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�La radio te modifica los esquemas de pensamiento�

 

Quique Pesoa, que se dispone a conducir �La vereda� en la nueva programación de Radio de la Ciudad, considera que buena parte de los medios parecen haber olvidado que tienen obligaciones educativas.

 

Por Mariano Blejman

t.gif (862 bytes)  “Es una suerte que alguna vez una radio esté dirigida por un tipo de radio”, afirma con bastante sorna el rosarino aporteñado Quique Pesoa. Es que, explica, en su larga trayectoria radial tuvo como jefes a tenientes coroneles, administrativos de segundo nivel, políticos que llegaron tarde a la repartija de otros cargos. “Finalmente, se dio un proceso durante el cual los medios buscaron para sobrevivir empresarios a los que les daba lo mismo una radio que una fábrica de zapatillas”. En este contexto el conductor trabajará ahora bajo la dirección de Juan Alberto Badía en lo que queda de la AM de Radio de la Ciudad (AM 1100) cuya frecuencia anterior era AM 710. La frecuencia perdida fue privatizada por la administración de Carlos Menem, para finalmente quedar en manos del empresario Daniel Hadad. La nueva frecuencia es una de las más incómodas posibles en el dial y, para colmo, “se escucha bastante mal en buena parte de la ciudad”, subraya Pesoa. Como el resto del personal de la emisora, Pesoa pone al mal tiempo buena cara y así desde el lunes que viene comenzará a conducir “La vereda”, de lunes a viernes, de 6 a 9.
–¿Cambió su idea de hacer radio en 30 años de profesión?
–Lo que no varié fue el concepto de comunicación. Cuando yo imagino que hay un tipo recibiéndome en una estación de nafta abandonada, en un pueblo de la provincia de San Luis, y el tipo escuchándome allí en soledad, entonces pervive la misma sensación de comunicación.
–¿En algún momento pensó a la radio como un método de convencimiento?
–Eso lo llamaría modificación de situaciones. De allí que pienso que los medios de comunicación educan siempre, aunque también son métodos de penetración. Pero los mismos medios se han olvidado de la responsabilidad educativa, formativa, para zafar de la responsabilidad de la formación. El medio de comunicación no debe permitirse decir “le damos a la gente lo que la gente quiere”, el medio tiene que tomar a la gente y tirar para arriba. Y no acompañarla en su descenso. Se ha acostumbrado mucho a decir “después de todo es un entretenimiento. No nos endilguen la tarea política”, pero mientras no hagan nada los otros sectores aumenta nuestra responsabilidad. La radio te modifica los esquemas de pensamiento.
–¿Se puede compensar la lógica comercial con el interés público?
–Yo no vendo publicidad, no tengo una tarjeta publicitaria, ni tengo sponsors. Sin embargo alguna cosa sucede con mi tarea artística que todavía soy requerido para algunos trabajos. Seguramente algo hice para estar 30 años en el medio sin haber conseguido un puto cliente. Porque creo que, a pesar de lo devaluado, el medio de comunicación educa.
–¿Usted cree que se quiere educar a la gente a través de la radio?
–Lo que quieren es ponerle anteojeras. Prefiero un poco menos de coherencia, con la duda razonable. No necesito que nadie me cuide. Ya me cuidaron mucho. Quiero que me eduquen para poder elegir más.
–¿Cómo será su programa?
–No sé si un programa mío tiene una idea. Yo voy siempre con mis cosas, con Dorita, que es mi computadora y mi compañera de laburo. En todo caso van cambiando uno y las circunstancias. Badía me dijo que quería hacer una radio para los vecinos, lo que no cambia mi perfil.
–¿La radio argentina atrasa?
–La radio es uno de esos inventos redondos, que no necesitan demasiada tecnología. La comparo con la lamparita de Edison que fue inventada hace 120 años y todavía sigue siendo igual. Tiene hasta la misma forma, es una ampolleta vacía y un filamento. La parafernalia tecnológica se puede usar si uno quiere, pero no hace falta.

Que treinta años no es nada
–¿Desde cuándo hace radio?
–Empecé en 1970 en Rosario, LT2 Radio General San Martín, y estuve hasta 1985. En Buenos Aires, empecé haciendo un programa de jazz en la vieja Radio Belgrano. Cuando eso se acabó, había preparado una cinta con un muestrario de lo que había desarrollado en 15 años en otra parte: entrevistaba músicos, hacía música con ellos, presentaba a gente. Fui a entrevistarme con la gente de Radio Continental y me dieron de 10 de la mañana a las 10 de la noche. Luego pasé por FM de Radio Rivadavia en Club 103. Luego estuve un año en Radio Municipal, en la época de Pepe Eliaschev. Me fui luego de los seis meses porque no me pagaron nunca y Eliaschev no se fue conmigo. Eso me dio un poco de bronca, porque era el que me había llamado. Al año siguiente se fue Antonio Carrizo de Rivadavia y me hice cargo de la tarde por tres años con un ciclo llamado “La Oreja”.

 

 

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