del país. Por la tarde,
juró en el Palacio de Gobierno el nuevo ministro del Interior,
general de la Policía Fernando Dianderas. Mientras asumía
formalmente su cargo, la policía reprimía en las afueras
de Palacio de Gobierno a cientos de manifestantes que exigían la
renuncia de Fujimori. Humala dignidad era el nuevo grito de
batalla que se escuchaba en las calles. Dianderas estrenó su cargo
reprimiendo duramente a los manifestantes antigubernamentales y declarando
que Montesinos no tiene ninguna orden de captura. También
amenazó al comandante Humala: Quien no respeta las leyes
tiene que someterse a las consecuencias.
Otro grupo de manifestantes llegó hasta la casa de los padres del
comandante Humala, en un barrio residencial de Lima, para expresar su
apoyo al alzamiento militar. Roxana Cuba, dirigente de la agrupación
Resistencia, que encabezó la convocatoria a la concentración
frente a la casa de los Humala, señaló a Página/12
que el acto era para mostrar nuestra solidaridad con la familia
de este militar que se ha atrevido a dar este paso. Esto no
es un golpe militar, es una acción contra la cúpula militar
montesinista que muchos hemos venido reclamando hace tiempo, por eso pedimos
a los grupos políticos de oposición que apoyen esta acción
que ellos mismos venían pidiendo, señaló Roxana
Cuba.
Siete partidos políticos de oposición se reunieron para
analizar la crisis política y emitieron un comunicado en el que
señalaron que comparten las motivaciones patrióticas
que inspiran al comandante Humala, cuya acción calificaron
de gesto de dignidad. Pero líneas abajo se distanciaron
de la sublevación, argumentando que discrepan de losmétodos
utilizados. Diversos dirigentes opositores enviaron mensajes a Humala
pidiéndole que deponga su rebelión, porque ya cumplió
con la patria dando el mensaje que los cambios efectuadas en la cúpula
militar no son suficientes y deben acelerarse. Desde hace meses
la oposición venía pidiendo en diversos tonos que los oficiales
ajenos a la cúpula militar montesinista se rebelen contra ese oscuro
poder. Ahora que eso ha ocurrido, se debaten entre el apoyo y la crítica.
�Mi
hermano se sublevó para salvar al país�
Por
C.N.
Desde Lima
Página/12
conversó en exclusiva con Ulises Humala (41), hermano mayor
del comandante Ollanta Humala (37), que encabeza la sublevación
militar contra el presidente Alberto Fujimori y en la que también
participa otro de sus hermanos, el mayor en retiro Antauro Humala
(36). Ulises Humala, un ingeniero económico que reparte
su tiempo entre París y Lima como catedrático universitario,
habla de las motivaciones de esta sublevación, de la que
actúa como vocero oficioso, y de las identificaciones ideológicas
del movimiento que dirigen sus hermanos.
¿Cómo observan ustedes la evolución
del levantamiento militar encabezado por su hermano, el comandante
Ollanta Humala?
Las últimas informaciones, que hablan de que 16 miembros
de la tropa de mis hermanos se habrían retirado, estarían
demostrando una fragilidad desde el punto de vista militar. Pero,
por otro lado, hay evidencias de que la población se está
movilizando para apoyar moralmente la gesta de mis hermanos. Los
partidos políticos de oposición se han puesto de
acuerdo para manifestar su comprensión de las motivaciones
que han inducido a mis hermanos a realizar lo que están
haciendo y para exigir garantías para su vida. Todos estos
elementos positivos por el lado de la civilidad me permiten mantenerme
optimista del futuro del movimiento de mis hermanos.
Pero esos partidos opositores que apoyan las motivaciones
de este levantamiento al mismo tiempo han condenado la sublevación.
Hay un doble discurso, porque el hecho es uno solo. Posiblemente
en la oposición esté primando más la visión
electoralista. No quieren comprender que frente a un gobierno
de facto no se puede actuar con guantes de seda.
¿Sus hermanos esperaban recibir mayor apoyo tanto
de otros oficiales del ejército como de las agrupaciones
políticas de oposición?
Pienso que sí. Aun esperamos que haya ese apoyo.
Es un hecho evidente que hay un malestar dentro del ejército.
Es posible que estos oficiales menores, comandantes, mayores,
capitanes, que pueden plegarse al movimiento de mis hermanos,
estén temiendo que el Servicio de Inteligencia Nacional
(SIN) pueda todavía tenerlos vigilados.
¿Qué es lo que representa para su hermano
Ollanta y su movimiento la figura histórica el mariscal
Andrés Avelino Cáceres, al que reivindica en el
manifiesto en el que anuncia su levantamiento?
En la guerra del Pacífico, Cáceres encarnó
el Perú que no quiso negociar con los chilenos, que no
quiso ceder nada y que siguió la guerra por dos años
luego de la rendición. Cáceres representa ese Perú
heroico, que no se rinde.
