Como en agosto pasado, River volvió a vencer al Flamengo en su casa, el Maracaná de Río, esta vez por los cuartos de final de la Copa Mercosur. El equipo argentino fue, en el balance, superior a su rival y mereció el triunfo, que le dieron Saviola y Ortega, con tantos en el segundo período. La revancha se jugará la semana próxima en el Monumental. Al cabo del primer cuarto de hora, era obligatorio chequear dónde se estaba jugando el partido. ¿Era realmente en el Maracaná? Porque el que parecía local era River. Los brasileños jugaban con una parsimonia tal que sugería que estaban convencidos de que, para ellos, era el partido de vuelta. Plantado para jugar de contragolpe, el equipo de Gallego de pronto encontró que resolvía más o menos bien los desafíos que le planteaba el débil ataque rubronegro y empezó a adueñarse de la pelota para manejar los tiempos del partido. En ese ínterin, el equipo argentino concretó dos jugadas de gol. Primero, a los 8, cuando Saviola escapó solo por izquierda aprovechando una réplica. Pero el Conejito la adelantó demasiado, el arquero le cerró el ángulo de remate y el delantero eligió tirar el centro, que despejó el zaguero Juan. Diez minutos más tarde, Coudet se mandó por derecha y lanzó el centro hacia la posición de Ortega, que obstaculizado por su marcador, cabeceó por arriba del travesaño cuando estaba en clara posición de gol. Claro que después de esos pasajes, el Flamengo recordó su condición e intentó ejercer el protagonismo que le correspondía. Con Petkovic como eje de la creación, intentaban acercarse a Bonano, pero no adquirieron la profundidad necesaria, aunque un cabezazo de Athirson se fue cerca de un palo de Bonano. El período terminó decepcionando, entre la medianía del local y el conformismo del visitante que con menos equilibraba el trámite. Pero en la segunda mitad, si los hinchas del Mengao creían que su equipo reaccionaría, se encontraron con otra sorpresa. Nuevamente era River el que se reservaba la iniciativa, el que se mostraba más despierto, el que estaba más dispuesto a golpear al rival. Al minuto del complemento, Ortega picando por la derecha, remató sobre la marca de Maurinho y Julio César sacó al corner con esfuerzo. Siete minutos más tarde se produjo una jugada magnífica: Ortega la tomó en el medio, descargó con Coudet que se la devolvió de taco; el jujeño habilitó a Aimar y éste, por el medio, habilitó en cortada a Saviola que, entrando por el centro del área, definió con izquierda entre los centrales por debajo del cuerpo del arquero. Una joyita. Anestesiado por la desventaja, el Flamengo tardó en reaccionar, y River estuvo cerca de aumentar con otra corrida de Saviola. Parado definitivamente para ensayar la réplica, el equipo argentino se preparaba para liquidar el partido cuando lo sacudió el empate. Un corner ejecutado desde la izquierda recorrió en arco perfecto el área chica: Bonano dudó en salir a cortar y esa duda fue fatal, porque en el segundo palo, Juan le ganó el salto a Yepes y Coudet y clavó la igualdad. Parecía empate clavado: salió cansado Saviola y entró Gancedo, para dar más movilidad. Pero Zapata huyó por izquierda, llegó hasta la raya, sacó el centro y a la carrera, como venía, Ortega le pegó de derecha al gol.
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