Más ajuste. Esa es la consigna que vuelve a instalarse en Wall Street. Los analistas de los principales bancos de inversión internacionales creen que la Argentina tendrá que hacer un nuevo recorte de gastos en el caso de que la economía siga estancada. De esta manera, los supuestos estudiosos del �caso argentino� insisten en recomendar la misma receta ortodoxa que, claramente, fracasó en el primer año del gobierno de la Alianza. Lacey Gallagher, directora de Investigaciones Económicas Latinoamericanas del Credit Suisse-First Boston, expuso con crudeza lo que, a su entender, tendrá que hacer Economía en el inicio del próximo año, en caso de que la situación no se encamine. �Si la economía no mejora en los próximos dos a cuatro meses, si el desempleo aumenta en un contexto político adverso, podríamos esperar un ajuste más profundo o un nuevo paquete de medidas�, advirtió. A su vez, David Sekiguchi, de JP Morgan, también fue contundente. �Vemos factible más ajustes fiscales porque el país gasta más de lo que produce�, señaló. Incluso, este economista argentino brindó su impresión de por dónde podría pasar la tijera. �El ajuste se lo podría practicar en las provincias�, propuso. Más allá de las declaraciones de Gallagher y Sekiguchi, lo cierto del caso es que ambos forman parte de la elite de analistas de Wall Street, el centro financiero más importante del mundo. De hecho, sus pronósticos y recomendaciones son atendidos casi con obediencia religiosa por los financistas internacionales. De allí que, lo que ellos, como algunos otros de sus pares, opinen puede jugar a favor o en contra de determinado país. En el marco de un panel denominado �Argentina en la encrucijada�, que ayer se desarrolló en Nueva York, en el Consejo de las Américas, se reunió un grupo de encumbrados analistas, entre los que expusieron los dos mencionados más arriba. El debate se centró sobre las razones de la falta de crecimiento de la economía. Al momento de ensayar un diagnóstico de la situación, los expertos coincidieron en destacar la falta de confianza, tanto de los inversores como también de los consumidores. Al mismo tiempo, dejaron en claro que la realidad argentina dista de ser como los convulsionados Ecuador o Venezuela. �No hay una hipótesis de desastre�, matizó Gallagher. No obstante, la analista del Credit Suisse-First Boston afirmó que �en los 11 meses de gobierno de De la Rúa se registraron progresos, pero éstos no generaron recuperación, confianza ni crecimiento�. Sekiguchi, por su parte, también culpó a la falta de confianza para explicar el estancamiento. Y, acto seguido, pronosticó que harán falta ajustes adicionales para salir del paso. �Se va a dar un ajuste en la economía sin importar quién conduzca el Ministerio de Economía, aun cuando sea el mismísimo Elvis Presley�, señaló con una dosis de ironía Sekiguchi, haciendo reír a la platea. Amer Bisat, gerente del banco de inversión Morgan Stanley Dean Witter, fue quien salió al cruce de los pronósticos de ajuste pronunciados por sus colegas. �El problema de la Argentina no es de ajuste sino de confianza�, estimó. Y justificó su certeza: �La ortodoxia aplicada en el país no está dando resultados�, apuntó. En efecto, la receta llevada a la práctica por José Luis Machinea no tuvo el efecto esperado, y la economía no logra recuperarse. Justamente, la falta de reactivación fue el tema elegido por los banqueros de Wall Street que se encontraron con Daniel Marx, secretario de Finanzas. �El despegue se va a dar por el lado de las exportaciones y el menor déficit de las cuentas públicas�, ensayó una vez más el funcionario de Economía, sin convencer del todo a sus interlocutores. Los banqueros neoyorquinos creen que la Argentina mostrará un despegue lento, siempre y cuando los mercados internacionales acompañen. Por lo pronto, en Nueva York, los financistas sostienen que José Luis Machinea tendrá dos pruebas de fuego en el corto plazo. La primera, el martes que viene, cuando Marx intenta refinanciar deuda a través de Letras del Tesoro por 1100 millones de pesos. En ese sentido, los operadores estarán atentos a que Economía pague una tasa de interés que no supere el 12 a 12,5 por ciento anual. Elsegundo test para Machinea consiste en lograr aprobar en el Congreso el Presupuesto 2001 antes de fin de año.
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