Por Horacio Cecchi Ayer, el status del caso del mozambiqueño Antonio Mirasse, publicado en exclusiva por este diario, sufrió un vuelco: pasó de ser un pedido de explicaciones a una denuncia ante la Justicia penal federal presentada por el titular del INADI, Eugenio Zaffaroni, por abuso de autoridad y privación ilegal de la libertad. Por la noche, el presidente Fernando de la Rúa aseguró que no tolerará �actitudes racistas� y adelantó que �caerá con todo el peso de la ley� sobre los responsables. Entretanto, el director de Migraciones, Angel Roig, zanjó la polémica con la Policía Aeronáutica: ahora responsabiliza a la South African Airways �por haber transportado a un pasajero sin la documentación correspondiente�. Página/12 tuvo acceso a otro caso, análogo al del mozambiqueño, sólo que más curioso: quince días después de que Mirasse fuera deportado, otro hombre de piel oscura fue detenido y maltratado en Ezeiza durante varias horas bajo diferentes excusas, hasta que su novia, argentina y además blanca, lo salvó literalmente de su deportación. Después de una particular aclaración (�Negrito, esta vez zafaste�), finalmente �según contó la mujer� al novio le entregaron una visa de un mes, que luego debió extender previo pago de 50 pesos. Lo curioso del caso es que el novio no requiere de visa: es brasileño. Pero es negro. Durante 32 días, el INADI aguardó una respuesta del director nacional de Migraciones, Angel Roig, al pedido de explicaciones por el caso Mirasse. La respuesta adquirió un vértigo desusado en los pasillos de Migraciones después de que este diario publicara el lunes pasado la historia de Mirasse, más negra que su propia piel. Al día siguiente, es decir ayer, la respuesta fue girada al INADI, según aseguró a Página/12 el mismo Roig. Pero ya era tarde. A primera hora, Eugenio Zaffaroni había presentado la denuncia ante el Juzgado Penal Federal 10, a cargo de Gustavo Literas. Fuera del ámbito penal, donde se desarrollará de ahora en más la investigación sobre el maltrato denunciado por el mozambiqueño, en el ámbito administrativo el caso siguió girando sobre su propia rueda. Al tira y afloje desatado entre Migraciones y la Policía Aeronáutica, para resolver quién no fue que ordenó detener a Mirasse, ayer lo sucedió un puente de paz tendido entre las dos instituciones de frontera aérea. Mientras la PAN mantuvo silencio, Migraciones inició un cambio de rumbo: �Nuestra asesoría jurídica va a iniciar actuaciones a la línea aérea -adelantó como primicia a este diario el director Roig. �¿Por haber demorado su vuelo? �Por haber admitido transportar un pasajero que no está en condiciones. Lo que corresponde es multar a la línea (South African Airways) con el valor del pasaje. De todos modos, la South African gozará de una opción que, al parecer, no fue extensiva a Mirasse. �Lógicamente �asumió Roig�, la empresa tiene derecho a su descargo. Según la denuncia del Banco Mundial, Mirasse recibió la autorización de ingreso a Bolivia, donde se realizaría el congreso del BM, cuando él ya había iniciado su viaje. La nota fechada por el fax fue incluida en el expediente como prueba. Para evitar inconvenientes, los organizadores aguardaron a Mirasse en el aeropuerto de La Paz, pero nunca pudieron recibirlo. A esa hora, el mozambiqueño estaba en los subsuelos de Ezeiza. Quince días después de la detención de Mirasse, también en Ezeiza, aunque no bajo tierra ni tras las rejas, un brasileño recibió un trato diferencial análogo. Página/12 se contactó con la novia del brasileño, con la condición de mantener el anonimato de ambos. �El 7 de julio, mi novio �E. C. son sus iniciales� debía arribar a Ezeiza en el vuelo Vasp 954, de San Pablo, a las 23.40. El avión se demoró y llegó a la 1.00.� La joven aguardó la salida de su novio en el hall central durante una hora y media. A las 2.30, cuando todos los pasajeros habían abandonado el aeropuerto menos E. C., dos hombres de la PAN se le acercaron �con un álbum de fotos de mi novio donde yo aparecía. Mereconocen y se muestran muy sorprendidos de que yo fuera argentina�. �Vení, hacelo callar�, le dijeron, y la llevaron hasta un cuarto de la PAN, junto a la ventanilla de Migraciones. Ya dentro de la oficina, dos hombres llevaron a E. C. tomado de los brazos �como si fuera un delincuente. Estaba muy nervioso�. �No te preocupes, que éste se va de vuelta en el vuelo de las cinco�, le dijo un policía. �¿Qué hizo?�, preguntó ella y, después de rodeos, el policía le dijo que �tiene el documento en mal estado�. Después, la razón fue otra: que no contaba con dinero. �Yo se lo doy�, aseguró ella. �No tiene equipaje�, le respondieron. La joven supo después que se lo habían robado en San Pablo. �Andate, que te lo damos, me dijeron, pero no les creí. A él lo agarraron del brazo y se lo llevaron. Entonces pude escuchar: negrito, te salvaste de ésta. Negro, te vas, esta vez tuviste suerte�. Y así fue: E. C. se encontró con su novia en el hall central. Le habían otorgado una visa por un mes, pese a ser brasileño y no requerir de visado desde mucho tiempo antes de que existiera el Mercosur. El caso continuó luego. E. C. debió extender su plazo y tuvo que pagar 50 pesos para extender una visa que no le era necesaria.
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