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DE LA RUA HABLO EN EL ACTO POR LOS 65 AÑOS DE LA DAIA
�Queremos paz e igualdad�

Con un acto austero, la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas recordó su historia. Todos bregaron por �una paz justa� en Medio Oriente. Fue notoria la ausencia de justicialistas.
El titular de la DAIA, Rogelio Cichowoslsky, y el presidente De la Rúa saludaron desde el palco.
�No permitamos que la indiferencia envuelva a la patria argentina de hoy�, dijo Natalio Botana.
Por Raúl Kollmann

t.gif (862 bytes) �El mal amenaza. La xenofobia está instalada en la vieja Europa. Queremos la paz, la igualdad y la tolerancia. En Medio Oriente, pero también dentro de nuestras fronteras, para que no tengamos más atentados ni las profanaciones de las que fueron víctimas los cementerios judíos.� Con estas palabras, el presidente Fernando de la Rúa saludó ayer el 65º aniversario de la DAIA, la entidad que representa a los judíos argentinos. El primer mandatario se sintió jugando de local en un acto que tuvo de todo: la notoria ausencia de casi todo el justicialismo, un repaso vibrante de la historia de la DAIA, con imágenes de los inmigrantes, la persecución nazi y los atentados, al mismo tiempo que escasa autocrítica sobre el papel jugado durante la dictadura y en el período menemista, la adjudicación de un premio a los derechos humanos para tres diplomáticos argentinos que salvaron a judíos durante el régimen nazi y un emocionado discurso del titular de la entidad, Rogelio Cichowolsky, recordando el documento que hace pocos días firmaron conjuntamente los dirigentes de las comunidades judía y árabe de la Argentina a favor de la convivencia en Medio Oriente.
No hubo ni cóctel ni bebidas ni canapés. El acto que la DAIA realizó en el Hotel Alvear fue más bien austero, sobrio y en sintonía con los tiempos de crisis política que se viven a nivel nacional y dentro de la propia comunidad judía. Con los atentados perpetrados en los años �90, el aniversario no daba para festejos.
Fernando de la Rúa apareció más que distendido. Como legislador y gobernante ha sido indudablemente uno de los que más se preocupó por cuestiones relacionadas con la discriminación y el antisemitismo, por lo cual jugaba, ciento por ciento, de local. Lo ovacionaron al comienzo y al final del discurso, casi como a un hombre de la casa.
Fue asombrosa la ausencia de menemistas: ni el ex presidente ni su ministro del Interior, Carlos Corach, ni su secretario general de la Presidencia, Alberto Kohan. La figura más conocida, el ex titular de la SIDE, Hugo Anzorreguy, se sentó por la fila 40, casi en el fondo del salón. Tampoco hubo dirigentes de nota de las otras corrientes del PJ.
En el estrado estuvieron, además de De la Rúa y Cichowolsky, el canciller Adalberto Rodríguez Giavarini; el titular del Senado, Mario Losada; el jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra, y el escritor Natalio Botana. Este último, en su discurso, tocó uno de los temas más sensibles para comunidad judía: �frente a las sinagogas e instituciones, siguen las estacas protectoras de material. No permitamos que la indiferencia envuelva a estos símbolos de la patria argentina de hoy�.
Uno de los momentos más emotivos fue la proyección de un video sobre la historia de la DAIA. Con siete velas se simbolizaron las casi siete décadas de existencia de la entidad, marcando un inicio de enormes dificultades, no sólo por la llegada de numerosos inmigrantes sino porque esos comienzos se produjeron en pleno ascenso del nazismo en Alemania. Hubo imágenes del llamado Hotel de los Inmigrantes, donde alojaban a los judíos que lograban entrar al país, postales de las marchas contra el nazismo y la contradictoria relación con Juan Domingo Perón. El propio De la Rúa recordó sus comienzos políticos cuando en el Congreso se conformó una comisión bicameral para desmantelar uno de los grupos más violentamente antisemitas, Tacuara. El período de la dictadura militar fue mencionado, muy por encima, ya que existe una fuerte polémica dentro de la comunidad porque se acusa a los dirigentes de la DAIA de ese momento de haber hecho pocos esfuerzos para salvar de la muerte a los más de mil desaparecidos de origen judío. En desacuerdo con la falta de autocrítica en esa parte del video, el rabino Daniel Goldman abandonó en ese momento el recinto del acto. Tampoco hubo referencias autocríticas al último período, la era menemista y la de los atentados, cuando también hubonítidas acusaciones contra los dirigentes por su estrecha vinculación con el gobierno del ex presidente. 
El titular de la DAIA, Rogelio Cichowolsky, muy emocionado, hizo referencias a la situación del país: �Es un momento para los grandes consensos. Necesitamos reformas político-institucionales, en las que tienen que trabajar tanto el oficialismo como la oposición. Al mismo tiempo, no hay nada más importante que la lucha moral contra la corrupción, que en el caso de los atentados llevó al encubrimiento y la impunidad. En este 65º aniversario también miramos hacia Medio Oriente y les pedimos a sus dirigentes que hagan historia, con una paz justa y duradera�. 

 

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