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opinion
López Murphy y el olvido
Por Memoria Abierta *

 El ministro de Defensa, Ricardo López Murphy, expresó recientemente su oposición a convertir en museos o lugares de estudio y transmisión de lo ocurrido durante el terrorismo de Estado a los sitios donde funcionaron centros clandestinos de detención en el período de la dictadura militar.
Los organismos de derechos humanos que trabajamos por la Verdad, la Justicia y la Memoria rechazamos categóricamente sus palabras. Ignorar los hechos y promover el olvido no evitan el conflicto, por el contrario alientan la impunidad.
A lo largo y a lo ancho del territorio argentino, cientos de edificios -la mayoría de ellos recintos militares o policiales� fueron convertidos en centros clandestinos de detención donde miles de ciudadanos fueron desaparecidos, torturados y asesinados.
A partir de entonces pasaron a ser testimonios del horror. Por ello, estos lugares deben servir para transmitir la verdad de lo sucedido y recordar a las víctimas, mostrando a los argentinos los valores que la dictadura militar violó y pretendió destruir en nuestra sociedad. No pueden, como se pretende, ser usados como instituciones educativas de las Fuerzas Armadas. ¿Qué aprenderán las nuevas generaciones de militares en sitios que son paradigmas del exterminio de los opositores políticos y del arrasamiento de la dignidad humana?
El mundo civilizado y la comunidad internacional protegen y alientan la conservación de lugares y edificios en los que ocurrieron eventos dolorosos para los pueblos. Visitarlos y conocer su significado histórico sirve para transmitir la memoria a las generaciones futuras, promover valores como el respeto y el pluralismo y afirmar la democracia. Algunos ejemplos son: Auschwitz, el cementerio judío de Praga, Dachau, el Memorial de Terezin y la casa de Anna Frank, testimonio de la Shoá; las fosas Adriatinas en Roma, en recuerdo de los ciudadanos allí, la Casa de los esclavos de la isla Goree en Senegal, centro de tráfico de población negra esclavizada; el presidio de Robben Island, símbolo de la segregación y persecución racial en Sudáfrica y el Museo Gulag, antiguo campo de trabajo forzado y confinamiento de prisioneros políticos en la ex Unión Soviética.
El gobierno argentino tiene la obligación constitucional de defender los derechos humanos. Para actuar en consecuencia, el ministro de Defensa debería instruir a las Fuerzas Armadas para que muestren gestos concretos que comiencen a ser distintas de los que capturaron el Estado y lo convirtieron en una máquina de desaparición y asesinatos de ciudadanos argentinos.
Una buena forma de demostrarlo es hacer que estos sitios, en lugar de ser usados para el entrenamiento y formación de nuevas generaciones de militares, sean transformados por la sociedad en un símbolo de lo que Nunca Más debe repetirse. En cumplimiento de la ley vigente, la Escuela de Mecánica de la Armada �ESMA� debe convertirse cuanto antes en un museo: sitio de aprendizaje democrático a partir de la reflexión sobre lo ocurrido en el pasado.

* Abuelas de Plaza de Mayo; Asamblea Permanente por los Derechos Humanos -APDH�; Asociación Buena Memoria; Centro de Estudios Legales y Sociales -CELS; Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas; Fundación por la Memoria Histórica y Social; Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora; Servicio Paz y Justicia.


 

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