Otro militar reivindicado por su hermano ha sido el general
Juan Velasco Alvarado (jefe de un gobierno militar nacionalista
entre 1968-75). ¿Cuál es la relación ideológica
de su hermano con Velasco?
Velasco Alvarado representa un caso sui generis de golpe
de Estado militar de izquierda, cuando por lo general los militares
que asumen el poder lo hacen para defender los intereses de la
derecha. Pienso que por eso han querido reivindicar su figura.
¿Su hermano representa a un movimiento de izquierda
nacionalista militar?
Pienso que sí. Están ampliando el espectro
político con una posición nacionalista, de defensa
de lo que es auténticamente peruano, y lo están
haciendo desde una posición de izquierda que considera
que la política debe estar al servicio del pueblo.
Algunos han comparado la acción de su hermano con
la que en 1992 realizó el actual presidente de Venezuela,
Hugo Chávez. ¿Qué opina?
No hay ninguna relación entre ambas acciones, porque
Chávez se levantó contra un gobierno constitucional
y este gobierno es un gobierno inconstitucional, ahí hay
una clara diferencia.
¿Pero hay una identificación política
entre su hermano y Hugo Chávez?
No veo mayor identificación con Chávez. En
ningún momento mis hermanos están manifestando aspirar
al poder. Esto no es una asonada golpista, no pretenden llegar
a Palacio. Lo que pretenden es que haya un verdadero proceso de
democratización del país. Lo que están diciendo
es que no obedecen a una cúpula que no es respetable ni
respetada.
Ha habido muchos llamados para que su hermano deponga las
armas, ¿qué tendría que pasar para que eso
ocurra?
Pienso que van a seguir exigiendo que Fujimori y Montesinos
salgan del poder para que haya un gobierno de transición
que represente a todo el espectro político y que pueda
garantizar un proceso electoral limpio. Ese es el objetivo de
su movimiento.
¿No hay posibilidad de una negociación con
el gobierno de Fujimori?
No creo. Me sorprendería que puedan llegar a un acuerdo
sin lograr esos objetivos. Eso los diferencia de la oposición
actual, que es capaz de negociar y ceder sobre puntos centrales.
Ha habido un proceso de demolición de la democracia y no
se puede hablar de fortalecer lo que no existe. Lo que se trata
es de construir la democracia y eso es lo que buscan mis hermanos
cuando exigen la salida de Fujimori y Montesinos.
¿Este movimiento militar tiene ramificaciones políticas?
Este movimiento ha dejado de ser solamente militar y ha
entrado al plano político. Está moviendo desde sus
cimientos todo el escenario político.
¿Estamos frente al comienzo de la construcción
de un nuevo grupo político?
Pienso que sí. Estamos constatando que había
un espacio que hasta ahora no estaba siendo cubierto.
¿Su hermano va a pasar, entonces, de la actividad
militar a la política?
No necesariamente, pero no creo que se puedan dejar morir
esas ideas y motivaciones que han impulsado a mis hermanos a actuar.
Creo que está surgiendo un líder político
en el país. Posiblemente esto motive que la oposición
esté hasta cierto punto celosa.
¿Qué hay de cierto en las versiones periodísticas
que señalan que ha habido contactos previos al alzamiento
entre sus hermanos y Alejandro Toledo, a través de su esposa,
Eliane Karp, y de su asesor, Alvaro Vargas Llosa?
Eso es falso. Podría tratarse de un mal entendido
o de una maniobra psicosocial a las que nos tiene acostumbrado
el SIN. La confusión podría deberse a que mi familia
tiene dos antiguos contactos con los Vargas Llosa. Un primer contacto
es la relación de mi padre (Isaac Humala) con el gran escritor
Mario Vargas Llosa, que lo cita en su libro El pez en el agua.
En su época de estudiante universitario, cuando estaba
muy cercano a los círculos de izquierda, Vargas Llosa conoció
a mi padre y en su libro relata en un párrafo que uno de
los dirigentes de izquierda que más lo impresionó
fue mi padre. La otra relación es que mi hermano menor
Alexis estudió en el colegio Franco Peruano con Alvaro
Vargas Llosa.
¿Su hermano Alexis y Alvaro Vargas Llosa han mantenido
alguna vinculación o amistad fuera de las aulas escolares?
No. Posiblemente Alvaro no se acuerde de Alexis.
Algunos de quienes critican este alzamiento afirman que
el presidente Fujimori ya comenzó a realizar cambios en
la cúpula militar y eso hace extemporáneo el movimiento
de sus hermanos. ¿Qué opinan ellos de esos cambios?
Lo único que se ha hecho es sacar a titulares y poner
a suplentes, pero todos son del mismo equipo.
¿Cómo cree que termine todo esto?
Creo que va a terminar en la dignidad, en la pacificación
y en la democratización del país.
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